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Cultură

Los titanes literarios están bien torcidos

Antes de Paris Hilton y Kim Kardashian, los escritores famosos eran los indiscutibles enfermos sexuales de sus días.

Antes de la llegada de los tabloides y de las publicaciones del corazón que se dedican a documentar los deslices y perversiones de todos esos que se hacen llamar “estrellas” de televisión, los escritores más famosos eran los indiscutibles enfermos sexuales de sus días. Varios fueron genios literarios que ayudaron a forjar nuestra cultura, y a diferencia de Jesse James o Kim Kardashian, estos escritores podían, y lo hicieron, acostarse con quien se dejara. Por supuesto, pocas cosas han cambiado. Con el objetivo de recordarle, y motivar, a todos los lectores y autores contemporáneos que pueden coger con quien sea, donde sea y a la hora que sea, siempre y cuando sus actos inspiren una nueva obra de ficción, me tomé la libertad de recopilar algunas de las hazañas más perversas de algunos de los autores occidentales más respetados (y pervertidos).

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JAMES JOYCE

Cuando se publicó Ulises, la obra fue prohibida por obscena, pero James había guardado lo peor para las cartas a su esposa, Nora. En unos mensajes que se leen como versiones en prosa rimbombante de los mensajes sexuales que se envían los pubertos calientes, le dice cuánto ama el “olor de su vagina”, y también explica lo mucho que le gustaban los pedos: “Es hermoso coger con una mujer pedorra cuando cada cogida le saca uno más”. Completamente de acuerdo.

FRANZ KAFKA

Hace algunos años, James Hawes, un estudioso de Kafka, escribió sobre los gustos pornográficos de uno de los fundadores del modernismo. Como era de esperarse, el autor de La Metamorfosis tenía cosas extrañas guardadas en su cajón de cochinadas. Por ejemplo, su colección de ejemplares de  Der Amethyst, una publicación clandestina que incluía imágenes de criaturas con forma de puercoespín mamándosela a humanos, golems arrancando los pechos de mujeres con sus garras para devorarlos, y bebés que salían de una par de piernas cortadas.

LEWIS CARROLL

El autor de Alicia en el país de las maravillas era devoto de la iglesia anglicana y no tenía hijos. También le encantaban las niñas pequeñas y pasaba mucho tiempo convenciendo a los padres de su congregación para que le permitieran fotografiar desnudas a sus hijitas. Se rumora que Carroll le propuso matrimonio a Alicia (la niña que supuestamente inspiró el nombre de su novela más famosa) cuando ella tenía 11 años.

LORD BYRON

El famoso poeta pasó su vida viajando por el mundo con una colección de animales exóticos y cogiendo con cualquier cosa que se moviera. Entre sus conquistas se encuentran su media hermana Augusta Leigh, su prima Margaret Parker, y su discípulo, John Edleston. Incluso se dice que violó a Augusta dos días después de que diera a luz. Obviamente, la libido necesaria para escribir esos versos clásicos no conocía límites.