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Cultură

México está de miedo

Nueve razones de por qué aquí sí espantan.

He sido investigador de fenómenos alien y paranormales en México desde 1974, cuando fundé uno de los primeros grupos de ufología en Monterrey. Mi conocimiento me ha llevado a participar en programas de radio y televisión a nivel internacional. Actualmente, trabajo como consultor de Jaime Maussan Producciones, empresa fundada por el ufólogo líder en México. La investigación de los fenómenos alien y paranormales está en su apogeo. Hay un despertar de conciencia, una creencia entre el pueblo mexicano y el gobierno mismo. Estamos estableciendo un precedente y avances en el estudio de estos incidentes inexplicables. Las condiciones para un contacto futuro son buenas. Vice me pidió que resumiera los nueve sucesos más fascinantes en México, y yo dije: “Sí”.  LA VIRGEN QUE LLORA
Sabemos que México es un país de un gran fervor religioso. Uno de los más claros ejemplos es el caso de la virgen que llora en Monterrey, Nuevo León. Diariamente, Hermila Carrasco recibe a cientos de creyentes que llegan a su casa para rezarle a su imagen enmarcada de la Virgen María. La imagen es famosa por derramar lágrimas que, milagrosamente, se deslizan sobre el vidrio. Parasicólogos y la iglesia católica han estudiado este fenómeno, pero nadie puede explicarlo. La imagen fue traída de Colombia en los años noventa. Poco después, empezaron a caer sus lágrimas, y el hecho fue considerado como una manifestación de origen divino. Un aroma a rosas acompaña este fenómeno, y en ocasiones, cuando le ofrecen rosas a la Virgen, aparecen imágenes sagradas en los pétalos. Además, rostros de Cristo y algunos santos se muestran súbitamente para sorpresa de los creyentes. La iglesia ha guardado silencio en relación al caso de la Virgen de Monterrey. Ha dejado que el caso siga su marcha y que los creyentes expresen su fervorosidad libremente. ATRAPEN AL CHANEQUE
En junio de 2007, trabajadores en la veterinaria de un rancho en Metepec, Estado de México, se dieron cuenta de que unas aves que habían estado criando habían sido asesinadas misteriosamente. Temiendo que se hubiera tratado de una rata hambrienta, pusieron trampas y esperaron. Esa misma tarde, Ángel Núñez, un asistente de veterinario, encontró algo atrapado en la trampa. Lo puso en una solución pensando que era una de las ratas egipcias que en ocasiones encontraban de camino al rancho. Al día siguiente, descubrieron que la rata era realmente una forma de vida con características humanoides. Ángel inmediatamente avisó a sus colegas, y examinaron a la extraña criatura, la cual ofrecía una morfología que ninguno había visto antes. El ser medía como 70 centímetros, tenía la cabeza larga, ojos, oídos, nariz, boca, dientes incisivos, manos con cinco dedos y, lo más extraño: cola. Francisco García, un empleado del rancho, recuerda esto del incidente: “¡Era un chaneque! Son como duendes del submundo que andan por ahí haciendo chingaderas. Los he visto cuando salen por un lado del portón y miran hacia la calle. Después se regresan rápidamente cuando se dan cuenta de que los estoy viendo. Esa vez atrapamos uno y probamos que sí existen”.  El extraño animal está a la vista en el rancho como testimonio de los chaneques. Los estudios que se le han realizado no han sido concluyentes hasta ahora, y el enigma del humanoide de Metepec continúa. LA ENIGMÁTICA ZONA DEL SILENCIO
En 1966, el ingeniero Harry de la Peña fue comisionado por Petróleos Mexicanos para localizar yacimientos cerca del bolsón en la cuenca del río Mapimí. La naturaleza de su trabajo requería que se comunicara con sus compañeros vía radio. Sin embargo, la transmisión de las frecuencias era afectada por una fuerte y misteriosa interferencia. Intrigado, De la Peña intentó otras locaciones, pero el extraño fenómeno persistía. Después de pruebas y experimentos, concluyó que esa zona poseía, inexplicablemente, un alto nivel electromagnético.

