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Cultură

Mi padre era un terrorista

Zak Ebrahim tenía siete años cuando su padre asesinó al rabino Kahane y tenía diez cuando estalló la bomba en el World Trade Center (que dejó más de mil heridos).

Zak visitando a su padre en la prisión Rikers Island en 1991 (Foto cortesía de Zak Ebrahim)

El día 5 de noviembre de 1990, El Sayyid Nosair entró a un hotel de Manhattan y mató a Meir Kahane, el rabino ultranacionalista que fundó la Liga de Defensa Judía. El egipcio fue sentenciado a 22 años de prisión por su delito (el primer asesinato terrorista en EU realizado por un musulmán yihadista) y después logró ayudar a planear el bombardeo al World Trade Center en 1993 desde su celda en la cárcel.

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Zak Ebrahim tenía siete años cuando su padre asesinó al rabino Kahane y tenía diez cuando estalló la bomba en el World Trade Center (que dejó más de mil heridos). Cuando visitaba a su padre en prisión, el pequeño Zak creía que su padre decía la verdad cuando se declaraba inocente, como que lo haría la mayoría de nosotros a una edad en la que nuestra madre aún compra toda nuestra ropa. Fue hasta unos años después (cuando leyó los detalles de la redada que la policía hizo en su hogar en 1990) cuando se dio cuenta de quién era realmente su padre y que “había escogido al terrorismo antes que a él”.

Ahora Zak da conferencias en las que promueve la tolerancia y acaba de publicar un libro llamado The Terrorist’s Son: A Story of Choice (El hijo de un terrorista: Una historia sobre decisiones), en el que relata su educación y describe cómo escapó de la ideología radical con la que lo criaron y en lugar de eso escogió una vida dedicada a promover la paz. Hace poco me reuní con él para platicar.

Zak Ebrahim en TED2014 – The Next Chapter Vancouver, Canadá (Foto por James Duncan Davidson)

VICE: Hola, Zak. Por favor preséntate.
Zak Ebrahim: Claro. Me llamo Zak Ebrahim y el día 5 de noviembre de 1990 mi padre asesinó al rabino Meir Kahane en la ciudad de Nueva York. Después descubrieron que ayudó a planear el bombardeo al World Trade en 1993. Trato de usar las experiencias que viví al ser criado dentro de una ideología extremista (y las experiencias que me ayudaron a salirme de eso) para predicar la tolerancia y la aceptación de las personas que no son iguales a mí.

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¿Cuál es el recuerdo más antiguo que tienes de tu infancia en Pittsburgh?
El primer recuerdo que tengo es de cuando fuimos en familia al parque de diversiones en Kennywood, que aún existe hoy en día. Aún puedo recordar cuando estaba en el carrusel con mi hermano y mi padre.

Mencionaste que una vez fuiste a un campo de tiro con tu padre cuando sus ideas se volvieron más radicales. ¿Fue un cambio repentino y notorio o fue gradual?
Mi padre era un hombre muy cariñoso y comprometido y así fue hasta que cumplí cinco o seis años. Pasaba mucho tiempo con la familia. Tenía un gran sentido del humor. Pasábamos mucho tiempo juntos. Íbamos al parque a jugar beisbol y futbol. Cuando cumplí seis o siete años, sus puntos de vista comenzaron a ser más radicales. Tuvo malas experiencias a lo largo de su vida y empezó a asistir a una mezquita en la ciudad de Jersey donde Omar Abdel Rahman el “jeque ciego” solía dar sermones. Empezó a convivir con un grupo de hombres que terminaron siendo los responsables del bombardeo al World Trade Center en 1993.

Junto con tu padre.
Sí. Se sabe que ayudó a planear el bombardeo desde su celda mientras estaba en prisión por el asesinato de Meir Kahane.

¿Visitaste a tu padre cuando estaba en la cárcel?
Él se declaró inocente por muchos años. No lo declararon culpable del asesinato de Meir Kahane sino por agresión y por posesión de armas. Lo sentenciaron a 22 años de prisión y fue entonces cuando se esfumó la posibilidad de que nuestra familia se volviera a reunir. Lo visitaba en la cárcel llamada Rikers Island y en la penitenciaría de Attica en Nueva York.

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Aún después de ir a prisión siguió siendo parte de nuestras vidas pero como nos mudábamos muy a menudo nos resultó imposible seguir visitándolo. Con el paso del tiempo, las visitas fueron menos frecuentes al igual que las llamadas. La última vez que lo vi en persona fue a los 16 o 17 años.

¿Qué sentías cuando lo visitabas o lo llamabas a esa edad?
Mi vida era un caos total. Además del bullying que sufría todos los días, siempre terminaba en alguna pelea. Tuve que cambiarme de escuela porque el bullying era demasiado. Tras muchos años de tener las mismas pláticas con él (“¿Cómo estás? ¿Qué tal la escuela? ¿Cómo va todo en casa?”), sólo podía pensar “Si de verdad te importara cómo está tu familia, entonces por qué escogiste este horrible camino?”. Me harté de tener la misma conversación con él cada semana, así que me encargué de que mi familia se alejara de él.

