Conoce a algunos de nuestros fotógrafos favoritos en el Cine Tonalá

FYI.

This story is over 5 years old.

Ojo, mucho ojo

Conoce a algunos de nuestros fotógrafos favoritos en el Cine Tonalá

'Sin perder de vista' es un ciclo de charlas y presentaciones relacionadas con el mundo de la fotografía y tendrán como sede el foro del Cine Tonalá. El ciclo se inaugura hoy con Pablo López Luz; la entrada es libre.

Nuestro amigo y colaborador Carlos Alvarez Montero, fundador de .357MX, junto con Mark Powell y Alfredo Esparza, quienes también han colaborado anteriormente con VICE, están organizando una serie de charlas con fotógrafos, muchos de ellos, gente que hemos publicado o entrevistado para nuestra columna Ojo, mucho ojo. La primera es este miércoles 17 de junio a las 7PM en el Cine Tonalá con Pablo Lopez Luz, a quien entrevistó recientemente. La entrada es libre.

Publicidad

Sin perder de vista es un ciclo de charlas y presentaciones mensuales relacionadas con el mundo de la fotografía y tendrán como sede el foro del Cine Tonalá. Consulta más información en la página de .357MX y en el flyer del evento:

Mira la entrevista de Carlos con Pablo López Luz a continuación:

Hace aproximadamente ocho años, cuando trabajaba como editor de fotografía para una revista, conocí a Pablo López Luz (1979). Él acababa de regresar de hacer una maestría en arte en la Universidad de Nueva York y desde entonces se ha vuelto un referente obligado de la fotografía contemporánea mexicana. El año pasado su trabajo formó parte de dos importantes exposiciones, Urbes Mutantes en el Internacional Center of Photography de Nueva York y America Latina: 1960-2013 en el Museo Amparo en colaboración con la Fundación Cartier.

Me reuní con él en su estudio para charlar de su más reciente libro Pyramid entre otras cosas.

VICE: ¿Cómo te definirías como fotógrafo? ¿qué papel juega la fotografía en tu vida?
Pablo López Luz: Seguramente mi respuesta es igual que la de la mitad de los fotógrafos. Para mí la fotografía es una manera de insertarme dentro de la misma conversación artística con la que he podido dialogar desde muy joven. Mi padre es galerista y es el trabajo que armó toda su vida. La mayoría de mis recuerdos de infancia son en museos, galerías, con artistas; fue algo de lo que desde muy pequeño quería ser parte de una manera u otra. La fotografía fue la manera que encontré para poder expresarme, para poder representar ideas o pensamientos; es una posibilidad de poder ser parte de ese mundo y a la vez de definir temáticas que me interesan. No tengo la capacidad de hacer otras cosas, entonces es mi manera de ir haciendo preguntas tratando de encontrar respuestas.

Publicidad

¿Te consideras más un artista que un fotógrafo?
Supongo que sí, con esta idea de que hoy en día todo mundo puede hacer fotografía, yo creo que la diferencia entre un fotógrafo y un artista sería que un artista trata de decir más con la fotografía, no solo hacer una imagen interesante. Nunca me ha importado que esté en una o otra clasificación.

En tu trabajo hay una clara relación entre del pasado y el presente.
Tengo muchas referencias históricas de las que a veces ni siquiera estoy consciente. Obviamente traigo una carga pictórica fuerte debido a mi biografía personal. En mi primer proyecto que fueron estos paisajes de la Ciudad de México, aunque yo no estaba tratando de reinterpretar a los grandes pintores mexicanos de paisaje, me di cuenta de que había una fuerte influencia de esos paisajes del Valle de México que siempre me llamaron la atención. Después con el proyecto de Natura, que son estos paisajes selváticos, también había una influencia pictórica, tanto, que en algún momento una amiga encontró una pintura que era tan parecida a mi foto que parecía como si hubiera copiado la composición.

Entonces me he dado cuenta que además de mi interés por la parte de la historia en el mundo presente, también está la cuestión de identidad, ver si existe realmente una, si somos parte de ella y en el caso de Pyramid, si tiene que ver con nuestro pasado prehispánico o es una cosa que se utiliza más como decoración o nacionalismo, la arquitectura nacionalista ¿no? Entonces ahí está un poco el ligue con la parte de la historia y también que de alguna manera yo quería retomar la temática prehispánica.

