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Los demonios del deporte

La historia de dos ciudades futboleras

Dickens, revolución y futbol egipcio.

Como buen británico, si Dickens viviera hoy sería un gran fanático del futbol. Y si escribiera La historia de dos ciudades ahora, seguro que se basaría en las historias alrededor de la revolución egipcia, concentrándose entre El Cairo y Puerto Saíd. Con su fascinación por las revoluciones y la justicia social, el significado de ambas ciudades en el pulso reciente de Egipto sería suficiente material para su novela moderna. Pero sobre todo porque el futbol y sus fanáticos han sido los detonantes en las fechas importantes de esta revolución y contrarrevolución egipcia desde la imponente ciudad de El Cairo y la heroica ciudad de Puerto Saíd.

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La sede de la Federación de Futbol Egipcia arde en llamas.

Dentro de la filosofía de un club de futbol está la misma identidad de la ciudad que representa, y la lleva a través de los años imponiéndola a pesar de todo. Fue entre 1902 y la fecha de su fundación en 1907 que reuniones estudiantiles dieron forma al Al Ahly, el club más famoso y de mayor orgullo de la capital de Egipto. Un equipo con bases de ideología liberal, universitarias, progresistas y de dignidad nacional.

Pronto el equipo se convirtió en una de las entidades deportivas de mayor reputación en África y el Medio Oriente. Un equipo sofisticado, con un manejo de finanzas ejemplar, y poniendo los valores del deporte siempre primero. Es el equipo de mayor éxito en el continente africano, con más campeonatos y victorias que ningún otro, lo que lo convierte en el equipo africano del siglo XX.

Como todo equipo, tiene sus más aguerridos seguidores y el Al Ahly cuenta con su barra brava conocida como Ultra Ahlawy. A pesar de que sus miles de miembros provienen de diferentes perfiles sociales, la filosofía del equipo permea sobre los ultras, un equipo fundado por ideales universitarios progresistas y liberales.

Y esto lo han demostrado cuando defendieron sin cansancio la plaza Tahir ante los contrarrevolucionarios de Mubarak el 1 de febrero del 2011.  Muchos dicen que fue a partir de ese momento glorioso en que los ultras estuvieron en la primera línea de combate, que el gobierno de Mubarak comenzó su réquiem.

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La República de Puerto Saíd es como los habitantes de esta ciudad, al norte de Egipto, la hacen llamar actualmente. Una ciudad estratégicamente localizada en la entrada del Mediterráneo hacía el Canal de Suez tiene también su orgullo futbolero.  El Al Masry o “El Egipcio”, fue un club fundado en 1920 por puros egipcios cuando en la ciudad había otros clubes con sólo miembros extranjeros.

Puerto Saíd ha sido una ciudad importante dentro de la historia egipcia, sobreviviendo guerras, revoluciones e invasiones judías desde su fundación. Y el Al Masry es igual de heroico que la ciudad que representa: uno de los equipos más populares de Egipto pero no necesariamente el más ganador, con un sentimiento de lucha y el esfuerzo de hacerse notar.

El Al Masry o Águilas Verdes es el orgullo de Puerto Saíd.

Ha sido la población del Puerto Saíd quienes se han sentido subestimados por gobiernos, y nunca creen que nunca se ha aprovechado la estratégica posición geográfica y económica para el desarrollo de la ciudad: “Puerto Saíd podría ser el Dubái de Egipto”. Lo mismo pasa con la barra brava del equipo Al Masry, la Ultra Águilas Verdes quienes fueron usados por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas para enseñarle a los “progresistas” del Al Ahly quién manda en Egipto y callar las protestas.  Los Ultras Águilas Verdes causaron la masacre del 1 de febrero de 2012 en el estadio de Puerto Saíd donde murieron 74 aficionados del Al Ahly a manos de los ultras rivales.

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74 personas de la barra brava Ulra Ahlawy murieron en el estadio de Puerto Saíd después de un juego ante el Al Masry.

El 9 de marzo pasado se dieron las últimas sentencias relacionadas con las matanzas del estadio de Puerto Saíd. De los aproximadamente 49 acusados (incluyendo policías y militares), 21 fueron sentenciados a pena de muerte, pero 28 fueron absueltos desatando el descontento por los aficionados y familiares del Al Ahly.  Éstos llegaron incluso a quemar la sede de la Federación de Futbol Egipcio en El Cairo.

También resonaron las decisiones de la corte en Puerto Saíd, desatando protestas, muertes, quemas y un sentimiento de anarquía y desesperación. Es por eso que la ciudad se hace llamar República del Puerto Saíd y se está propagando rápidamente el sentimiento contrarrevolucionaro, incluso convenciendo a los militares de hacer un golpe de estado.

La historia moderna de Egipto aún se está escribiendo, sus cambios de gobiernos, nuevos presidentes y juntas de gobiernos aparecerán; muertes, revoluciones, levantamientos aún darán forma a lo que será Egipto. Pero el futbol está ya dentro de la historia de este país, desde la plaza Tahir hasta las calles obscuras de Puerto Saíd. Así que esperaré que un nuevo Dickens nos cuente la historia de la revolución egipcia con todo y la importancia de su futbol.