Zak visitando a su padre en las instalaciones de la cárcel de Attica, 1994. En el fondo se ve una casa pequeña que es donde su familia se quedaba el fin de semana. (Foto cortesía de Zak Ebrahim)

¿Cuál fue la reacción de tu comunidad tras el arresto de tu padre?
Desde que arrestaron a mi padre se hizo evidente que nuestra comunidad no nos quería de vuelta ahí. Tuvimos mucha suerte porque una escuela privada musulmana en la ciudad de Jersey nos ofreció una beca porque no teníamos a donde ir. Por supuesto, todos en la escuela sabían quiénes éramos puesto que también formaban parte de la comunidad musulmana.

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Puedo entender la razón por la cual muchas personas no querían que los asociaran con nosotros: éramos los hijos de El Sayyid Nosair. Viví aislado gracias a eso. La situación se tranquilizó de cierto modo hasta que ocurrió el atentado al World Trade Center. Para ese entonces ya nos habíamos mudado unas cuantas veces y habíamos logrado escapar, hasta cierto punto, de la sombra de nuestro padre. Me refiero a que muchas personas no sabían quienes éramos en esa época.

¿Cómo era la vida en tu hogar durante esa época?
Después de que arrestaran a mi padre, los miembros de su grupo nos visitaron por muchos años. También arrestaron a muchos de ellos por estar involucrados en el atentado al World Trade Center. Estos hombres trataban de formar parte de nuestras vidas. Sabían que habíamos perdido a nuestro padre, así que creo que intentaban honrar su legado de alguna manera cuidando a su familia. Es por eso que estuve en contacto con la misma ideología.

¿Por cuánto tiempo?
Desafortunadamente, cuando mis padres se divorciaron, mi mamá se volvió a casar y mi padrastro también era un fanático que a menudo trataba de enseñarme sobre el mundo exterior. Nos mantuvo aislados por muchos años. Iba de la casa a la escuela y luego de regreso. Eso era todo. Por tres años y medio no fui a ningún otro lugar. No convivía con mis amigos fuera de la escuela. Estuve encerrado en una burbuja ideológica. Fue hasta que tuve la libertad de experimentar el mundo cuando empecé a deshacerme de esas lecciones que me habían enseñado. [Mi padre] solía decirme que “un musulmán malo era mejor que una persona no musulmana”. Mi padre me enseñó que todos los judíos eran malos y mi padrastro compartía esa idea.

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La conferencia de Zak en TED

¿Recuerdas en qué momento empezaron a cambiar tus opiniones?
Uno de los momentos más decisivos para mí fue cuando estuve en una iniciativa para que un grupo de jóvenes discutiera sobre temas relacionados a la violencia juvenil, en particular la violencia en las escuelas. Me encontraba en una convención nacional para jóvenes y estaba trabajando con un grupo de chicos de Filadelfia. Después de tres días me di cuenta de que uno de los chicos que se habían vuelto mis amigos era judío. Nunca antes había tenido un amigo judío. Estaba muy sorprendido ya que toda mi vida me habían enseñado que nosotros no sólo no podíamos ser amigos, sino que éramos enemigos natos. De inmediato me di cuenta de que no era cierto. En ese momento creía que había hecho algo que me habían hecho creer que era imposible, así que me sentí orgulloso. Ese fue una de las primeras veces que desafié la ideología con la que había crecido.

Mencionaste que el programa The Daily Show con Jon Stewart influyó tu forma de ser. ¿Puedes contarme más detalles?
Debido a mi asilamiento, me fascinaba el mundo exterior. Él hacía parecer que tener interés por los acontecimientos en el mundo y no sólo por MTV era algo cool. Algo que influyó particularmente en mí fue que Jon Stewart desafiaba las ideas que tenían los extremistas acerca de los gays. No sólo fue eso, también fue la manera en que explicaba las repercusiones que traía una ideología radical.

Por último, ¿por qué escribiste el libro? ¿Qué mensaje quieres difundir?
La razón principal fue porque quería que la gente tuviera una idea más clara sobre lo que vive un niño al crecer rodeado de esta clase de ideología. Además, quería transmitir todo lo que he aprendido con las experiencias que viví y que me ayudaron a salir de este estilo de vida tan intolerante.

Cabe destacar que, a pesar de que viví rodeado de esta ideología tan temida por la gente, logré deshacerme de ella y promuevo la tolerancia y la aceptación de las personas que no son iguales a mí. Si yo pude salir, entonces ¿qué les dice eso sobre la gran mayoría de musulmanes en el mundo que nunca han vivido tal nivel de extremismo?

Gracias, Zak.

@TBreakwell