Publicidad

¿Por qué es importante para ti la identidad?
Me parece importante porque creo que nuestro país ha sufrido de identidades distintas: de repente estamos más cercanos a Estados Unidos, a veces más cercanos a culturas que no son tan presentes, sobre todo en la ciudad. No estoy hablando de las comunidades que siguen muy conectadas con su pasado. Se trata de ver hasta qué punto hay una relación con nuestro pasado. Me interesaba cuestionar la identidad como un intento de análisis de la misma sociedad en la que vivo.

Hay muchas pirámides en todas tus series, ¿lo hiciste conscientemente?
No, a veces las veía y me parecía interesante y lo hacía. Pero en otros casos no era consciente. Por ejemplo, hice una serie muy pequeña de Hong Kong y hay una especie de pirámide. La gente que la ve piensa que es México y no porque piensen que es una pirámide, sino que hacen una conexión consciente-inconsciente.

¿En Pyrimd cuál fue tu método de trabajo?
Empecé con una beca de Jóvenes Creadores. La idea siempre fue encontrar las representaciones contemporáneas; empecé con un plan muy grande que era hacerlo en toda la República Mexicana. Luego pensé hacerlo nada más en la Ciudad de México porque había suficientes motivos. Al final volví a abrirlo a la República Mexicana, sobre todo a la parte de la ruta maya. La idea fue un poco ir encontrando series, temáticas que se fueran conectando. Dando vueltas por las ciudades, encontrando arquitectura nacionalista de los años cincuenta y sesenta, cosas que fueran manifestaciones de la gente como podría ser un graffiti en la calle o una pintura de "Bienvenidos a Yucatán" en una tienda de verduras. Y luego otra serie de las rejas de la Ciudad de México, que fue un poco lo que inició el proyecto. Después regresé a éstas rejas viéndolas como una especie de reinterpretación de la pirámide; yo creo que esta es la parte más representativa del proyecto. Mientras que en el resto se ven pirámides tal cual, aunque a veces nada más son escalinatas o no es tal cual una pirámide, creo que la última parte fue la más interpretativa, una interpretación mía, más que una representación de la gente a través de la arquitectura o la decoración.

Publicidad

No hay una historia de estas rejas; nadie te dice "éstas rejas pertenecen a esta arquitectura que comenzó en…" no vas a ir con un herrero y te va a dar una explicación histórica de porqué hace ese tipo de rejas y porqué esa paleta de color.A lo mejor estas personas están sacando a través de su oficio una cosa de identidad que vienen cargando consiente o inconscientemente; este era un poco el juego.

¿Tú veías tus proyectos como un libro o el libro es un extra de lo que tú tenías pensado? ¿Cómo se presentan tus proyectos?
Mis proyectos se presentan como proyecto fotográfico. Yo pienso más en cómo podría verse en una pared antes que como se pueda ver en un libro, pero también depende del proyecto. El libro nunca es la primera idea, siempre es la consecuencia. Por ejemplo, en el último proyecto que he estado trabajando definitivamente quiero que exista una publicación, sobre todo, para que se pueda conocer en otros lugares, pero lo primero es tener la imagen impresa para mí. Yo sí creo que sigo teniendo esa idea de la fotografía; no puedo pensar en mi proyecto, no puedo pensar en una edición del mismo proyecto sin tenerlo impreso. No lo puedo hacer en una pantalla ni mucho menos. Entonces tanto para el libro de Pyramid como para el primer libro, son una consecuencia más que un proyecto pensado para una publicación.

