FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Reseñas

Los discos que nos sacaron una sonrisa y aquellos que nos sacaron una guacara.

MEJOR ÁLBUM DEL MES:
DAFT PUNK

PEOR ÁLBUM DEL MES:
IGGY & THE STOOGES

SAVAGES
Silence yourself
Matador

Savages nos quieren enseñar cómo oír su música. Cada que alguien les da tantito espacio, aprovechan para recordarnos que nuestra sensibilidad está llena de interferencias y que cada vez somos menos capaces de tener experiencias profundas. Su tirada es “ayudarnos”, con sus rolas, a sentir con plenitud. Para esto, no es que tengan un estilo más original que cagar sentado. Son algo así como unas sobrinas siniestras de Sleater-Kinney y, como 4,395,478 otras bandas de años recientes, su sonido remite al Joy Division de Closer. Todo esto suena a una hueva inconmensurable, si no fuera porque tienen a su favor el argumento más importante: el musical. Savages tocan canciones a las que sólo se les puede resistir con varios cañonazos de cinismo. Lo hacen con una intensidad encabronada y sobre todo, honestidad, un rasgo que suena a discurso de primaria católica, pero que cuando falta, no queda más que un sabor a unicel. Como le pasa a otras 4,395,478 bandas de años recientes.

Publicidad

ATAHUALPA ESPINOSA

DEAN BLUNT
The redeemer
Hippos in tanks

Esta persona, o lo que sea, es un acertijo. El asunto de su identidad es lo de menos (aunque ya hay quien se ha rascado la cabeza a causa de ella). Se trata más de lo que sus canciones “significan”, o cómo nos podemos relacionar con ellas. The redeemer, como los otros CDs que llevan su firma, parece hecho para sacar de balance. El tono es tranqui, no hay recursos como sampleos en reversa ni ruido. Casi todo armoniza y los elementos están reducidos al mínimo. Es electrónica que muchas veces cae del lado pop. Aun así, es más difícil de atrapar que una rana enjabonada. Cada rola cambia la idea de las anteriores y nos hace preguntarnos qué clase de disco estamos oyendo. Sobre todo, no es fácil saber cómo sentirnos ante él, si está hecho “en serio” (qué clase de emociones le quiso imprimir el autor, pues) o en qué momentos nos gustaría escucharlo. Todo esto, dicho a su favor. La curiosidad nutrió al gato

ATAHUALPA ESPINOSA

NEON NEON
Praxis Makes Perfect
Lex Records

Una vez más, Gruff Rhys (de los Super Furry Animals) y Boom Bip se ponen conceptuales. Si para su primer disco llevaron a canciones la biografía de John DeLorean, para esta segunda entrega se inspiraron en las peripecias de un personaje cuya vida fue más interesante: la del izquierdista radical y millonario Giangiacomo Feltrinelli. Por ahí describen este disco como una lección melodiosa de historia. Sí, suena aburridísimo, pero con su dominio de los truquillos del synthpop, los chicos consiguen un disco para esos días en que quisiéramos salir a unirnos a un contingente rumbo a los Pinos, pero los ánimos sólo nos dan para rebloggear a Mexican Jihad y a Quiquehaciendocosas.

Publicidad

JESÚS PACHECO

QUIERO CLUB
El techo es el suelo
Casete

Me encanta cuando grupos que desde sus primeros temas tenían una personalidad y un estilo que se despega del resto de proyectos existentes, van sonando cada vez más sueltitos y desfachatados. Me encanta también que se den el lujo de experimentar con ritmos que salen de lo que algunos de sus fans podrían esperar. Me fascina también que transcurran temas y discos y a sus vocalistas siga importándoles poquitito sonar desafinados hasta que nos vuelven adictos a sus disonancias. Me gusta que la música suene tan woozy como seguramente suelen ser sus días de fama en ascenso y trips frecuentes. Y me encanta que cuando hay en sus discos colaboraciones se trate de nombres que de alguna forma tienen que ver en intereses o en exploraciones del pop y la música para darle al baile (nada que huela a colaboraciones con fines mercantiles). Por todo lo anterior estoy disfrutando El techo es el suelo.

JESÚS PACHECO

DIRTY BEACHES
Drifters/Love is the Devil
Zoo Music

Para todos aquellos que esperábamos la fumarola blanca del nuevo proyecto de Alex Zhang Hungtai, hay una noticia mala y una peor: la primera es que ha vuelto con una entrega que, a cada corte, causa convulsiones de aburrimiento; la segunda, que tal despropósito es un disco doble. No encontraremos aquí perlas de narratividad espesa del tipo True Blue, ni los hipnóticos devaneos marca de la casa como Lord Knows Best, que de tan buena manera hacían la tarde de fiesta en el club de cuarentones fanáticos de Suicide. Lo que nos espera en la nueva obra de Dirty Beaches es una serie de fragmentos aletargados de un score para una peli de sci-fi que no vimos, así como arduos intentos por explotar lo que, a partir de ahora, podríamos llamar, el Efecto Nembutal en la Música de Avanzada.

