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Ojo, mucho ojo

Las fotos de balnearios colombianos de Mateo Gómez García

Una critica oculta al salario mínimo en Colombia y la imposibilidad de gran parte de la población de la sabana de Bogotá de conocer el mar, como consecuencia de su situación económica.

Cada periodo vacacional miles de personas buscan escapar de sus rutinas para huir a algún lugar cerca del agua, ya sea alguna playa o parque acuático. Al parecer hay algo en el agua que calma y relaja a cualquiera sin importar de donde venga. Tal vez de alguna manera nos hace regresar a aquellos momentos donde todo era calma y tranquilidad en el vientre materno. Esto al parecer lo tenía muy claro Ebrard cuando decidió convertir el DF en un paraíso urbano con sus playas artificiales.

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Para esta entrega de Ojo, mucho ojo, platicamos con Mateo Gómez García (de Colombia) sobre su serie Balnearios.

VICE: ¿Cómo comienzas en la fotografía?
Mateo Gómez García: La verdad es una pregunta que me hago a menudo. La fotografía como carrera por así decirlo la comencé aprender y a ejercer cuando tenía 18 años. Sin embargo mi relación con este medio es desde mi infancia. Siempre me a fascinado la imagen fija. Cuando era niño solía pasar horas en la casa de mi abuela viendo los álbumes y jugando a seleccionar las fotos que mas me gustaban.

¿Cuales son tus influencias?
Más que influencias los llamaría gustos. Digo esto ya que lo que realmente influye mi trabajo son las propias circunstancias y pruebas que me pone la vida. Los gustos son muchos, en este momento me encanta el trabajo de Lars Tunbjork, Jim Goldberg, Erik Van Der Weijde, Jh Engstrom, Dash Snow, Amy Elkins, Mitch Epstein… Y la lista puede continuar. Sin embargo me fascina también la fotografía norteamericana, desde Walker Evans, Stephen Shore, Joel Meyerowitz, Joel Sternfeld, Richard Misrach, Sheron Rupp y bueno el referente más contemporáneo de esa línea sería Alec Soth.

¿Qué buscas con tus imágenes?
Pues, ¡qué te digo yo! La verdad no te podría responder. Para mí cada proyecto tiene sus propias búsquedas, las cuales se van desarrollando a su debido momento. Yo lo único que hago es entregarme al cien por ciento en lo que estoy haciendo y dejarme llevar, por así decirlo.

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¿Cómo defines tu trabajo?
Como la plataforma más efectiva para dar una opinión personal del mundo.

¿Se relaciona tu trabajo con tus experiencias personales?
Totalmente, la fotografía me ayuda a lidiar con el mundo. A veces me siento como un perro que quiere morderse la cola, pero es lindo tratar de darle forma y sentido a un proyecto que tiene un enfoque social desde una perspectiva completamente personal.

¿Cuál dirías que es el tema principal de tu obra?
El tema principal de mi obra es la exploración de la identidad colombiana, o por lo menos siempre intento sugerir ese tema en cada uno de mis proyectos. Trato en lo posible que mi trabajo no se vea como una verdad absoluta.

¿De que trata la serie de Balnearios?
Balnearios es una critica oculta al sueldo mínimo en Colombia. La gran mayoría de la población colombiana gana un mínimo de 616 mil pesos colombianos, algo así como 308 dólares, sin contar que Bogotá es la quinta ciudad más cara en América del Sur. Años atrás fui con mis padres a uno de estos lugares y quedé realmente fascinado. Una constante que noté en varios de estos espacios de entretenimiento acuático era la emulación del mar. Ese fue el vínculo que me ayudó a conectar la imposibilidad de gran parte de la población de la sabana de Bogotá de conocer el mar, como consecuencia de su situación económica.

Asimismo me interesaban los distintos usos que se le da a las piscinas, ya sea en un club privado para tonificarse o en espacios públicos para divertirse (cómo una masa gigantesca de agua sirve como metáfora para mostrar las distintas necesidades de la gente y en que condiciones se encuentran).

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¿Qué te atrajo de los balnearios que te llevó a hacer esta serie?
Lo que me atrajo de los balnearios fue la recreación de distintos clichés del mar. Sin embargo también me pareció interesante el espacio en sí. Me ponía el vestido de baño y trataba de parecer lo menos profesional posible. Yo era un usuario más de las piscinas, tomaba fotos, me tomaba unas cervezas y me asoleaba un poco, ¡el camuflaje perfecto!

¿Hubo algún cambio entre la idea que tenías cuando comenzaste el proyecto a cuando lo terminaste?
La idea fue siempre la misma, sin embargo el modo en el cual estaba desarrollando el trabajo era muy Massimo Vitali, por así decirlo. Realmente al ver el trabajo del señor Massimo me vi repetido en esa representación e inmediatamente cambié el enfoque.

¿Cómo resolviste este proyecto técnicamente?
El proyecto fue realizado en formato medio con una cámara de 6 x 4 1/2, película diapositiva. El proceso fue increíble, ¡ya que todo lo medí a ojo! Debido a una leve banca rota [risas]. Y pues sabes bien que el margen de error que da la diapositiva es nulo. Lo más increíble es que dos años y medio después el proceso E6 acá en Colombia se fue a pique, ahora trabajar diapositiva es extremadamente costoso.

¿Estás trabajando algún proyecto actualmente?
Si, actualmente estoy trabajando en dos proyectos, los cuales en su debido momento los mostraré.