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Le pido que me hable de su estancia en la cárcel. "No quiero hablar de eso; estuvo jodido", le da un trago largo a su trago y continúa. "Ahora tengo que andar con cuidado, porque si me atrapan, sería reincidente y serían más años encerrado. No quiero ni pensarlo. Por eso ya solo vendo en pequeña escala, en el mismo sitio y nunca de noche que es cuando los policías pueden pararte. De día casi nunca, pero de noche…". Mientras me explica esto se acerca un hombre cincuentón y Juan le da el último gramo.Son las seis de la tarde y Juan me dice: "Igual tengo que darme otra vuelta por la casa porque todavía vendrá gente. Y por un día que estoy en la ofi …", se ríe.Nos subimos a su coche destartalado y me lleva hasta su casa en las afueras de la ciudad. Abre el congelador y saca una bolsa de plástico con el speed dentro. "200 gramos", me dice, "para este mes".Lee: ¿No te cumple tu dealer? Comprar drogas en internet es una buena opción
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