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Hallado entre los estados de Durango, Chihuahua y Coahuila, se cree que este extenso desierto contiene enormes depósitos de minerales, los cuales parecen generar potentes campos electromagnéticos que interfieren las ondas de radio. Este magnetismo hace también que las brújulas fallen, y muchos piensan que esta área atrae más meteoritos que ninguna otra en el mundo. En julio de 1970, la NASA puso en órbita un cohete antena desde la base de Green River, en Utah, para estudiar la atmósfera superior. La cápsula fue dirigida a tierra en White Sands, Nuevo México, pero fue extrañamente desviada a lo que ahora conocemos como la Zona del Silencio. La NASA dio aviso al gobierno mexicano del aterrizaje inesperado, advirtiendo que contenía el altamente radiactivo cobalto 57. México autorizó que un grupo de científicos y soldados de la NASA buscara el cohete. Usando como pretexto que limpiaba de residuos radiactivos, la NASA buscó alargar su estancia en el país tras percatarse del potencial científico de la zona. De acuerdo a investigadores, la región genera un enorme vórtice electromagnético ideal para lanzar cohetes al espacio. El presidente Echeverría les negó la solicitud y ordenó abandonar el área en un lapso de setenta y dos horas. Muchos misterios quedan en la Zona del Silencio que la ligan a otros lugares enigmáticos del mundo, como el Triángulo de las Bermudas. Se dice que la zona alberga una base extraterrestre y que su enorme vórtice es usado como portal dimensional, a través del cual los ovnis llegan y se van. La zona seguirá siendo un enigma hasta que estas anomalías se expliquen. LA BRUJA DE GUADALUPE
Durante las primeras horas del 15 de enero de 2004, el policía Leonardo Samaniego hacía sus rondas en el municipio de Guadalupe, Nuevo León. Leonardo doblaba la esquina en la calle Álamo en su patrulla cuando vio un objeto oscuro caer de un árbol y levitar sobre el piso. El oficial encendió las luces de emergencia para ver qué era lo que tenía enfrente. “Era una mujer vestida con una túnica negra y un sombrero”, platica Leonardo. “Ella cayó del árbol, pero nunca tocó el piso. Ella sólo flotó. Cuando le eché las luces, me lanzó una mirada de odio y se tapó los ojos, como si la luz le molestara. Tenía tez oscura y dos ojos negros enormes sin pestañas. Estaba envuelta en una capa negra y traía sombrero. No había escoba ni nada de eso, pero voló y me saltó encima. ¡Era una bruja!”. La mujer saltó al coche. Leonardo intentó escapar en reversa antes de comunicarse con la estación para pedir refuerzos mientras el ser diabólico colgaba del parabrisas e intentaba atravesar el vidrio con las garras. Leonardo perdió el control, chocó contra una barda y quedó inconsciente. Poco después, llegaron ambulancias, y la policía revisó el área creyendo que se había tratado de una banda de delincuentes, pero no se encontró ninguna evidencia. Los medios llamaron al incidente “La bruja de Guadalupe” en tanto se realizaba una investigación interna. A Leonardo le hicieron el antidoping y se le evaluó sicológicamente, pero los resultados arrojaron que era un hombre cuerdo y no había estado bajo el influjo de drogas ni alcohol. La secretaría de seguridad pública concluyó que el incidente había sido real, y el caso continúa sin ser resuelto. UN PINCEL CON SERES DEL MÁS ALLÁ
Considerada a sí misma una médium, Aida Petit-Jean es una pintora que tiene, según dice, la capacidad de comunicarse con entes del más allá, los cuales, a cambio, se manifiestan en sus cuadros. Un día, al principio de su carrera, trabajaba en un nuevo cuadro cuando un rostro espectral apareció de la nada en el lienzo. Inquieta, examinó la figura, preguntándose si era efectivamente una aparición. Se trataba del rostro difuso de un hombre de un color muy sutil con grandes ojos. En ese momento, sintió como si la aparición le hablara telequinéticamente. De ahí en adelante, decidió usar ese rostro como base de todo su trabajo. Sus pinturas presentan extraños rostros, masculinos y femeninos, que expresan sufrimiento, tristeza y maldad. Una vez que Aida asumió su nueva habilidad, cantidad de seres comenzaron a aparecer en sus obras. En una ocasión aparecieron cinco rostros diferentes, lo que la llevó a pensar que representaba una escena del infierno mismo. Ella asegura que algunas figuras parecen moverse, como es el caso de una representación en la que un pequeño ente trata de escapar de las garras de otro mayor. Sus experiencias paranormales continúan y ella se siente satisfecha de ser un lazo artístico con el más allá. HUMANOIDES VOLANDO