Publicidad

ANTONIO LEÓN

SURVIVAL
Survival
Label TBD

¿Cómo crear un sonido en donde el cerebro y las tripas sean uno mismo, en el que las entrañas piensen y el cerebro se derrita, muerda, agreda? Survival lo tiene, lo recibió como legado de diez años en el que sus integrantes han estado tocando juntos de una u otra manera, y quizás lo que Hunter Hunt-Hendrix desarrolló con Liturgy tenga algo que ver también. Las últimas dos décadas han servido para que todas nuestras suposiciones sobre los rumbos de la música se desechen y se reinventen. Si aún quedan incautos que vean al heavy rock como algo agotado, propuestas como Survival deberán servirles para pensarlo dos veces. Se puede hablar de métricas descuadradas y figuras rítmicas y melódicas complejas, pero lo que necesitas en realidad es sentir en la cara el asalto sónico de esta banda, ¿qué caso tiene que te describan en palabras una patada en la panza o el rush causado por el consumo de sustancias tóxicas?

RAFA VILLEGAS

JUSTIN WALTER
Lullabies and Nightmares
Piccadilly Records

El Electronic Valve Instrument es un controlador de viento creado por Akai que funciona a través de sensores que reaccionan ante la presión de boca y dientes y la intensidad del aire, y tiene teclas que no se mueven pero son sensibles al tacto. Aparentemente es un instrumento de gran dinamismo “especialmente cuando se combina con un sinte análogo”. A Justin Walter le tomó un par de años dominarlo, y es evidente que se centró en probar el combo ganador antes mencionado para este álbum. El sonido es cálido y libre. A veces hay un lead que suena como algún instrumento de metal, de aliento. En ocasiones, sólo espirales crujientes de teclados análogos. Las menos de las veces hay una línea rítmica con batería y por momentos, atmósferas que escurren viscosamente sirviendo de fondo a goteos más sutiles y cristalinos. Hay improvisación sí, pero no la que se presenta como un complejo rompecabezas que te patea el cerebro, todo aquí es sutil, incluso las transiciones entre composiciones plácidas y meditativas y otras más cercanas a una pesadilla. Las moléculas se mantienen unidas con una fuerte cohesión natural a lo largo de estos cuarenta y un minutos de música irrepetible.

Publicidad

RAFA VILLEGAS

IGGY & THE STOOGES
Ready to Die
Fat Possum

No me parece extraño que nuestros gustos permanezcan absortos en las grandes leyendas del rock. Rabiosas personalidades, desequilibrados charlatanes, vesánicos carentes de escrúpulos, tipos sumamente entretenidos, Iggy Pop. Pocas carreras como la de Iggy, plagada de altibajos y diminutas masacres. La arrebatada naturaleza de un caos interno necesita más de 40 años para encontrar resolución, Ready to Die, aparece entonces, y nos demuestra que Iggy es tan joven e idiota como siempre lo ha sido. Y eso es bueno y malo en iguales cantidades. Contra cualquier pronóstico, se trata de un álbum mucho más estable que las últimas producciones de The Stooges, eso también es bueno y malo. Vaya, seamos francos: todo aquí lo es. Incluso podríamos dividir las pistas en bandos: las buenas contra las malas; las crudas contra las hiperproducidas y las Stooges contra las “esto-no- puede-ser-de-los-Stooges”. A todo esto, Iggy está listo para morir, afortunadamente no piensa hacerlo todavía.

LUIS ARCE

VAMPIRE WEEKEND
Modern Vampires of the City
XL Recordings

El mundo tiene ahora mismo tantas preocupaciones como la música de Vampire Weekend le permita tener. Al escuchar Modern Vampires of the City, y a pesar de la melancolía que evoca cada una de sus letras, es imposible no sentirse comprometido con un sentido más o menos preciso de lo que llamamos felicidad. La cuestión de un inquieta alegría, perturbaría al hombre más serio, derrumbaría al escritor más comprometido y sometería a la dulzura a la mujer más fría. Ese efecto, esa decantada forma de la alegría, es un triunfo que ya pocas bandas intentan, y muchas menos consiguen. El secreto es que aún siendo gentiles con nuestros oídos, los muchachos arriesgan con una experimentación reflexiva y cotidiana. Ciertamente es un álbum estrecho en idea, no obstante, su ejecución y limpieza constituyen, como en cualquier otro de sus trabajos, una grata plenitud para la banda.

