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Cultură

Michael White es la persona más famosa de quien nunca has escuchado

El hombre que descubrió a Kate Moss también salía con Jack Nicholson, Monty Python y con casi cualquier persona que se pueda decir famosa.

Michael White a principios de la década de los 70. Todas las fotos cortesía de Michael White, a menos que se especifique lo contrario

¿Cómo puedo contar la historia de un hombre que ha pasado toda su vida contando la historia de otros? Intento encontrar la respuesta a esta pregunta sentada en el piso en la casa del productor de teatro Michael White en la exclusiva zona londinense de Westbourne Grove mientras observo una colección infinita de álbumes de fotos.

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“Tengo 20 mil fotografías de personas. Sólo tomo fotografías a las personas, no a los lugares”, dice Michael ignorando el hecho de que las “personas” de la que habla son precisamente algunas de las figuras más emblemáticas de la cultura popular en las últimas cuatro décadas.

Bruce Anderson, Margaret Thatcher, Dennis Thatcher, Naomi Watts.

Hay una foto de un joven Bob Geldof sosteniendo un par de huevos de pascua; a unas cuantas páginas hay una foto de Jack Nicholson mostrando sus músculos junto a una alberca; también hay fotos de Naomi Watts, de Bruce Anderson (columnista conservador) y de Margaret Tatcher en un álbum que está junto a un árbol de Navidad. En la repisa de su chimenea hay una pequeña foto enmarcada en la que sale Kate Moss con el hijo de Michael en su regazo, una foto que tomaron en unas vacaciones en los 90.

“Michael White es la persona más famosa de la que nunca has escuchado”, dice la actriz Greta Scacchi en el documental The Last Impresario, que trata sobre la vida de Michael. Es probable que no lo hayas escuchado de él pero definitivamente conoces su obra.

Michael White, Susan Sarandon, Boy George.

Michael descubrió a hombres como John Cleese (y presentó a Yoko Ono y a Pina Bausch en Gran Bretaña). Él se ha encargado de moldear la sensibilidad de tu generación, al igual que la de tus padres. Asimismo, sus producciones como Oh! Calcutta, The Rocky Horror Show y Polyester liberaron el concepto de camp y lo elevaron al nivel de la estética convencional.

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A pesar de su impresionante vida social. Michael White es, como lo presentan en The Last Impresario, muy tímido y reservado. El Michael que conocí durante el mes pasado es un anciano de 78 años con asma crónica que me habría gustado conocer hace 10 años, es decir, antes de que todas las fiestas a las que me hubiera encantado que me invitara afectaran su salud.

Michael White en el cine londinense Electric Cinema en agosto de 2014. Foto por Jake Lewis

Conocí a Michael en agosto, cuando estaba en un cine llamado Electric Cinema, en Nothing Hill, durante una entrevista sobre el lanzamiento de The Last Impresario. La verdad, nunca había escuchado de él antes de recibir el correo promocional, y era muy probable que jamás me enterara de él porque siempre borro los correos promocionales antes de abrirlos. Pero llamó mi atención cuando vi escrito The Rocky Horror Show. Cuando tenía 16 años vi una representación de la obra en Atenas y quedé escandalizada (en un buen sentido) por su desvergüenza.

Entonces decidí asistir al pre estreno del documental y durante la proyección me di cuenta de que todo lo que me gusta se hizo realidad gracias a Michael White.

Jack Nicholson.

La película empieza en la inauguración del Festival Cannes 2010, donde la directora Gracie Otto menciona que “todos giraban en torno a un hombre elegante de edad avanzada que era el centro de atención en medio de la gran celebración”.

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Los siguientes 90 minutos son una narración sobre su vida y un análisis de su carácter basado en una serie de entrevistas con personas muy importantes (como John Waters, Yoko Ono, Kate Moss, el productor musical Lou Adler, John Cleese, el actor Wallace Shawn y al artista islandés Erró, sólo por nombrar algunos).

Supongo que esa fue la manera que eligió Otto para contar la historia de Michael. Para ser su debut como directora, su lista de personajes fue impresionante.

Anna Wintour, John Galliano.

Por otro lado, tal vez fue el carácter de White lo que hizo que todas estas celebridades hablaran. Quería ver con mis propios ojos cómo funcionaba el magnetismo descrito en el documental. Terminamos sentados en un sillón de piel en la parte trasera del cine intentando tener una conversación. Su capacidad para hablar se dañó desde un infarto casi fatal que tuvo en 2005, y yo tengo un acento extranjero muy marcado, por lo que la comunicación no fue nada fácil. De todos modos terminé enamorándome (o algo así).

Pero Michael (quien se ha casado dos veces) no cree en la monogamia. Él dice que: "La naturaleza humana siempre busca 'lo nuevo'". En la película, sus amigos y ex amantes lo describen como un playboy —aunque también dijeron que era más bien divertido y no tan cortés. Un hombre que recibe con los brazos abiertos a las mujeres y que es capaz de detectar ese algo especial que tienen las personas. Según la editora de Vogue, Anna Wintour, Michael fue la primera persona que le habló de Kate Moss.

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Kate Moss, Michael White y su hijo menor, Ben.

“Soy la mejor opción como invitado para una fiesta”, me dijo. “Porque siempre llevo a una chica muy guapa”.

Y a pesar de eso, lograste mantener la amistad con todas tus ex novias, le respondí. ¿Cómo haces para que todas estas mujeres te sigan apreciando con tal devoción después de tanto tiempo?

