Para la mayoría, el año no arranca hasta que empieza el trabajo, la escuela o cualquier actividad que haga de tu miserable vida una rutina que se mide en días y años. Así que hoy, el primer lunes del año, es el día en el que comienzas a poner en práctica todos esos propósitos hipócritas y poco realistas que la culpa de haber desperdiciado el 2015 te hizo sentir. Estamos contigo en la culpa, la hueva y los propósitos de año nuevo. En el espíritu de los nuevos comienzos, hicimos esta lista con las buenas intenciones que dentro de un par de meses ya ni vas a recordar.

Cada que dices que te vas a inscribir al gimnasio tus amigos se orinan de la risa. "Pero esta vez es en serio, ya subí dos tallas y pronto los jeans ya no me van a cerrar", le dices a tu mamá mientras te comes una ensalada con medio litro de aderezo ranch y tocino en cubitos. Te entendemos, la publicidad te ha hecho pensar que tu cuerpecito fofo es indigno de amor y necesitas hacer ejercicio para verte decente en traje de baño, pero seamos honestos, eres un huevón (o huevona) y prefieres gastar tu dinero en cualquier cosa antes que en una membresía de gimnasio y, por otro lado, tampoco aspiras a convertirte en modelo de Victoria's Secret. Así que no te sientas culpable ni obligado a ir a hacer el ridículo en una clase de yoga solamente porque todos tus amigos —flacos y flexibles— van. Ni se te ocurra inscribirte a una clase de CrossFit porque te vas a quebrar algo y entonces sí te va a salir caro el propósito de año nuevo. Ámate tal cual eres. Namaste.

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Sé muy bien que no soy la única que tiene accesos de hambre que solamente pueden saciarse con frituras y dulces. ¿Quién no ha desayunado una bolsa grande de torciditos con salsa Valentina, o se ha alimentado durante meses enteros de las delicias culinarias y grasientas que venden en la calle? Está rico, hasta que te das cuenta de que te está saliendo celulitis en los brazos. Este año, por razones estéticas más que éticas, todos nos vamos a convertir al crudiveganismo.

Los propósitos anteriores tienen que ver con verte mejor y parecerte más al prototipo de belleza occidental que promocionan la televisión y la publicidad. Tus lavados de cerebro (porque incluso intentas la autohipnosis por medio de la repetición de mantras como "tengo que bajar") te dicen que si dejas te gastar tanto dinero en comida no sólo vas a adelgazar sino que además vas a ahorrar (ver siguiente propósito).

El 31 de diciembre de 2015 fuiste al cajero y te diste cuenta de que tu aguinaldo se extinguió más rápido de lo que esperabas, así que tu propósito más importante de este año es no quemar tu quincena en alcohol, drogas y apps estúpidas. Este es un muy buen propósito; comienza a ahorrar para tu retiro, compra un seguro médico, abre un fondo de inversión, lleva una vida abstemia, vuélvete célibe y comienza a coleccionar estampillas.

Tengo unos seis años proponiéndome "elevar" mi guardarropa, sobre todo cuando noto que algunas personas no me toman en serio porque me visto como estudiante de humanidades en crisis. ¿Qué pasó con el encanto de la bohemia?, ¿ya nadie aprecia una buena camiseta con estampado? Aparentemente no después de los 20. Me digo que este año voy a sustituir todas mis sudaderas y playeras viejas por elegantes camisas de seda y mis tennis y botas jodidas por unos impecables mocasines de cuero negro, pero a quién engaño. Lo mío es el look de vagabundo.

Todo el año nos están jodiendo con que los índices de lectura del país son demasiado bajos y es nuestra responsabilidad sacar a México del fondo de la incultura, además, como bien sabemos, todos los rankings son una competencia entre países y es muy vergonzoso perder. No queremos ser ese país tercermundista en el que la población prefiere pasar 6 horas viendo telenovelas y programas de concursos, queremos ser el país letrado en el que todos los habitantes han releído En busca del tiempo perdido al menos una vez.

Si dejas de fumar mariguana probablemente te dejen de dar esos terribles ataques de hambre y no gastarás fortunas en pizzas de doritos y litros de helado de oreo para calmar el munchies. Si dejas de inhalar cocaína ahorrarás una fortuna, lo mismo con los cigarros y el alcohol y casi todas las drogas legales. Y bueno, si dejas de fumar piedra… ¿en serio necesitas una buena razón para dejar de la piedra? Pero seamos honestos: las drogas nos ayudan a evadirnos de nuestra horrible realidad, del trabajo y nos hacen mejores personas, así que al diablo con este propósito.

Recuerda que todo propósito puede convertirse en un despropósito con la orientación adecuada. Ánimo, sabemos que puedes.