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cuatro veinte

Meter mariguana a México es cosa de fresas

Un reporte desde Tijuana.

“La mariguana medicinal es ilegal en México - Ilegal meter a Estados Unidos” advierte un letrero en la vía rápida de la 805 sur en dirección a Tijuana. Estamos en San Diego; hace varios años el estado de California legalizó el uso medicinal de la mariguana, creando una nueva cultura y aceptación de la planta. Este letrero es reciente, pero se encuentra a media milla de otro letrero muy similar que lleva años advirtiendo a los gringos que cruzar armas a México también es ilegal.

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Si llevas rato consumiendo mariguana en México te has percatado de qué tanto el método de distribución como la calidad de la mota que circula ilegalmente por las calles, no ha cambiado en absoluto. En el mercado mexicano de la droga, el cliente nunca tiene la razón. Exigirle a un dealer callejero algo más fresco o con menos cocos es mala idea y como muchos productos en nuestro país, hay monopolio y poca competencia.

Hasta la fecha el narco sigue mandando mariguana a estados de EU que no la han legalizado, y por lo tanto en sitios como Chicago siguen confiscando toneladas de mota de Sinaloa al año. Pero pronto, el crimen organizado no tendrá mercado para exportar mariguana mexicana a Estados Unidos, gracias a el lento (pero seguro) proceso de legalización que tiene al estado de Colorado como epicentro. ¿La razón? La mota mexicana nomás no pega en comparación con la ganja radiactiva que crecen en el gabacho.

Claro, hay maneras de comprar esta mariguana medicinal, o chronic en México pero para cuando llega al consumidor ésta ha sido cortada, empaquetada en ladrillos y perfumada con Windex. Para los que fumamos en la frontera siempre ha existido la opción de comprar mariguana de California, uno de los mayores productores legales de mota en el mundo. Ahí un guato cuesta diez veces más (unos 500 pesos) que en las calles de Tijuana, convirtiéndola en una comodidad de clase media entre los bajacalifornianos. No es lo que venden en los callejones sin salida de la Zona Norte de TJ.

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Son mexicanos con doble ciudadanía, jóvenes y adultos los que cruzan a diario pequeñas cantidades de medicina verde; se arriesgan a ser sorprendidos por agentes del Ejército Mexicano, Policías Federales y hasta el mismo SAT, quienes llevan años “protegiendo” la frontera de nuestro lado. Estas medidas de seguridad llegaron con la renovación fronteriza que se llevó a cabo en esta garita hace casi dos años, cuando el entonces presidente Felipe Calderón inauguró El Chaparral, una estructura imponente que evoca a Blade Runner y de cierta forma la misma guerra contra el narco.

(Los churros de chronic que vende Tacho a sus amigos.)

“Antes estaba más pelada”, me cuenta un conocido a quien llamaremos Tacho. Él lleva años cruzando casualmente en su Jetta con botesitos de medicina en la bolsa, cargando hasta cuatro gramos a la vez. Tacho no es un dealer, ni mucho menos tiene ningún tipo de vínculo con el narco. Es un chavo fresa que le gusta fumar, le gusta ganar un poco de feria extra vendiendo entre sus amigos cercanos. “Antes me la aventaba a pata. A la mala porque a veces hay placas con perros al tiro, pero la gente lleva haciéndolo desde hace años”.

VICE: ¿Te ha tocado que te olfatee un perro mientras cruzas con mota?
Tacho: Sí, o sea, no se me acercan pero obviamente ahí la tengo. No sé si ahorita sea igual pero en esos tiempos se supone que los perros que tenían no los entrenaban bien, no tenían presupuesto para mandarlos a entrenar bien. Crucé un par de veces con los perros ahí y no me ladraron ni nada.

Y antes de que Calderón abriera El Chaparral, ¿era más fácil cruzar en carro?
Antes casi nunca te tocaba inspección, cruzabas y te ibas pa' tu casa o en chinga a vender. Luego con El Chaparral pusieron a los wachos, los federales, pensaba que iba a ser más difícil pero es igual. Depende de uno, de tu aspecto, cómo te expresas, nomás no verte sospechoso.

Tacho tiene una tarjeta que le permite comprar productos legales de mariguana medicinal en California. La consiguió como muchos, es tan sencillo como ir a un consultorio médico, decir que no puedes dormir, o padeces de algún tipo de estrés y listo, calificas para el tratamiento. Tacho va con su tarjeta a un dispensario, compra gallos pre-enrollados y se viene a Tijuana a fumarlos.

La semi legalidad de la planta en California ha creado desde hace muchos años un tipo de vacío legal en la frontrea. Sobre todo considerando que el Art. 479 la Ley General de Salud estipula que podemos tener hasta cinco gramos de mariguana en nuestra posesión. Fuera de cruzar ilegalmente el producto, Tacho y cientos de personas como él consumen y distribuyen mariguana sin sangre, algo que en México podemos considerar un logro.

Con los años la frontera norte de México ha sido intrínseca con el tráfico de drogas. El departamento de Homeland Security de EU ha gastado millones en proteger sus fronteras tratando de evitarlo, desde la chora más diminuta que olvidaste en el cenicero de tu carro hasta los 20 ladrillos que puedes llevar en la cajuela, cruzar droga a Estados Unidos es algo que la mayoría de los civiles evitan por temor a ir a cárcel, o peor aún, perder la visa. Mientras tanto nuestro país está en guerra con el narco, pero como podemos ver, meter sustancias ilegales a México es cosa de fresas.