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"Quiero vivir para siempre y lo voy a hacer": Madonna

Nos sentamos con la reina del pop para hablar de sexismo, ser madre, la búsqueda del amor, la magia de Miley Cyrus y la posibilidad de salir con Drake.

Este artículo fue publicado originalmente en Noisey, nuestra plataforma de música.

Aunque Madonna todavía no entra al edificio, las anodinas oficinas centrales de Interscope en Nueva York están preparadas para su llegada: iluminación tenue, estancias perfumadas con una fragancia especial y las palmas de mis manos empapadas en sudor. Me encuentro en la antesala del plató, acompañada por cuatro mujeres parlanchinas, integrantes del equipo de Madonna y un festín de salchichas: 15 hombres, la mayoría de ellos periodistas y gays. Cuando se difunde la voz de que ya entró al edificio, cesan las bromas y todos nos centramos silenciosamente en las preguntas que llevamos apuntadas. Tomo de un trago dos copas de vino blanco para calmar los nervios y de repente me doy cuenta de que necesito urgentemente ir a hacer pis, pero me da miedo levantarme por si me llamaran justo en el momento en que tengo los pantalones por los tobillos. Mi padre me envía un mensaje, nervioso: "¿Y bien?"

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Mi papá tiene un interés especial en saber cómo se desarrollan mis 20 minutos con her Madgesty porque él fue quien, en 1987, me llevó a mi primer concierto: Madonna en el Who's That Girl Tour. Yo sólo tenía seis años, pero recuerdo con total claridad algunos momentos de aquella noche, como la falda rosa con volantes que llevaba puesta, los guantes de mi madre y el collar de perlas de plástico con el que me adorné el cuello. También recuerdo el abrumador sonido de los aplausos y el momento en que aquella cantante, que entonces tenía 28 años, dedicó "Get into the Groove" a todo San Francisco y señaló a un chinito delgado de entre una multitud de 22 mil personas para que subiera al escenario a bailar con ella. Mi momento Madonna, su momento Madonna. Dos instantes entre millones de ellos.

Rebel Heart es el decimotercer álbum de estudio de Madonna y ha estado rodeado de gran revuelo mediático porque la mitad del disco se filtró el pasado diciembre. En estos momentos, Madonna es omnipresente: está en entrevistas con los principales medios de comunicación, flotando en el aire en los Grammys y cayendo de culo en los Brits, aunque lo cierto es que nunca ha dejado de estar en todas partes desde que en 1983 su bombazo "Everybody" la lanzó a las pistas de baile y a la cabeza de las listas de éxitos. Durante los siguientes treinta y pico años no ha dejado de llamar la atención y generar titulares, ya sea con motivo de sus revolucionarios discos o de su capacidad de reinventarse, por enfurecer al Vaticano e indignar a los puritanos o por su cruzada por la autoexpresión, los derechos de los gays o de la humanidad en general. Hace poco, Drake incluso le dedicó todo un tema.

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La caprichosa y polifacética cantante es toda una pionera de la cultura pop, una megacelebridad fotografiada y estudiada hasta la saciedad, tema que analiza en "Joan of Arc". Uno pensaría que Madonna es inmune a las palabras hirientes y las rupturas amorosas, pero entre sus temas bailables y su actitud bravucona siempre ha habido canciones que ponen al descubierto las rendijas de su armadura, y más que nunca en Rebel Heart.

A los 56 años, Madonna logró vender 300 millones de discos, instalándose entre las diez artistas femeninas con mayores ventas de toda la historia. De toda la historia. Esto nos lleva a Kanye West, uno más de la interminable lista de colaboradores que Madonna ha seleccionado para grabar su nuevo álbum: Diplo, Ariel Reichstadt, Blood Diamonds, Nicki Minaj, Chance the Rapper, Nas, DJ Dahi, Avicii y su troupe de compositores escandinavos. Ah, y Mike Tyson. El disco contiene 14 pistas (las ediciones deluxe y superdeluxe cuentan con 19 y 23 respectivamente), una considerable cantidad de material nuevo para un colectivo de fans más ávidos de grandes éxitos que de colecciones coherentes. Pese a ello, Rebel Heart satisface a esta generación, más como un festín de contrastes que como un viaje bien organizado. A "Joan of Arc" le sigue el bombazo disco "Iconic", con una base reggae-pop con bocinas, "Unapologetic Bitch" resulta estridente en contraste con el terso y tierno beso de "HeartBreakCity".