Publicidad

LUIS ARCE

DAFT PUNK
Random Access Memories
Columbia Records

Es el disco más esperado del año, quizás la década, quizás el siglo, quizás la historia. Dicen que Radiohead mató al rock para salvarse a sí mismos, yo creo que Daft Punk mató a la música electrónica para salvarnos a nosotros. Podría no dejar de hablar de este disco, pero mejor dense una vuelta por Vice.com y vean “The Collaborators” serie sobre todos aquellos que pusieron mano en el álbum de los androides para hacerlo sonar como una pista de elevador… el elevador más vergas al que se han subido en sus vidas… A menos de que ya se hayan subido a la torre del terror en ácido.

DANIEL DÍAZ

DËNVER
Fuera de campo
Feria Music

Nuestros chilenos favoritos vuelven a territorios de la fiesta naïve, las greñas lacias y las camisetas de dibujitos de series de los primeros años ochenta. En esta ocasión, dejan en segundo plano la cara más adolescente del proyecto, para dejarse ir a la pista de baile en plan hedonismo de ciclistas con canastita al frente. Se trata de la fiesta en la que todos bailan como si nadie los viera; en la misma en que algunos bobos cejijuntos han llegado a la conclusión de que la felicidad es una mamada y que lo importante, lo que procede, es una serie de movimientos que van del espasmo al devaneo yeyé, todo en un mismo viraje de tonos disco.

ANTONIO LEÓN

DEERHUNTER
Monomania
4AD

Hay gente que pasa su vida huyendo de lo desconocido, corriendo con todo hacia sus zonas de confort. Esta negación hacia el cambio suele generar parálisis, ya que todo está cambiando todo el pinche tiempo. Si aplicamos esta observación al proceso creativo, entonces sacarle al cambio resulta en una creatividad estática. Y nadie quiere pinche creatividad estática. Bradford Cox, el lánguido líder de Deerhunter, pareciera más bien correr –con sus piernototas– hacia lo desconocido, huyendo despavoridamente de lo familiar. Supongo que este fetiche hacia lo bizarro y fuera de lo común algo tendrá que ver con el hecho de que Cox es un cabrón asexual de dos metros de extraño. Es como un Abraham Lincoln contemporáneo, igual de chingón, sólo que usa su genio y piernototas para hacer canciones, no naciones. Mejor. Con los últimos Lp’s de su discografía esta banda se ha logrado posicionar como consentidos de los fans y de la crítica y este bebé no es la excepción. Es un disco que se pone bien apretada su chaqueta punk antes de salir a fondear caguamas, después de haber tenido una madrugada introspectiva viendo el rocío formarse. Todo esto, como marco para líricas que Cox escribe vía stream of consciousness. Poner el Monomania es escuchar 43 minutos de las delirantes inseguridades de un personaje singular, estructuradas mediante sonidos garage: son 43 minutos bien invertidos.

Publicidad

JULIO DERBEZ

CHARLI XCX
True Romance
IAMSOUND

Este pedo suena a lo que sonaría Grimes si tuviera un tatuaje de Pepsi en la cara, una playera de Telcel y cantara en el medio tiempo de un superclásico América-Chivas. Suena increíble, con un obvio entendimiento de cómo samplear y de cómo abusar de los sintes hacia un beneficioso beat pegajoso. Pero también suena a que no lo produjo ella sola en la comodidad de su tumblr (lo que pudiera indicar su estética visual). True Romance suena como si fuera el producto no sólo de Charlotte Aitchison, sino también del productor más douche del mundo: me imagino a un cabrón con piocha, manicure y tenis en forma de su pie, ¿sabes? De seguro este productor imaginario se la jala mientras escucha soundalikes que él hizo para comerciales de marcas importantes. Podrá ser catchy as fuck y tener momentos de genuina brillantez, sin embargo al final sólo te queda un sabor incómodo en la boca: la ambición comercial con la que este disco fue premeditado. Si fuera un sabor, sería un licuado de Quarter Pounder con Marlboro. Además, en algún punto del disco Brooke Candy (la stripper que sale en el video Genesis, de Grimes) rapea sobre cómo te extraña, como si fueras su Chris Brown. Y perdón, pero si sigues mamando a ese trozo de escoria humana, es transparente de qué lado de la disputa “contactos” vs “contenido” estás.

JULIO DERBEZ