Pablo López Luz

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Viajes

Pablo López Luz

La Ciudad de México, Acapulco y otros lugares vistos desde arriba.

La mayoría de las fotografías de Pablo López Luz (Ciudad de México, 1979) son paisajes, tomas muy abiertas de espacios urbanos, hoteles, cinturones de miseria, o de la naturaleza: bosques, lagos o montañas. Aunque de entrada la fotografía de paisaje se puede pensar como más apolítica o neutral cuando se le comprara con imágenes más obvias, por ejemplo de rostros de gente sufriendo o de situaciones de guerra o pobreza, lo cierto es que un paisaje puede hacernos pensar sobre situaciones más generales, tan amplias como los espacios que presentan.

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Los paisajes de Pablo López Luz nos muestran lugares que nos parecen muy conocidos, como la Ciudad de México o Acapulco, pero nos permite verlos no solo desde otro ángulo sino de una forma diferente, para así poder entenderlos de otra forma. El 31 de octubre y el 1 de noviembre, Pablo estará en el Gimnasio de Arte (en el DF) hablando sobre su proceso de trabajo. Como sabemos que muchos de ustedes no podrán lanzarse, hablamos con él para que nos contara un poco sobre sus fotos.

¿Cómo empezó tu carrera como fotógrafo?
Mi padre es galerista, así que una gran mayoría de mis memorias de pequeño (al menos las más importantes) están ligadas al mundo del arte: a museos, exposiciones, pero sobre todo a los artistas que mi papá conocía o con los que trabaja. Así que desde niño estuve sumergido directamente en el mundo del arte, y siempre supe que ese sería el camino que tenía que seguir.

Por otro lado, tuve un padrino alemán, que también era el mejor amigo de mi papá (un apasionado y aventurero que trabajaba para poder viajar y fotografiar, aunque también llegó a publicar algo de su trabajo), quien —cuando visitaba nuestra casa— organizaba unas cenas para proyectarnos las imágenes de su último viaje. Recuerdo estar absolutamente fascinado por el personaje, su profesión, y más por las imágenes que se proyectaban en la pared, todas de lugares lejanos y exóticos. Es una historia un tanto romántica, pero completamente cierta.

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Más adelante comencé a estudiar la fotografía desde un punto de vista más concentrado (desde la prepa, cuando aprendí todo lo referente a técnica), y también tuve la oportunidad de relacionarme directamente con fotógrafos, en especial Graciela Iturbide, a quien admiro completamente y considero una de mis maestras. Supongo que fue aquí que realmente comprendí la importancia, relevancia y lenguaje de la fotografía.

¿Qué nos puedes decir sobre tu libro, publicado el año pasado por RM titulado simplemente con tu nombre?
En este libro se incluyen fotografías de cuatro proyectos distintos: Terrazo que son paisajes urbanos realizados sobre todo en la Ciudad de México, pero también hay imágenes de Tijuana, Ciudad Juárez y Pachuca; Natura, fotografiado en Chiapas, Acapulco, Los Cabos, y el Nevado de Toluca, que son paisajes básicamente naturalistas; Hong Kong, un proyecto pequeño que realicé en ésta ciudad asiática; y Acapulco,que es un proyecto en el que planteo un punto de vista nuevo al paisaje de esta ciudad.

Así que más que un libro con una temática específica, es más bien una revisión de mi trayectoria como fotógrafo. La temática que se repite y que creo que une los proyectos es que al final de cuentas, es un libro que habla del paisaje, del paisaje contemporáneo en la fotografía y de la relación del hombre con el lugar que habita.

Muchos de tus paisajes se sienten como si fueran fotografías de una maqueta. ¿Cómo logras eso?
Una de las ideas que siempre intenté perseguir con mis paisajes, fue justamente eso, que se pudieran entender estos espacios como escenarios o escenificación de una realidad que sucede día con día. La realidad como escenario, de alguna manera. En el caso de las fotografías de Acapulco lo intenté llevar un poco más lejos, para no solamente retomar el mismo tema anterior, sino también hablar de la artificialidad de la industria turística (que al final es un simulacro de la realidad). Creo que esta estética tiene muchísimo que ver con la distancia a la cual son realizadas las fotografías, creo que eso es la clave.

