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Efectivamente estas declaraciones eran un hecho sin precedentes en la historia del clero y le hicieron ganar al Papa un puesto central en los medios de comunicación de todo el mundo, así como el apoyo de políticos, intelectuales, personalidades del mundo del entretenimiento y laicos, debatiendo con los gobiernos del mundo problemáticas que hasta entonces la Iglesia ni siquiera había contemplado. Seguramente el momento cumbre de esta tendencia tuvo lugar cuando la revista Time lo eligió como personaje del año ya que —parafraseando a Gibbs— "en menos de un año […] ha hecho una cosa extraordinaria: no sólo ha cambiado la letra, también ha cambiado la música".No hace falta decir que esto fue un duro golpe para todos aquellos que, como quien ahora escribe, considere que las religiones son una creación humana fruto de una gran laguna intelectual y cultural. Pero más allá de las creencias —o no— espirituales, es legítimo preguntarse si este Papa representa un cambio real respecto a los gravísimos escándalos —sexuales, económicos y políticos— en los que se ha movido el Vaticano durante los últimos años. O si por el contrario, detrás de todos sus movimientos de animador y de su cuidada imagen pública, este papado no es nada más que la encarnación de toda la ambigüedad seductora del catolicismo.Estas contradicciones, las zonas grises y sus actitudes esquizofrénicas y peloteras, han aumentado particularmente durante los últimos meses en una escalada dictada por la apretada agenda del pontífice: desde su gira estadunidense al pressing a la política italiana e internacional por el Sínodo de la Familia y de ahí a sus corruptelas para conseguir el Jubileo Extraordinario que tanto quiere Bergoglio. Pero miremos de cerca algunas de estas últimas contradicciones para ver hasta donde llega la estafa del Papa Francisco.
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AMÉRICA Y EL COMUNISMO
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No obstante muchos chilenos fieles decidieron llevarle la pregunta al Papa Bergoglio a través de una representación de una veintena de parlamentarios, quien respondió a los periodistas diciendo que la Iglesia "ha perdido su libertad, la gente se ha dejado llenar la cabeza por los políticos y ha acusado al obispo sin tener ninguna prueba" y "pensad con la cabeza, no os dejéis engañar y no os guiéis por la nariz, han sido los izquierdistas quienes se han inventado esto". Por otro lado Bergoglio se ha caracterizado desde su toma de posición por mitificar la figura de Carol Wojtyla, el Papa más ferozmente anticomunista de la historia y cuyo trágico legado irá siempre relacionado con su oposición al uso de los preservativos en el momento de mayor virulencia de la pandemia del SIDA.
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EL CASO DAVIS: MATRIMONIO GAY Y GÉNERO
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No se encuentra entre los fans de Krzysztof Charamsa, ni de su salida del clóset. Es sintomática, sin embargo, la reacción inmediata del Vaticano, que al instante de la declaración de Charamsa lo condenó y lo relevó de sus funciones. Es importante destacar este hecho porque el Vaticano es garantista y tolerante cuando entre sus funcionarios y representantes alguien es culpable de crímenes reales o hace declaraciones justificando desde el feminicidio a la pedofilia, pasando por la comparación entre la homosexualidad e ISIS. En estos casos, la iglesia no aplica sanciones.Si estas y muchas otras acciones del Vaticano son ignoradas por los medios de comunicación, o calificadas como simple malentendido, normalmente no se toman como posición oficial del Vaticano. Es bueno recordar que las palabras del Papa no son menos terribles en ocasiones, como cuando en febrero pasado equiparó la petición de derechos de las personas transgénero a las armas nucleares, negando con esta fórmula el derecho a existir de los transexuales.Después de estas declaraciones uno se pregunta cómo la sociedad civil y especialmente los líderes del mundo de la cultura pueden seguir diciendo a sus fans que están entusiasmados con el Papa. Dos ejemplos: la cantante Madonna, que incluso le dedicó una canción de su concierto en Filadelfia en septiembre pasado, dijo que el Papa Bergoglio tiene una mente abierta, que va en contra de las reglas, y, más recientemente, el diseñador Riccardo Tisci , que en un reciente número de la revista Marie Claire Italia expresó el deseo de vestir al Papa Francesco. Una cosa extraña para el diseñador italiano, que además de su innegable talento ha aparecido en los medios de comunicación por haber promovido a través de sus desfiles de moda y campañas a los modelos transexuales.
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BERGOGLIO Y LA POLÍTICA
No es mi intención esbozar una teoría conspirativa, pero es evidente la impaciencia del Vaticano con el ayuntamiento de Roma, en parte atribuible a la posición de apertura "real" de Marino a las parejas homosexuales.Recientemente, a pocas horas de la definición del Sínodo como "no un parlamento, sino una expresión de la Iglesia que lee la realidad con el corazón", Bergoglio y todos los medios de comunicación del Vaticano habían expresado el deseo de un "avance político" para la ciudad de Roma, después de haber apoyado a la anterior administración romana del alcalde Alemanno. Y de nuevo, hay elementos como el Osservatore Romano, que dice de Roma: "La capital, a menos de dos meses del inicio del Jubileo, solo tiene la certeza de sus ruinas". No está mal, teniendo en cuenta que una buena parte de la propiedad de Roma pertenece al Vaticano que no paga ningún impuesto al ayuntamiento.Dando por verdaderas y reales todas estas críticas a la municipalidad de Roma, es aún más imprudente e irresponsable el golpe de efecto del Jubileo Extraordinario, un evento que se espera que atraiga a 25 millones de personas sin haber sido acordado correctamente con el gobierno y con la ciudad que acoge al Vaticano.Todas estas contradicciones, paradojas y aperturas falsas son síntomas inequívocos de una institución que ha decidido responder a sus propios escándalos internos y a la crisis de los fieles en el mundo no con una verdadera reflexión sobre la identidad y la misión de la Iglesia en este milenio, sino con un rebranding del que Francisco es el testimonio ideal.El ejemplo más reciente se remonta a hace unos días, cuando Bergoglio de nuevo centralizaba la atención de los medios por hablar públicamente con estas palabras: "Hoy, en nombre de la Iglesia, pido perdón por los escándalos que se han producido recientemente en Roma y en el Vaticano". Hacer las paces ante la habitual multitud de fieles que sella con un aplauso atronador el "perdón" es uno de los trucos más probados del Papa, que nunca entra en el fondo de tales escándalos. El portavoz habitual, Federico Lombardi tuvo que mentir sobre las palabras del Papa, no dejando claro cuáles son los hechos que el Papa quería expiar, sino que simplemente era el deseo de Francisco "querer llegar a la gente común, con problemas y que se entristece cuando lee los escándalos provocados por la Iglesia y sus hombres". Sin embargo, los escándalos concretos no faltan. El más reciente es el caso que estalló en torno a la designación del nuevo embajador de Francia ante la Santa Sede, el católico Laurent Stefanini, que el Vaticano no quiere aceptar porque es abiertamente gay.Juntos, estos elementos enseñan sólo una cosa: no se puede responder a las interferencias de una monarquía absoluta como el Vaticano en el plano abstracto de la espiritualidad y la ética, sino en lo concreto de las leyes que rigen los estados democráticos.Sigue a Riccardo en Twitter.