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Los Indies y sus OST’s: una entrevista con Disasterpeace

Mientras que muchos de nosotros tuvimos nuestro primer acercamiento a un instrumento con el sueño de convertirnos en pop o rock stars, Rich coqueteaba con la idea de crear bandas sonoras para videojuegos.

Captura de pantalla de 'FEZ'.

Mi amor por los juegos independientes lleva poco más de dos años. Cansado de darle en la madre a mis compañeros de departamento en sesiones maratónicas de NBA Jam para el SNES, que involucraban decenas de cervezas, varios porros y un par de botellas de mezcal, buscamos juntos una solución a una situación que se presentaba frustrante para ellos y poco gratificante para mí. En una lluvia de ideas, Daniel, el único de esa casa sin nombre de arcángel, comentó sobre una de las canciones que lo acompañaban en ese momento; "Legend" del soundtrack de FEZ. Después de escucharla en repeat unas 100 veces, decidimos desempolvar mi Xbox 360 y descargar el juego.

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Desde ese día, FEZ me acompaña en muchas tardes de sábados aburridos, micro reuniones en el departamento y noches de insomnio. Pero es la música la que se quedó tatuada en mi corazón, que musicaliza varias reuniones en grande y en corto, una de cada tres crudas en la casa y cuando busco ahogarme en una gota de agua. Su creador, Disasterpeace, creó una serie de piezas que marcaron un momento clave en mi vida.

Por eso lo sigo muy de cerca: Si no checo de vez en cuando su perfil de Spotify a ver si hay música nueva, me doy un rol por su cuenta de Twitter en búsqueda de información. Y este ritual ya rindió frutos; fue así como me enteré que saldría uno de mis juegos favoritos de este año, Hyper Light Drifter, sobre el cual les platiqué el mes pasado.

Captura de pantalla de Hyper Light Drifter.

La mente detrás de Disasterpeace es Rich Vreeland, un músico de Staten Island, Nueva York. Desde muy pequeño, Vreeland mostró interés en los videojuegos y en la música que los ambientaba. Mientras que muchos de nosotros tuvimos nuestro primer acercamiento a un instrumento con el sueño de convertirnos en pop o rock stars, DJs, trovadores o hueseros (hay muchos más de los que te imaginas), Rich coqueteaba con la idea de crear bandas sonoras para juegos, al realizar la idealización y ejecución de la música con la que entraban los e-wrestlers (juego de rol sobre luchas). "No es que fuera algo consciente", comentó Vreeland, "siempre me ha interesado hacer cosas pero soy muy introvertido, así que la idea de estar en el spotlight nunca me llamó, por eso elegí una carrera que se ajuste a mis fortalezas y preferencias". Esa carrera, de todas las posibles, sería convertirse en compositor de videojuegos, algo muy lejos del glamour de la música pop y la farándula de Hollywood.

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Hasta en industrias como la de los videojuegos, existen una serie de personajes, proyectos y títulos consolidados que suelen llevarse los reflectores. Directores y compositores aclamados por millones y buscados por los estudios más grandes para que sean ellos quienes musicalicen los grandes blockbusters. Pero una nueva generación se abre camino bajo el estandarte de internet y llaman la atención con proyectos mucho más baratos, varios de ellos caseros, que compensan la falta de presupuesto con ideas, diseño y música innovadora. "Yo creo que internet tiene mucho que ver con el surgimiento de los juegos Independientes", dice Vreeland, mientras Alien Hominid y su incubadora, newgrounds.com, aparecen en mi mente, "Pero creo que, conforme la industria se convierte más y más vieja, empieza a generar un grado de madurez que nos permite escuchar nuevas voces; algo que es crucial para la evolución de los videojuegos".

Esta madurez se ve reflejada en el diseño de juegos creados por exponentes de la escena independiente como Jenovah Chen, Jonathan Blow y Phil Fish, personas que ayudan a innovar en la industria desde la década pasada. El empuje no se queda ahí; de la mano de estos diseñadores, hay una nueva camada de músicos que exploran territorios sonoros que van desde la orquesta hasta la electrónica, individuos que impulsan la construcción de un discurso interactivo más interesante. Estas ejecuciones están rompiendo barreras dentro del mundo de los videojuegos, como la nominación al Grammy que consiguió Austin Wintory o la invitación a un músico enfocado solamente a la creación de OSTs para juegos a que musicalice una película. David Robert Mitchell llamó a Disasterpeace para que haciera a un lado su zona de confort y cree una pieza nueva para cine, un medio en el que nunca había trabajado; uno que lo acerca más a los reflectores que ha desdichado desde muy joven. "Cada proyecto es diferente y cuando hablas de medios distintos lo es todavía más. Los juegos tienen música que suele ser más interactiva de alguna forma, no es un tema tan lineal (como en el cine)". Al final, It Follows fue un éxito indie que llevó el arte de Rich Vreeland a muchas más personas, pero él tiene muy claro qué es lo que quiere. "Siempre me ha gustado una buen película, pero me interesa más trabajar con videojuegos".