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La varita de Diplo queda patente en "Bitch, I'm Madonna", tema al que Nicki Minaj pone el toque booty-bass. Por supuesto, como todo disco de Madonna, también hay sitio para su yuxtaposición favorita entre religión e irreverencia. Entre gemidos, "Holy Water" nos insta a arrodillarnos frente a ella: "Kiss it better… / Make it better", ordena, para luego preguntarnos, "Don't it taste like holy water?". Madonna nunca ha destacado por la sutileza de sus insinuaciones. ¿Siempre sale airosa de la tarea de crear música fácil y actual? No. Sintiéndolo mucho por Kanye, "Illuminati" es quizá uno de los más flojos del disco. Al margen de estos deslices, Madonna sigue siendo la única capaz de hacernos mover como ningún otro artista en la historia de la música moderna.

La semana antes de nuestro encuentro, Madonna citó a la prensa en una especie de press junket en Sotheby's, con los trabajos de Keith Harings y Jean Michel Basquiats como telón de fondo. Junto a ella había una botella de tequila y dos caballitos. El reto consistía en que cada vez que un periodista le hiciera una pregunta que ella considerara estúpida, debía beber un shot de tequila, y ella haría lo propio cuando la pregunta estuviera acertada. Hoy no hay tequila porque al parecer la reina no está para fiestas. Me llevan a una sala con aroma a eucalipto y velas perfumadas. Madonna se levanta de su sofá de cuero blanco para recibirme. Unos zapatos negros de tacón con joyas realzan un poco sus 165 cm de estatura. Está inmaculada en un vestido semitransparente de seda de Pamella Roland, salpicado de pedrería engarzada que se extiende modestamente hasta debajo de las rodilla. Pese a ello, la pieza se abre en las partes estratégicas: en los brazos y el escote, por donde asoma un sujetador negro. Tiene un aspecto increíble, incluso con esas fundas de oro y diamante en los dientes, y sus atentos ojos azules, resaltan perfectamente enmarcados con delineador. Noto cómo me están juzgando. "Me gusta ese overol que llevas", me dice. Me había vestido como una niña de 12 años para conocer a la Reina del Pop. Nos sentamos y empezamos la entrevista.

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VICE: Tu lista de colaboradores para este disco es un verdadero compendio del panorama musical actual. Hace mucho que cuentas con colaboraciones, pero teniendo en cuenta lo personal que resulta el proceso de composición, sobre todo en este disco, me sorprende que haya lugar en ese espacio íntimo para invitar a trabajar a personas que no dejan de ser desconocidas. ¿Te cuesta desnudar tu alma ante todos esos productores, que además suelen ser hombres? ¿Resulta más fácil con el tiempo? ¿Cómo rompes los posibles prejuicios?
Madonna: Es una cuestión de química. Hay gente con la que es más fácil abrirse y te sientes más cómoda. También he trabajado con mujeres: MoZella ha colaborado en muchas de las letras. Fue genial y congeniamos enseguida. Diplo es de trato fácil y es muy divertido, y también lo es Toby Gad y todo el equipo creativo de Avicii. Yo los llamo mi harén de vikingos. Son gente maravillosa, divertida, inteligente y agradable. He tenido mucha suerte. Diría que el 75% de la gente con la que he compuesto canciones me ha hecho sentir cómoda y relajada; nunca he temido hacer el ridículo, lo cual es inevitable cuando empiezas a componer tus temas.

Claro. Pero supongo que todo eso forma parte del proceso. Dices que Diplo y tú son espíritus afines. ¿Cómo es eso?
Creo que ambos tenemos muchos referentes en común, a los dos nos interesan muchas cosas similares. Por ejemplo, él es muy fan de Keith Haring, como yo. Tenemos gustos musicales similares. Le encanta la moda y los dos tenemos un sentido del humor peculiar. Para mí es como el hermano travieso que nunca tuve. Lo adoro.

