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Cultură

Lo difícil que es ligar siendo una persona con discapacidad

Siempre tengo miedo de que la gente forme una opinión sobre mí basada en mi silla de ruedas, antes de llegar a conocerme como persona.

Ilustración de Deshi Deng.

Spencer Williams es un aficionado a la música de 25 años y locutor de radio ocasional para la estación de radio del campus de la Universidad de Columbia Británica. También tiene un trastorno físico llamado parálisis cerebral.

Siempre he pensado en mi silla de ruedas como un repelente de mujeres. Me es difícil salir para tener la oportunidad de conocer a alguien, porque siempre tengo miedo de que formen una opinión sobre mí basada en mi silla, antes de llegar a conocerme como persona. Las citas en línea han sido útiles porque me dan tiempo de procesar mis pensamientos y pensar en respuestas consideradas, pero todavía me falta confianza y siempre estoy preocupado de decir algo equivocado.

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Probé a Tinder hace aproximadamente un año y medio después de enterarme que existía gracias a unos amigos. Quedé impresionado por la cantidad de "matches" que tenían —especialmente las mujeres—, así que decidí usarlo. Como muchos usuarios, no buscaba nada demasiado serio. Sólo quería conocer gente nueva y quizás tener un poco de diversión.

Rápidamente aprendí que cuantos más perfiles veía, más nervioso me ponía. Conseguir un "match" es como ganar una ronda de ruleta, y cuando ocurría me congelaba, con las palmas de mis manos sudorosas por la ansiedad. No tenía ni idea de qué decir. Cuando empezaba las conversaciones, nunca llegaba tan lejos como me hubiera gustado. Sobre todo hablábamos sobre mi trabajo de locutor con CiTR, una estación de radio aquí en Vancouver. Otras veces era obvio que estaba hablando con un bot.


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Desalentado, pero todavía con esperanza, decidí tomármelo con calma. Me di cuenta de que tal vez una conexión superficial no era lo que estaba buscando. Comencé a leer cuidadosamente los perfiles en lugar de pasar velozmente por todas las caras que encontraba atractivas. Pensé que si me volvía más selectivo, podría tener una mejor oportunidad de conocer a alguien que quisiera ir más allá de las conversaciones superficiales. Eso todavía no ha sucedido, pero aún lo estoy intentando.

Mientras tanto, no voy a depositar todas mis esperanzas en Tinder. También estoy usando OK Cupid, que parece una mejor opción para alguien como yo. La plataforma te anima a conocer gente en un nivel más profundo que Tinder, y creo que es mejor para aquellos que buscan relaciones a largo plazo, como yo. Sin embargo, cuando comencé a llenar mi perfil, sentí que me regresaba la preocupación de ser juzgado y rechazado. Tenía miedo de salir a ligar, pero al mismo tiempo me di cuenta de que eso era exactamente lo que necesitaba hacer.

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Hoy en día, conocer a alguien como persona y relacionarme con ella con base en intereses y actividades compartidas es lo que más me emociona.

Sé que es importante ser sincero con mi discapacidad. Correr el riesgo de arruinar algo bueno por no ser honesto al principio supera con creces el beneficio de recibir algunas respuestas a corto plazo. Pero si bien tengo fotos con mi silla en mi perfil, he evitado escribir sobre ello en mi biografía. Es difícil saber cuándo será el mejor momento para hablarlo con alguien. No es realmente un tema sexy, y mis conversaciones hasta ahora no han llegado a un punto en el que tenga que discutirlo, pero es un tema que eventualmente tendré que tratar con la persona adecuada. Cuando eso suceda, vamos a averiguar cómo tratar el asunto juntos.

Las discapacidades no deben afectar si te involucras o no con una persona, pero tengo que admitir que me tomó un tiempo aprender eso. Solía pensar que quería una novia que fuera físicamente capaz. Estaba tan obsesionado con la idea de tener relaciones sexuales que realmente no pensaba en todas las cosas maravillosas de estar en una relación. Hoy en día, conocer a alguien como persona y relacionarme con ella con base en intereses y actividades compartidas es lo que más me emociona.

Una experiencia en particular me ayudó a comprender la importancia de conocer a las personas por lo que son, y lo poco que importan las limitaciones físicas en el gran esquema de las cosas. Hace unos años fui a un concierto de Green Day en Reino Unido, mientras estaba de vacaciones con mi familia. Terminé sentado al lado de una linda chica británica que también estaba en silla de ruedas, ya que tenía una lesión en la médula espinal. Ella fue muy directa y me preguntó si quería ir al baño para una cogida rápida. Quedé sorprendido y no supe cómo reaccionar. Pensé en hacerlo, pero finalmente decliné la oferta. Perder mi virginidad en el baño de un estadio de fútbol nunca fue mi sueño. Sin embargo, tuvimos una gran conversación e intercambiamos nuestro teléfonos y otra información de contacto. Al día siguiente me envió un mensaje para pedirme disculpas por ser tan agresiva y dijo que quería llegar a conocerme un poco mejor. Durante las semanas siguientes hablábamos casi todos los días y manteníamos largas conversaciones sobre todos lo temas, e incluso me visitó una vez en Vancouver.

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Después de su viaje a Vancouver, decidimos que una relación a larga distancia era demasiado difícil, pero ya no estoy tan seguro. Mi relación con ella me ha hecho comprender que no necesito a alguien físicamente capaz para ser feliz. Las citas en línea son una espada de doble filo: pueden hacer que la conexión con las personas sea más fácil, pero también pueden evitar que voltees a ver a la persona que está a tu lado, tal vez en un concierto de Green Day. Nada puede reemplazar la conexión humana, y la próxima primavera estoy planeando visitarla en el Reino Unido.

Todavía creo que sitios como Tinder y OK Cupid son valiosos. Pueden ser herramientas importantes cuando se trata de encontrar el amor, especialmente entre las personas con discapacidad que tienen problemas para acercarse a la gente en la vida real. Todavía uso los sitios, y aunque no he tenido mucha suerte con ellos hasta ahora, voy a seguir intentándolo. Actualmente estoy en el proceso de renovar mis perfiles. Vivimos en una época dominada por la tecnología, y siempre y cuando podamos mantener nuestra perspectiva de lo que realmente importa, podemos utilizarlas a nuestro favor. Nadie dijo que salir con otras personas sería fácil, y no hay una manera correcta de hacerlo. Si eres como yo y tienes miedo al rechazo, te aconsejaría intentarlo. Si eres honesto y sincero acerca de quién eres y qué quieres, ¿quién sabe qué ocurrirá?