Jerry Hall, Halmut Newton.

Michael me dijo que no tenía la respuesta a esa pregunta, pero creo que yo sí la tengo: porque es divertido. En nuestra primera reunión, venía vestido con una chamarra bordada, pantalones de cuadros y unos tenis; me dijo le gustaba "vestir bien". Le pregunté sobre las fiestas que organizó y a las que fue en sus buenos tiempos y me dijo que la mejor fue la inauguración del Studio 54, aunque recordaba nada de esa noche.

Bob Geldof.

Insistió en que era mejor ver sus fotografías de los eventos, así que le di mi número y me llamó tres días después. En realidad no creí que fuera a llamar pero me equivoqué; Michael en verdad es un ser social, es una de esas personas que necesita interactuar con otros humanos para sobrevivir.

Desde entonces, cada vez que nos hemos visto me ha escuchado hablar y se ha tomado el tiempo de contarme sobre todos los lugares que ha visitado. No es un hombre de muchas palabras pero, con las pocas que utiliza, logra expresar mucho.

Meg Matthews, Noel Gallagher, Lisa Moorish.

Michael nació en Glasgow en 1939 en el núcleo de una familia adinerada. Lo enviaron a estudiar a Suiza cuando tenía siete años. Ahí aprendió a hablar francés —y luego alemán e italiano— porque ninguno de los otros chicos hablaba inglés. Estudió en la Sorbona y su primer empleo en un teatro fue como asistente del legendario productor Peter Daubeney.

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“En esa época Peter trabajaba en el World Theatre Season (un festival teatral que presentaba obras extranjeras en Londres). Vi obras de la compañía Comédie-Française, de Berliner Ensemble y de muchas otras. Gracias a eso me interesé más en el teatro”.

Naomi Campbell.

Al escucharlo hablar de esa época, es evidente que no se arrepiente de su comportamiento. “Mi primera obra fue The Connection en 1961”, dijo. “La hizo Jack Gelber y se trataba sobre un grupo jazzistas drogadictos que esperan a su dealer. En ese entonces Lord Chamberlain censuraba el teatro y en The Connection los actores fingían inyectarse heroína”.

Después siguieron una serie de proyectos igual de controversiales como Hijo de Oblomov con el comediante Spike Milligan; el espectáculo de variedades Cambridge Circus con Tim Brooke Taylor, Graham Chapman, John Cleese, David Hatch, Bill Oddie, Chris Stuart-Clark y Jo Kendall; y Oh! Calcutta!, un musical con tantos desnudos que probablemente el público nunca había visto tantos, ni en su vida privada.

Michael White, Andrew Lloyd Webber. 

“Una vez David Merrick me dijo que la gente quería ver sexo. ‘Pon algo de sexo en el escenario —una chica linda— y seguro tendrás más audiencia’. Y así ocurrió con Oh! Calcutta! No tenía idea de que tendría tanto éxito, y aunque hubo algunas reseñas horribles, duró siete años en los teatros de Londres y 13 en los de Nueva York”.

Durante los siguientes 20 años las multitudes siguieron asistiendo a ver sus obras, primero al teatro y después al cine. Hizo The Rocky Horror Show y después la adaptaron a la pantalla grande; A Chorus LineAnnie; Monty Python and the Holy GrailMy Dinner with AndrePolyesterThe Comic Strip Presents; Widow’s Peak; e incluso la comedia Nuns on the Run en 1990.

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Roman Polanski, Anjelica Huston. 

¿Que si tiene alguna obra favorita? “Me encantan todas mis producciones, hasta las que no me quedaron tan bien. No me gusta concentrarme en lo malo”, respondió.

Eso no significa que no haya sufrido varias decepciones. Al contrario, tras de una serie de fracasos —como la puesta en escena de Housewife Superstar, que hizo Barry Humphries en Nueva York—, Michael perdió los derechos de The Rocky Horror Show y Lou Adler los obtuvo. Después, se vio forzado a vender una gran cantidad de su portafolio personal para sobrevivir a la bancarrota. Aún así, la diversión continuó por un tiempo, hasta que su cuerpo pagó las consecuencias con una serie de infartos.

Hunter S. Thompson.

En The Last Impresario, Kate Moss afirma que Michael “hoy en día, sale más que yo”, pero en mi opinión, Michael se ha retirado de su vida pública poco a poco en estos últimos años. Y es evidente que la vida tranquila no le sienta bien. Con frecuencia termina nuestras reuniones temprano porque dice que está cansado pero me llama unos días después para que nos reunamos de nuevo.

Jack Nicholson, Dodi Fayed.

Los muros de su hogar, en donde sólo hay un dormitorio, están cubiertos con posters de sus obras y todas las demás superficies están repletas de fotografías de sus amigos y su familia. Este verano Michael no asistió al Festival de Cannes, un evento al que nunca había faltado. Sin embargo, en invierno va a ir a California a disfrutar del jardín de su segunda ex esposa, Louise.

Michael White en Londres, 1983. 

El pasado mes de abril, Michael obtuvo el Premio Oliver a la trayectoria profesional, pero sigue siendo “muy objetivo. La gente de mi generación tiende a menospreciar las obras nuevas o dice que los jóvenes no se arriesgan, aunque no me parece que las cosas fueran mejores en el pasado o en la actualidad. Creo que siempre habrá gente talentosa haciendo cosas brillantes”.

Creo en lo que dice. Si hay alguien que pueda convencer a los demás de que el cinismo es para los perdedores, ese es Michael White.

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