Fotos por Sunny Shokrae
Estilista: Annette Lamothe-Ramos
Asistente de foto: Jimmy Jolliff
Introducción por Ryan GrimUna amiga de la prepa vivía en Gravesend, Brooklyn, una zona de judíos sirios cerca de Coney Island. Lo describía como un enclave étnico bastante cerrado, conservador y un tanto bizarro con muchas casas lujosas.Mientras preparábamos este número, nos dimos cuenta de que coordinar una sesión de fotos de moda en Siria sería extremadamente complicado. Así que contacté a mi amiga y le pregunté si sabía de alguna familia dispuesta a dejarse fotografiar y quizá, entrevistar. Insistí en que sería un fashion shoot respetuoso y sencillo, y tuvo la gentileza de ponerse en contacto con algunas personas.
Estilista: Annette Lamothe-Ramos
Asistente de foto: Jimmy Jolliff
Introducción por Ryan GrimUna amiga de la prepa vivía en Gravesend, Brooklyn, una zona de judíos sirios cerca de Coney Island. Lo describía como un enclave étnico bastante cerrado, conservador y un tanto bizarro con muchas casas lujosas.Mientras preparábamos este número, nos dimos cuenta de que coordinar una sesión de fotos de moda en Siria sería extremadamente complicado. Así que contacté a mi amiga y le pregunté si sabía de alguna familia dispuesta a dejarse fotografiar y quizá, entrevistar. Insistí en que sería un fashion shoot respetuoso y sencillo, y tuvo la gentileza de ponerse en contacto con algunas personas.
Publicidad
Ésta es una de las respuestas que mi amigo recibió del padre de una familia de judíos sirios (los puntos suspensivos se reproducen tal como aparecen en el mensaje original): “Definitivamente no estamos interesados…..No nos gustan los artículos sobre nuestra comunidad…… Es mala propaganda, y atrae atencion no deseada…. Por favor dile a tu amiga que no escriba este artículo….”Todas las respuestas iban en esa misma línea. Por fortuna, encontramos a una familia de judíos sirios cerca de Sheepshead Bay que aceptaron participar. Los hijos (Jack, Linda y Etsik) nacieron en Estados Unidos y dicen que no sienten una conexión muy fuerte con Siria. Linda agregó que vivir cerca de tantos judíos sirios puede ser algo bueno, porque “todas las personas a las que conoces están a tu alrededor”, pero también puede ser muy molesto porque, una vez más, “todas las personas a las que conoces están a tu alrededor”.“No me gusta la comida siria”, dijo Jack. “La odio. Es muy pesada y llena de grasa. Ugh”. Cuando le preguntamos sobre su vida amorosa, Jack dijo que sus últimas dos novias no eran judías, pero que algún día planea casarse con una linda chica judía.Su madre, Mari, quien nació en Siria, no extraña su país. No nos sorprende: igual que en gran parte de Medio Oriente y muchos otros lugares en el mundo, Siria se ha portado como una verdadera hija de puta contra su población judía, incluso llegó a prohibirle a los judíos salir del país y otras restricciones igual de extremas.
Publicidad
En los cincuenta, los cementerios judíos fueron expropiados, destruidos y aplanados por el gobierno. En 1943, vivían unos 30 mil judíos en Siria; para 1968, sólo quedaban cuatro mil. Ahora se estima que quedan 16. Muchas de esas familias se han mudado a Brooklyn a lo largo de los años. Veo estas fotos y me pregunto cómo serían las cosas para ellos si hubieran decidido quedarse más tiempo, y lo hermosa que puede ser la vida en un país en el que la gente no intenta matarte sólo porque tus ancestros creían una pendejada o en otra.Para una visión general sobre los temas que han alimentado el conflicto en Siria, te recomendamos leer "El camino a la perdición", nuestra línea del tiempo sobre la historia de Siria, y "La Guía VICE de Siria", un curso intensivo sobre las cuestiones geopolíticas, culturales y religiosas del país.