¿Cuál es tu próximo proyecto?
Yo había jurado y perjurado que no volvería a hacer fotografías aéreas, porque de alguna manera lo que terminó representándome fue una serie de fotografías aéreas. Como que de repente todo tu trabajo se define en tres imágenes y siempre van a estar esas imágenes aéreas; entonces había decidido que no volvería a hacerlo. Pero había esta otra idea que había tenido desde hace bastante tiempo de fotografiar el paisaje de la frontera México-Estados Unidos. Desde tierra es complicado, porque en muchos casos no es accesible. En otros casos no puedes mostrar la magnitud y mi idea no sólo era mostrar la frontera, sino mostrar un poco el terreno que en la mayoría de los casos es un paisaje o es una zona vacía y luego están éstas ciudades monstruosas. Busco hablar de la imposición de la frontera en el terreno desde otro punto de vista, más que de los conflictos que genera. Aquí está el terreno y aquí hay esta línea que está dividiendo el terreno, entonces la única manera de hacerlo es a través del aire.

Publicidad

Además me gusta porque no es un proyecto de treinta o cincuenta imágenes, sino que siempre lo pensé casi como un ensayo corto de esta temática. La idea más bien era hacer un comentario puntual acerca del paisaje fronterizo. Al final eran máximo dieciocho imágenes y también me gusta esa idea, que tenga un proyecto que pueda desarrollar seis meses o un año y no como otros proyectos que a veces me toman varios años.

¿Quienes han influenciado tu trabajo?
Si me voy muy atrás, creo que las primeras exposiciones que vi de fotografía muy joven fueron una o varias exposiciones de Graciela Iturbide, que además es alguien con la que he tenido contacto desde hace varios años. Probablemente otra influencia es Sebastiao Salgado, una exposición que mi papá hizo en una galería que tenía e Masaryk en 1999 o el 2000. Ya me interesaba mucho la fotografía pero esa fue de las primeras veces que ya vi como funcionaba la fotografía de artista, lo que era verlo en una exposición más que en un libro. Lo que después influyó en mi trabajo fue la escuela americana de los setenta, en particular Stephen Shore y sobre todo Lewis Baltz, que sigue siendo uno de mis fotógrafos favoritos por sus temáticas que no eran tan obvias, que no se habían expuesto anteriormente y la manera como lo hizo. Yo creo que Lewis Baltz es la mayor influencia en mi trabajo.

Hablando de la fotografía americana de los setenta, también diría Robert Adams, Stephen Shore, William Eggleston y William Christenberry, que son los fotógrafos que empezaron a usar el color en esos años. Sobre artistas contemporáneos me encanta, por ejemplo, Josef Albers. Me pareció muy interesante ver que es un artista que dedicó 23 o 24 años de su vida a desarrollar una teoría del cuadrado. Entonces hizo toda cantidad de pinturas en las que de repente lo que cambiaba no era ni siquiera la composición, sino que eran tres o cuatro cuadrados uno dentro del otro y solo cambiaba un poco la paleta de color. A lo largo de estos 23 años de estar pintando exactamente lo mismo fue descubriendo toda una teoría del color, además de la teoría del cuadrado; no conozco ningún fotógrafo joven que pudiera dedicar 10, 15 o 20 años de su vida a un solo proyecto. Me parece interesante la calma, concentración y dirección en ese proyecto desarrollado a través de tantos años.

Publicidad

Es más difícil estando en una época de inmediatez total.
Exacto, si no subes a tu página de internet un proyecto nuevo por lo menos cada año es como que no hiciste nada.

Hay gran parte de la tradición fotográfica en tú trabajo.
Sí, de hecho muchas veces he querido salirme de esta parte tan tradicional que tengo: la composición súper limpia, con todas las reglas del paisaje, con detalle en cada esquina de la fotografía. A veces como que digo "igual y estaría bueno romper un poco con esto", pero es algo que no puedo hacer y en la parte del documental definitivamente me pasó con el proyecto de la frontera, donde en su mayoría eran imágenes abstractas, imágenes del desierto, de zonas entre desierto y tundra. Yo sabía que tenía que regresar a hacer la ciudad porque era una parte muy importante; no puedes hablar de la frontera y no tener la ciudad ¿no? Esa creo que es la parte de documental, ¿como vas a hablar de la frontera y no mencionar en la fotografía una parte tan importante? Lo que termina sucediendo es que tienes el paisaje, la imposición de esta línea, de esta cicatriz, y tienes que hablar de lo que viene después. Hay una parte mía que está casada con una parte más real, no nada más de representación, de hablar de algo y no nada más generar imágenes, sino poder generar un diálogo.