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Es un poco pícaro.
¡Madre mía! ¡Es tremendo!

¿Te hacía de las suyas en el estudio?
No, no, siempre ha sido muy respetuoso conmigo, pero bueno, sí que hacía más travesuras de la cuenta.

Siento curiosidad por lo que tus hijos han aportado. He oído que a veces se presentaban en el estudio y te daban su opinión y te mantenían un poco al día de las cosas. ¿Qué fue lo último que te enseñaron?
Déjame pensar, déjame pensar… La verdad es que mi hijo está en modo retro y escucha mucho hip-hop de los 90 y claro, yo ya conozco y he escuchado esa música, pero también le gusta el reggae y el punk. Escuchamos mucho a los Dead Kennedys, así que no se puede decir que me esté enseñando nada nuevo. Sin embargo, a Lola siempre le estoy preguntando: "¿Qué escuchas? ¿Quién es ese?". La mayoría de las veces no me acuerdo. "¿Has oído lo nuevo de Jack Ü? ¡Escucha!". También le encanta Azealia Banks. Tiene unos gustos muy eclécticos.

Por ejemplo, ¿conociste a MNEK por tus hijos?
No, a MNEK lo conocí por Diplo.

En tu tema más autobiográfico, "Veni Vidi Vici", dices: "I came / I saw / I conquered", lo que me recuerda a lo que les dijiste a Dick Clark y a Michael Rosenblat a principios de los 80: "Quiero conquistar el mundo". Siendo tan joven fuiste muy tenaz y ambiciosa. ¿De dónde sacabas la motivación?
Me crié sin una figura materna y me apasionaban las artistas como Frida Khalo y las escritoras como Anna Sexton y Sylvia Plath. Me sentía atraída por todas esas mujeres independientes y que llevaban un estilo de vida nada convencional. Yo solo pensaba en convertirme en una artista. Pero también veía que estaba en un entorno en el que nadie iba a animarme a ello. Luego está, como te comentaba, el hecho de no crecer con una madre. Hubo muchas muertes a mi alrededor en mi adolescencia, por lo que he sido siempre consciente de la fragilidad de la vida y tenía esa sensación de que el tiempo es oro y que había que vivir rápido. Fue una combinación de todo eso.

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Como madre y habiendo perdido a la tuya siendo tan joven, ¿piensas mucho en la muerte? ¿Te da miedo?
Bueno, ¿a quién no le da miedo? Nadie quiere morir. Yo quiero vivir para siempre y lo haré.

¿Criogenización?
Exactamente.

Pues mi madre es de las que piensa que, cuando llegue el momento, se irá.
No, yo me lo estoy pasando muy bien como para irme. De eso nada.

A los cinco años ya dijiste que querías mudarte a Nueva York. ¿Se cumplieron tus expectativas cuando llegaste?
Uy, con creces. ¡Fue una locura! Fue como meter los dedos en el enchufe.

En aquella época conociste y entablaste amistad con artistas increíbles. ¿Alguna vez te paraste a pensar que estabas viviendo un momento especial y que todas aquellas personas iban a dejar su huella en la historia?
No, realmente no conocí a toda aquella gente directamente. La primera vez que vine a Nueva York yo era una ingenua chica de provincia que saludaba a todo el mundo, era demasiado amable. También estaba horrorizada. Nunca antes había visto a gente indigente. Era una locura, Nueva York mismo era una locura en aquel entonces. Era muy distinto a lo que es ahora. Durante un tiempo trabajé como bailarina. No tenía un céntimo. No fue hasta que decidí pasar a la música y me mudé al Lower East Side que empecé a conocer a artistas como Keith Haring, Jean Michel Basquiat y Andy Warhol. Yo sentía que unos nos alimentábamos de la energía de otros, que nos inspirábamos mutuamente, que sentíamos celos mutuos y que colaborábamos unos con otros, pero no tenía ni idea de cuál sería su lugar en el mundo. Ni siquiera el mío. No éramos más que artistas pasándolo bien, felices de que hubiera gente que se interesara por nuestro trabajo.