El 21 de marzo de 1992, una figura humanoide apareció flotando próxima a la Pirámide del Sol, en Teotihuacán, interrumpiendo una ceremonia y causando gran conmoción. La extraña figura medía aproximadamente dos metros de largo, tenía alas y se suspendía a poca altura. Algunas personas dijeron que era la reaparición de Quetzalcóatl en su tierra santa, lo que confirmaría antiguas profecías. Los medios fueron constantemente saturados con reportes, fotos y testimonios de humanoides voladores en el marco del cambio de milenio. Una tarde de marzo de 2000, Salvador Guerrero, un conocido observador del cielo, grababa desde el techo de su edificio, en la Agrícola Oriental, en el Distrito Federal. Notó un punto oscuro en el cielo justo encima de él e hizo zoom in. Era otro humanoide volador, el cual rápidamente desapareció detrás de un edificio cercano. Por esas fechas, otro observador, de nombre Armando Márquez, grabó una criatura similar en Cuernavaca. Armando mantuvo el video en secreto por miedo a que sus colegas se burlaran de él, pero decidió hacerlo público cuando supo del avistamiento de Salvador a través de un artículo de La Prensa. Algunos creen que las criaturas voladoras vienen del inframundo con un propósito específico en estos tiempos difíciles. Otros dicen que son aliens que buscan gente para abducir. También existe la creencia de que proceden del futuro, de otras dimensiones o de mundos paralelos. Sea lo que sea, son una señal de cambios mayores en nuestro tiempo. EL ENCUENTRO ALIEN DE LA FUERZA AÉREA MEXICANA
El 11 de mayo de 2004 fue públicamente anunciado que la fuerza aérea mexicana había encontrado once objetos voladores no identificados durante un vuelo de reconocimiento en el estado de Campeche hacía una semana. Pero no sólo eso: este encuentro había sido videograbado. El material fue mostrado durante una conferencia de prensa dirigida por Jaime Maussan. En un acto sin precedentes, se le permitió entrevistar a los miembros de la misión, quienes fueron autorizados a hablar libremente de la experiencia. El capitán Magdaleno Castañón y los tenientes Mario Adrián Vázquez y Germán Marín Ramírez relataron el encuentro en la televisión nacional. Fue la primera vez que a militares de alto rango les fue permitido hablar de actividad extraterrestre. Comentaron el video, el cual captó la atención y angustia del equipo cuando se dio cuenta de que fue rodeado por objetos luminosos de origen desconocido sin claras intenciones. El avistamiento, también conocido como el “Caso Sedena”, aún no está resuelto. Numerosas investigaciones y reportes oficiales han sido realizados en vano. Hasta la fecha, todo parece indicar que el encuentro fue un evento real de origen desconocido que constituye un auténtico parteaguas en el mundo de la ufología. EL ALIEN DE MONTEMORELOS
En el verano de 1994, José Martínez viajaba en el camino antiguo de Sierra Rayones, en Montemorelos, con unos amigos. Como cada fin de semana, José llevó consigo su cámara para retratarse con sus compañeros y el paisaje. Después de un par de horas, regresó al rancho por algo de comida mientras sus amigos seguían divirtiéndose al lado del río. Este es su relato de lo que sucedió después: “Pensé que mis amigos me estaban jugando una broma, que quizá habían aventado un traste o algo para asustarme. Pero, después de unos segundos, el objeto seguía en el aire, balanceándose ligeramente. Era un disco de unos seis metros. Automáticamente, tomé mi cámara y saqué unas fotos”. José no podía recordar exactamente lo que había pasado después de que tomara la segunda fotografía —sufrió una especie de amnesia—, pero no lo platicó ni pensó mucho al respecto hasta una semana después de que le entregaron el rollo revelado. Las dos fotos que había tomado eran extraordinarias: mostraban al platillo volador en todo su esplendor y majestuosidad, como si hubiera “posado” para la cámara. José compartió la experiencia con sus amigos. Estaban sorprendidos por la claridad de las dos fotos y lo felicitaron por haber tenido tan fantástica experiencia. Pronto contactaron a los medios, y las fotos fueron publicadas en la portada de una revista mexicana de ufología. Ha pasado más de una década desde el incidente en Montemorelos, pero la pregunta continúa: ¿qué sucedió esa tarde después de que José Martínez tomó la segunda fotografía? Seguramente, el secreto está escondido en algún rincón de su cerebro.