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¿Tomas tus fotos desde helicópteros o torres? ¿Tienes ideas específicas de los lugares que quieres fotografiar o haces sobrevuelos y vas fotografiando lo que te llama la atención?
La mayoría de mis fotografías son hechas desde puntos de vista altos, sobretodo montañas o edificios, aunque muchas veces se piensa que las hice desde el aire. En el caso de las fotografías aéreas de la Ciudad de México, éstas fueron realizadas en dos vuelos que hice en una avioneta pequeña (de dos plazas). Fue bastante complicado, ya que el espacio de movimiento de la cámara es mínimo (asomado por una mini ventana), además de la vibración de la avioneta y el golpe del viento. Lo bueno es que en este caso, así como en el caso de Acapulco, tenía muy claro qué era lo que quería fotografiar y qué zona. Con Acapulco, las cosas se complicaron aún más, ya que las fotos fueron hechas desde un avión ultraligero, que va completamente abierto, y que vibra mucho más que una avioneta, además que siempre fotografío con película. Así que te podrás imaginar la faena de cambiar rollos de medio formato en un avión ultraligero. El piloto y yo desarrollamos una estrategia bastante sencilla que creo que fue lo que permitió que se pudieran hacer las fotos, aunque obviamente, por la naturaleza técnica del proyecto, perdí muchas de las imágenes que quería hacer.

Se podría pensar que ciudades como Acapulco y la Ciudad de México han sido fotografiadas desde todos los ángulos posibles y sin embargo, tus perspectivas ofrecen una mirada nueva de estos lugares. Muchas veces estas ciudades se vuelven hasta irreconocibles, casi abstractas.
Creo que el secreto es justamente tener claro lo que se quiere decir. Yo sabía, en ambos casos, que quería justamente eso, presentar un punto de vista distinto al que ya se conocía. En el caso de la Ciudad de México, quería adoptar la estética paisajista clásica mexicana (Velasco, Dr. Atl, Murillo y tantos otros), pero retratando el paisaje contemporáneo. En el caso de las fotografías aéreas, nació de una especie de obsesión por poder retratar algo que siempre veía desde ventanas de aviones, y que me parece un paisaje absolutamente único en el mundo, y como tú dices, casi irreal o abstracto.

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Te cuento una pequeña anécdota: hace poco estaba viendo los comentarios que surgieron de una fotografía mía que postearon en Facebook y me pareció muy interesante que había generado una conversación que iba de lo estético, a lo social, a una especie de fascismo ignorante (y también en juego) de muchos de los que estaban comentando (gringos). En fin, en una parte de la conversación, un mexicano algo molesto con la imagen, comentarios y representación "negativa" de su ciudad, afirmó que la fotografía era falsa, ya que ese paisaje no existía en la Ciudad de México. ¡Imagínate! Yo ya ni contesté, la verdad (ya que nunca había sido mi conversación), pero otro usuario sí se tomó el tiempo de buscar el paisaje más parecido que pudiera encontrar en Google Maps para demostrar la veracidad de la imagen.

¿Por qué te interesa Acapulco? ¿Qué es lo que lo hace especial para ti?
En mi opinión, Acapulco es una de las ciudades más interesantes de la República Mexicana. Una de las cosas que la hace interesante es que su historia está dividida tajantemente en dos partes: Los tiempos "gloriosos" del comercio mexicano con la Nao de China que una vez terminado deja a Acapulco abandonado por siglos y después la complejísima historia del Acapulco del siglo XX, como el puerto turístico más importante del país y lo que esto implicó.

Mi proyecto inició más por un interés estético del puerto y un intento por reinterpretar el paisaje de la ciudad. Es un lugar fascinante cuya historia es un reflejo perfecto del siglo XX en México, abarrotado de momentos gloriosos que rápidamente se van agotando presas de la corrupción de nuestros gobiernos y los intereses personales de varios mexicanos. La cronología, que realmente no está relacionada directamente con las fotografías es muy interesante ya que comienza con el Acapulco paradisíaco de la primera mitad del siglo XX, visitada por cientos de turistas que visitan este paraíso para escapar de sus vidas rutinarias (y portarse mal), después continúa por la faceta jetsetera mexicano-extranjera con el festival de cine y las primeras discotecas, y de ahí en adelante tiene una especie de contrapicada que culmina con la sobrepoblación de la ciudad, el crecimiento de barrios pobres y sus implicaciones, y al final, los asesinatos y violencia de la Guerra contra el Narcotráfico.

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A través del proyecto, Acapulco se fue convirtiendo en una pequeña obsesión, ya que también terminé haciendo una colección de más de 400 postales de principios del siglo XX de Acapulco, así como libros fotográficos del puerto y otras cosas.

¿En qué proyectos nuevos estás trabajando?
Mi nuevo libro se titula Pyramid y, en resumen, es un proyecto fotográfico que toma como punto de partida temática el mundo prehispánico mexicano y la reinterpretación, escenificación y relevancia de éste en el mundo contemporáneo. El libro sale para el mes de noviembre, ya que la idea es presentarlo durante el festival de fotografía ParisPhoto.

Si quieren conocer en persona a Pablo López Luz y saber más sobre sus procesos de trabajo, vayan a verlo en el Gimnasio de Arte este 31 de octubre. Y si quieres ver más fotos, visita su página.

Más Ojo, mucho ojo aquí.