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En este disco muestras tus sentimientos con toda crudeza. En "Heartbreak City", en concreto, eres bastante directa cuando dices, "You got just what you came for / A bit of fame and fortune". ¿Cómo te mantienes receptiva al amor tras vivir experiencias como las que describes aquí? ¿Eres optimista? ¿Todavía eres…
¿Receptiva al amor? Por supuesto, sólo que escogí el equivocado: salir con un tipo que ya es alguien.

Bueno, supongo que a estas alturas ya deberíamos tener la lección aprendida, ¿no?
Sí, pero bueno, a veces piensas que conoces a la gente y luego te das cuenta de que no es así. Te pueden sorprender. Hay gente que finge muy bien y los hay que son verdaderos sociópatas.

Cierto, cierto. He salido con algunos de esos.
Nos ha pasado a todos.

¿Todavía crees que existe la persona ideal para ti?
Por supuesto, sin duda. Tengo fe. Tengo la certeza de que mi alma gemela está esperándome. Debo estar preparada para él y él debe estarlo para mí, porque esto va en ambos sentidos. Quizá hasta lo conozca, pero todavía no ha ocurrido lo que debe ocurrir.

¿Plasmar todas estas cosas en canciones te sirve como ejercicio de catarsis?
Dios, sí. Muchísimo.

¿Alguna vez han vuelto por una segunda oportunidad?
¿Te refieres a un tipo? No. Nunca lo hacen. Son demasiado orgullosos. Eso sí, se arrepienten en secreto, se tiran de los pelos.

O quizá no tan en secreto. Hace poco volví a ver En la cama con Madonna y me sorprendió que gran parte del documental tratara sobre tu lucha por el derecho a expresarte y por los derechos de los gays. En EU hemos avanzado mucho en cuanto a los derechos de los homosexuales, pero parece que poco ha cambiado respecto al sexismo.
Exacto. Por eso estoy aquí, frente a la puerta principal, tratando de empujar para abrirla.

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¿A veces te sientes como si te estuvieras dando cabezazos contra una pared?
Sí, pero sé que al final sucederá. Me quitaré toda la mierda de encima y dentro de 20 años Miley Cyrus se paseará por ahí con su bikini de piel a los 50 años y nadie le dirá nada.

¿Por qué crees que a la gente —sobre todo a las mujeres— le cuesta tanto aceptarlo?
Creo que en gran parte se debe a que nadie suele tener trayectorias profesionales que duren tanto. Sí que las hay, pero creo que tiene que ver con eso. Nuestra esperanza de vida es cada vez mayor y cada vez tenemos más cosas a nuestra disposición para cuidarnos mejor. Si comes bien, te cuidas, no tomas mucho el sol y haces ejercicio y esas cosas, estarás sana, en forma y tendrás la piel bonita. Puedes conservar la misma energía.

Te lo digo porque ahora, cuando estoy de gira, me noto con más energía incluso que algunos de mis bailarines. No son capaces de llevar mi ritmo y eso que son mucho más jóvenes. Todo se lo debo al entrenamiento y a mi estilo de vida. En parte es porque nunca paro. Es como un coche: si lo conduces a menudo, el motor siempre funcionará bien, pero si lo dejas en el garaje, luego ya no arranca. Es algo físico, biológico y fisiológico. Y también es pasión… Está en tu cabeza. Todavía hay muchas cosas que quiero hacer con mi vida, cosas que me interesan. Me he pasado la vida rompiendo convencionalismos, tratando de cambiar las reglas del juego.

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Siempre he sido muy directa sobre mi sexualidad y la libertad de expresión, la libertad de decidir qué quiero hacer, al margen del hecho de haber nacido mujer. ¿Por qué iba a cambiar eso ahora? Todavía tengo mucho que decir y hacer. Creo que la gente no está acostumbrada a eso, porque no lo han visto antes y se sorprenden. A la gente le incomoda aquello que no le es familiar. ¡Pues tendrán que empezar a familiarizarse con ello y sentirse cómodos! Tendrán que aceptarlo.

