Cuando el amor falla, ¿por qué no salir contigo mismo?

FYI.

This story is over 5 years old.

Viajes

Cuando el amor falla, ¿por qué no salir contigo mismo?

Un proyecto fotográfico de Penélope Koliopoulou

Estar en una relación puede ser bastante apestoso. Como si tu propia incapacidad de lidiar con el mundo que te rodea no fuera suficiente, activamente decides limitarte a las locuras de otras personas, lo que me parece una cosa extrañamente masoquista en la que se clavó todo el planeta.

La fotógrafa Penélope Koliopoulou también encuentra interesante el concepto de las relaciones, y decidió explorarlo en un proyecto, Self Portraits, en el que posaba como ambas mitades de diferentes parejas. Le llamé para saber si una relación contigo mismo, incluso virtualmente, es o no una buena idea.

Publicidad

VICE: Hola Penélope, buenas fotos. Entiendo que esto fue tu proyecto de maestría en artes, ¿cierto?
Penélope Koliopoulou: Sip. Hice una maestría en moda y cine, y la idea principal era hacer algo con las comedias románticas y lo mal que abordan las relaciones. El problema en estas películas es conseguir al hombre o a la mujer. Una vez juntos, todo se resuelve y se supone que vivirán juntos y felices para siempre. Así que primero pensé en hacer fotos de escenas de películas imaginarias que mostraran a los personajes en situaciones de la vida real, buenas y malas.

¿Fue alguna película en particular la que te molestó?
No, sólo me gustan las parejas; me llaman la atención. Y lo que me gusta hacer con mis fotos es contar historias. Así que contar la historia unas cuantas veces parecía ideal. Pero no estoy obsesionada con las relaciones; de hecho, todo lo contrario.

Lo que me fascina es cómo la gente se las arregla para unir sus mundos. Todas estas personas, con sus propios problemas y experiencias, se toman el tiempo de intentar coexistir.
También es frecuente ver a parejas que están juntas y te preguntas por qué. Hay tantas inseguridades y complejos involucrados y a veces es obvio que esas personas no se están haciendo feliz una a la otra. Pero continúan su relación por el miedo a estar solas. Ese es el lado oscuro de las relaciones románticas.

¿Crees que te enfocaste en ese lado?
No, yo creo que me enfoqué en ambos, porque ésa es la realidad. Pero al mismo tiempo, quería hacer las fotos un poco graciosas, incluso cómicas, así que algunas pueden ser un poco exageradas.

Publicidad

Sí, y hay algunas escenas que son bastante arquetípicas. Los hippies con rastas, por ejemplo.
Con suerte, eso los acercará a la audiencia.

¿Basaste tus personajes en gente que conoces?
No realmente. Tiendo a categorizar a la gente, a ponerlos en pequeñas cajas en mi cerebro, basadas en su personalidad y estilo de vida. En eso es en lo que se basan mis parejas.

Yo también lo hago. ¿Pero no está mal categorizar a las personas? Seguramente somos un poco más complejos que eso.
Claro, pero todos lo hacemos. Además somos nosotros los que nos ponemos en cajas. Por ejemplo, escogemos vestirnos de cierta manera. Algunas personas dicen que no debes juzgar a las personas por su aspecto, pero claro que debes, y lo haces, y no es el fin del mundo.

¿Por qué decidiste hacer estos autorretratos en lugar de contratar gente?
Inicialmente pensé en hacerlos usando a mis amigos. Pero siempre he trabajado con autorretratos; siempre me han interesado las conversaciones que tienen que ver con identidad. Después de discutirlo con mi tutor en la universidad, tenía más y más sentido que yo fuera la "protagonista". Al final, eso fue lo que hizo el proyecto divertido e interesante. Sabes, usé maquillaje y pelucas y un montón de vestuarios para convertirme en personajes diferentes, pero mis escenas favoritas son las que todo el personaje se basa en un movimiento específico, como la manera en la que doblé mi cadera, para parecer más un hombre.

Publicidad

Aunque también podía llevar esta conversación un poco más lejos, hablar de cómo proyectamos nuestras expectativas hacia las personas con las que escogemos estar, incluso si a veces esas expectativas no tienen nada que ver con quién ellos son en realidad.

También los imitamos, copiamos sus expresiones, gestos o frases que usan.
Sí. Y terminan viéndose más y más parecidos, y a veces pierdes tu sentido de ti mismo.

Penélope trabaja en un diario de fotos de 365 días. Chécalo aquí (contiene material explícito).

Sigue a Elektra en Twitter: @elektrakotsoni