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Pase y llore

Pase y llore: Qué oso con Malala

¿Qué debe darnos más vergüenza: la irrupción de Adán en una fiesta de la hipocresía o el hecho de tener un régimen que asesina a sus estudiantes?

​La cosa fue así: Adán Cortés sacó una bandera de (algo que más o menos sigue existiendo y se llama) México cuando tomaban la foto en el instante que entregaban el Nobel de la Paz a la adolescente Malala Yousafzai. Ah, sí, y a Kailash Satyarthi (un luchador social indio del más alto calibre, y que ha sido desplazado mediáticamente por esta niña prodigio pakistaní). Creo que ya sabemos de qué se habla y si han estado en una situación que les haya impedido enterarse de algo como esto, de cualquier manera necesitarían una cantidad enorme de referencias antes de ponerse al corriente de cualquier tema de política actual. Así que mejor nos saltamos los antecedentes.

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Resulta que mucha gente se sintió avergonzada por la irrupción de Adán. No por el gobierno de un país en el que suceden tragedias como aquélla por la que, todo ind​ica, estaba protestando Adán (la de los normalistas de Ayotzinapa), sino por el hecho de que un paisano se subiera al podio para romper el protocolo de tan solemne momento. En términos más sintéticos: qué oso.

El hecho de que los guaruras se comportaran de una forma que honraba toda su formación guaruril y lo esposaran era más predecible que final de chick flick noventera. De cualquier forma, volvió explícita la incongruencia de la Academia Sueca y su prestigio moral: lo que hizo este estudiante de la UNAM fue utilizar un foro con una difusión mediática global para llamar la atención hacia el grado de violencia e impunidad que el régimen mexicano permite y, de muchas formas, alienta y produce.

La aparición de Adán sobre el escenario, aunque ingenua y burda en más de un sentido (además de que el chavo no tiene una trayectoria de lucha social heroica, ni nada parecido), cumplió ampliamente el principal fin de cualquier manifestación: difundir la alerta acerca de un problema que se considera grave y presionar a los agentes que deberían intervenir en su solución.

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La forma en que se ha tratado de ridiculizar a Adán Cortés es otra parte predecible de la historia. Al menos, en lo que respecta a los medios chayoteros (sí, tú, López D​óriga; y tantos más), que se han dedicado a meter la mano en los archivos de su perfil en redes sociales y a exhibir alegremente sus borracheras (con alcohol adulterado, según sus propias palabras) y fotos como aquélla en la que le agarra una chichi a un maniquí. En esto, también han estado muy activos varios usuarios reaccionarios de redes, quienes lo han hecho sujeto de burlas sin cobrarle al gobierno federal, aligerándole la chamba a Alejandra Lagunes, la khalessi de los bots.

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Alejandra Lagunes, coordinadora de la Estrategia Digital Nacional para Quique. No tiene que ver mucho con el tema. Sólo la ponemos aquí por si no sabían quién es la abeja reina de los peñabots. Foto ​vía

La condena hacia la forma en que se manifestó Adán puede estar relacionada con el servilismo de un país que ha dejado de ser colonia en un plano (el oficial, y creo que con eso terminamos), pero que no se decide a dejar de serlo en muchos otros. Para muchos, una falta a la etiqueta debe sancionarse más que una decisión u omisión que cuesta la vida a decenas de personas. Y si se hace en uno de los foros más estirados y con mayores pretensiones de autoridad moral (¡ellos nos hacen el favor de anunciarnos quién es la gente más buena del mundo, por Dios!), en un país que se pretende modelo para el resto de las economías occidentales y frente a tanta gente rica y güera, el bochorno puede ser intolerable para varios.

Tal vez pueda ayudarles a aliviar esa vergüenza el hecho de recordar que ese premio (lo digo en el sentido canino), el Nobel de la Paz, ha funcionado desde hace mucho como una de las designaciones de alto perfil más cómodas y útiles a los poderes establecidos en el mundo occidental. Se lo han dado a Jimmy Carter, por el funcionamiento del centro que lleva su nombre, surgido gracias a un blanqueo de millones de dólares que provenían de la Península Arábiga, y a Obama, supongo que por hablar con una retórica mucho más bella acerca de dos guerras que inició la administración anterior, pero que continuó e incluso intensificó. Es decir, me confunde mucho, debido a ejemplos como estos dos últimos (pero que para nada agotan la lista de casos absurdos), la idea de "paz" que tiene la Academia Sueca. Supongo que si ella tuviera la misma definición de esa palabra que el común de los mortales, le habría dado el premio, antes que a Obama, a Chelsea Manning, por ejemplo. O a Ken Saro Wiwa (a quien no creo que hayan tenido la intención de dárselo antes de que fuera ejecutado). Seguro que les resulta más fácil entregárselo a disidentes de repúblicas islámicas, como Malala (lo que no es una forma de desestimar su lucha, aclaro).

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Si eres el líder del mundo libre, puede ser difícil resistir la tentación de mandarte hacer un Nobel. Foto ​vía

Es decir, no nos hagamos mensos: lo que interrumpió el despliegue de la bandera entintada fue la entrega de un instrumento de adoctrinamiento, que está al servicio, sobre todo, de los organismos financieros internacionales.

Por lo pronto, Malala, aunque no fue muy elocuente (ni profunda) al respecto, avaló tímidamente la intervención (todo lo que se sabe que dijo fue: "en México hay problemas"). No nos debe dar pena con ella, pues.

Como no había forma de probar que puso en peligro a los asistentes, Adán enfrentó el cargo de "alteración del orden", un instrumento del más puro autoritarismo que, al parecer también está presente en las supuestas "democracias modelo". Y el gobierno noruego le negó al estudiante el asilo que había pedido por temor a la manera en que fuera a reaccionar el régimen por sus actos. Le dijeron que estaba exagerando. Y aunque estaría de acuerdo en que su intervención no le coloca en la cima del riesgo del activismo, asumir que no corre peligro y que nadie lo molestará a su regreso es algo que sólo le podemos dejar a quien no conozca la tradicional saña de la estructura política mexicana. Acuérdense de que la prensa extranjera es tal vez el punto que más le duele a Quique y sus amigos. Ahí es donde Adán les dio un certero trancazo y justo cuando más les tunden.

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[Por cierto, mientras escribo esto, están circulando dos noticias. Una va de las avionetas mexicanas que derribó ​Venezuela por haber entrado a su espacio aéreo sin permiso. Y, supuestamente, para cumplir una chamba narca. La otra viene del ​artículo del Wall Street Journal​ en el que hablan de la casa de Videgaray (secretario de Hacienda y primer miembro honorario del club de Quique) que está relacionada con el grupo Higa. Sí, el mismo corporativo que participó en la licitación cancelada del tren a Querétaro y que le montó el nidito a la Gaviota. Así que estamos hablando de otra balacera en la prensa internacional. Me voy a dormir, pensando que buena parte de ese gabinete se va quedar cagando chile toda la noche].

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