Al hilo de esto está la nueva cultura de la crítica a través del anonimato que ofrece internet. Esto no existía hace 20 o 30 años.
Claro, porque hace 20 años, ¿qué mujer de 50 años hacía lo que hago yo ahora? No existía porque no se les había dado la oportunidad. Nadie tuvo la oportunidad de disparar sus flechas incendiarias contra nadie.

No creo que se trate solo de eso. La cultura ha evolucionado de tal forma que ahora se juzga a las mujeres de todas las edades con más rigor y dureza. No sólo a ti, sino a las mujeres del ámbito público, en general, sobre todo del mundo del pop. Vuelven a estar en el punto de mira de una forma distinta.
¿Como quién?

Pues lo vemos en cómo la gente habla de Miley Cyrus o en su reacción ante las fotos sin maquillaje de Beyoncé.
Porque vivimos en una sociedad sexista. No estamos tan avanzados en lo que respecta a las mujeres y sus derechos. Y las mujeres son las primeras en atacar a otras mujeres. No nos apoyamos mutuamente, y hace falta que hagamos más de lo que hacemos.

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He estado curioseando en tu Instagram y Miley aparece aquí y allá, está por todas partes.
Es mi hermana pequeña. Me gusta ella y su sentido del humor. Es irreverente, divertida y sabe lo que hace. Es una luchadora y todo le importa una mierda. Es una perra sin remordimientos (unapologetic bitch).

La letra de "S.E.X." es bastante explícita. ¿Alguna vez te dicen algo tus hijos por eso?
Sí, sobre todo por esa canción. Además, dio la casualidad de que, durante un par de semanas, cada vez que estaba trabajando en ese tema, mi hijo de 14 años entraba en el estudio y me decía, "¿Todavía no terminas esa canción? ¡Qué horror!", y se iba. Yo le decía, "Ésta es mi parte profesional y tendrás que acostumbrarte". Ahora no le importa. Lo aceptan.

¿Te resulta difícil educarlos con disciplina cuando tú misma has roto tantas reglas e interpretado tantos papeles?
No, porque soy adulta. Cuando ellos sean adultos podrán tomar sus propias decisiones, pero hasta entonces tendrán que vivir según mis reglas.

Una de tus citas que más me gusta es: "No quieres ser la persona más inteligente del lugar, sino la más tonta", porque de ese modo puedes observar, aprender e inspirarte. Hoy día debe de ser muy complicado ser la más tonta del lugar.
Sí, es verdad. Mis amigos son todos gente culta y de mundo. Leen mucho y se interesan por la política y la historia. Yo ,claro, me siento atraída por ese tipo de personas —otros artistas o creativos—, pero no todas las personas creativas son necesariamente inteligentes. Ojalá fuera así.

¿En quién confías? ¿Quién es tu mejor amigo o amiga?
Tengo una relación muy íntima con mi hermana Melanie. También con mi agente, Maha [Dakhil].

Antes has dicho que todavía te queda mucho por lograr. ¿Como qué?
Pues lo primero que quiero hacer es asegurarme de que he criado a cuatro hijos adorables, compasivos e inteligentes que harán el bien en el mundo. También me gustaría hacer más cine y lo voy a hacer. Me gustaría participar en cualquier solución que ayude a traer la paz al mundo, cueste lo que cueste y cualquiera que sea esa solución. Yo quiero estar en primera línea. ¿Dónde hay que firmar? Soy una luchadora por la libertad.

Última pregunta: sé que has dicho que ibas a trabajar con Drake, y Drake le puso tu nombre a un tema de su último álbum… Qué lindo, ¿no?
Sí, muy lindo. ¿Te parece guapo?

Me parece muy guapo.
Lo es.

Es un poco emo, pero saldría con él.
¿Ah, sí? A lo mejor podríamos salir los tres. [Risas.]

¿Te refieres a compartirlo?
¿Y por qué no?

Perfecto.
Hay Drake suficiente para las dos. Eso me han dicho. [Risas.]

Kim Taylor Bennett sigue llevando su camiseta de Who's That Girl. Síguela en Twitter.