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Por eso, después de romperla en su debut cinematográfico, Vreeland regresó a lo que más le gusta hacer con Hyper Light Drifter, un proyecto que en un primer acercamiento tiene un enorme parecido con su primer gran proyecto: FEZ. "Ambos comparten similitudes estéticas pero son juegos muy diferentes y ambos comparten un elemento impresionista que les da cierta similitud, pero mientras que en FEZ la música es más minimalista y melódica, en Hyper Light Drifter es mucho más oscura, con más textura y mucho más dinámica." Estas diferencias nacen de la ambición de Disasterpeace como artista, "FEZ fue un proyecto más sencillo porque justo esa era el estilo de música que quería escribir en ese momento. Por el contrario, para Hyper Light Drifter tenía planteada una meta específica sobre lo que buscaba escribir. Esto me llevó a entrar a un periodo en el que traté de escribir música estructuralmente muy compleja, pero tuve que salir de ahí por mi salud mental".

Como suele suceder con muchos títulos independientes, Hyper Light Drifter nació gracias al apoyo de plataformas de crowfunding. En este caso fue Kickstarter, en la que consiguieron 24,150 inversionistas que se enamoraron del proyecto desde que se encontraba en papel. "Es muy empoderador para un artista ver que tiene distintas maneras de lanzar un proyecto a través de canales tradicionales". Pero no todo es alegría, es muy fácil ver los pros de estas plataformas, pero tampoco son un edén tanto para inversionistas como para realizadores, " El crowdfunding requiere mucho trabajo y tiene sus desventajas, porque al final estás haciendo varias promesas que posiblemente no podrás cumplir". Y sí, son muchas las promesas cumplidas que encuentras en estos sitios, pero también son muchas las decepciones a inversionistas cuyos sueños se vieron truncados por proyectos que, en papel, se veían muy chingones.

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Captura de pantalla de 'Monsters Ate My Birthday Cake'.

Pero con todo y el internet, plataformas de micromecenazgo y consolas con poder gráfico inimaginable hace 20 años, somos una generación obsesionada con el pasado. Constantemente estamos volteando para atrás, rememorando esos momentos, esas canciones y esos juegos que nos inspiraron cuando éramos niños insoportables y adolescentes incomprendidos. Rich Vreeland los tiene muy vívidos en su mente. Por eso con la música de Koji Kondo en su corazón y la imposibilidad de realizar la música de uno de los más grandes clásicos, Mario, hizo una especie de tributo con la música de Monsters Ate My Birthday Cake. "Realmente creo que sería muy divertido trabajar en un juego de Mario, pero como nunca tuve esa experiencia decidí realizar un acercamiento clásico, muy a la Koji Kondo, en el soundtrack de Monsters Ate My Birthday Cake. Esto hizo que ese proyecto fuera muy divertido".

Además de Koji Kondo, dentro de los compositores que más influenciaron a Vreeland en su infancia está Yasunori Mitsuda, el genio detrás de una de las piezas musicales más épicas de la historia y uno de los títulos que más me gustan del SNES: Chrono Trigger. En él, Mitsuda empujó las capacidades muy limitadas de la consola y creó una pieza única e increíble que inspiró a muchas personas, entre ellas Disasterpeace. "Si en algún momento de la historia deciden hacer otro juego de la serie de Chrono, me encantaría trabajar con él. Chrono Cross y Chrono Trigger son dos de mis bandas sonoras favoritas y me encanta el estilo (de Yasunori Mitsuda). Sería muy interesante construir sobre ese vocabulario; también siento que sería muy divertido".

Captura de pantalla de FEZ.

Hoy en día es normal tomar la decisión de dedicar tu vida al mundo de los videojuegos. Es más, existen muchas universidades que ya tienen carreras especializadas para el medio. Pero, mientras muchos voltean a ver las grandes producciones, otros se encierran en su cabeza para crear cosas increíbles pocas veces vista. Son los segundos los que dieron pie a los indies, los que experimentan con nuevos motores, nuevas técnicas de diseño y nuevas maneras de contar una historia. Así surgió la carrera de Rich Vreeland y el de muchas mentes que sobreponen la experimentación sobre la espectacularidad, la innovación sobre el poder gráfico, aunque las cosas no siempre salgan como se buscaba en un principio.

Para la segunda parte tuve la oportunidad de entrevistar a 65daysofstatic, creadores de la música para el juego con mayor hype del año (y probablemente la más grande decepción). Platicaremos sobre No Man's Sky, la diferencia de hacer música para un juego que en un disco y la música como medio para contar una historia.

Si quieren, pueden seguirme en Twitter: @finkelcerdo