Sebastián Utreras

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Viajes

Sebastián Utreras

"Misterio revelado" nos lleva al interior de las logias masónicas chilenas.

“La gente se ríe de lo que yo encuentro triste”, afirma Utreras, un fotógrafo old school que trabaja exclusivamente en blanco y negro y es reconocido por sus lanzazos a plena luz del día. Su proyecto documental Misterio revelado, sobre masones en Chile, es elegante y misterioso, además de que nos da la oportunidad de asomarnos al interior de una comunidad de la que muchos hablan, pero muy, muy pocos han visto y entienden.

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Sebastián Utreras, de 31 años de edad, es fotógrafo de la Revista Paula,una de las revistas de moda y estilo de vida más importante de Chile. Sin embargo, su trabajo autoral va creciendo cual enredadera por las calles y subterráneos de Santiago.

VICE: ¿Cómo te iniciaste en la fotografía?
Sebastián Utreras: El tío abuelo de mi mamá hacía foto en Alemania, era misionero e hizo ene fotos de cuando mi familia se trasladó a Chile. Un tío también se puso a hacer foto como autodidacta y mi hermana se metió a estudiar foto, pero no ejerce. Ahí caché que yo podría vivir de esto. Ya en tercero medio del colegio, le quitaba la cámara a mi hermana y me metía al laboratorio; estaba embalado, y de repente, en el último año, hice la cimarra para ir a escuchar una charla de Luis Poirot, al Instituto Arcos. El viejo tenía cámara de placas y explicaba un millón de cosas técnicas; hasta que terminó su charla y dice: “Y todo esto no sirve ni una mierda si no hacen la foto primero acá” (con el índice en la cabeza). ¡Hueón! me matriculé al toque.

¿Cómo iniciaste tu trabajo de foto documental de autor?
Un día llegué a un punto en que me di cuenta que tenía puras fotos saltadas. Estaba en la crisis del fotógrafo: estaba muy embalado, pero no tenía casi ningún trabajo resuelto. Se lo comenté a mi señora esposa, que —en ese tiempo—– era mi polola; ella es muy clara y me dijo: “A ver, corta tu escándalo. Junta las fotos que tienes, amplíalas y ahí vemos”. Y lo hice en chiquitito, en un Kodak Express, las puse en la mesa y caché que igual había algo que las unía; no eran unas de un fotógrafo y otras de otro. Eso fue súper decisivo. Me he dado cuenta que tengo ene fijaciones, en el impulso de fotografiar; ahora me veo y digo: “mira ya voy a eso”… pero siempre es disparar porque quiero y sin pensar antes, sin pretensiones. Por eso empecé a tomar menos fotos, filtro previamente; el 99% de mis fotos son de gente en situaciones que, de verdad, si no tenis la cámara prendida cagaste. Me he perdido millones de fotos y me pesan caleta. Todo es rápido, porque para mí es como salir a cazar. Siempre tienes el rifle siempre cargado, si algo te gusta “pum” y te lo llevaste. Es como ser un coleccionista de escenas. Porque esto, al final es como robar, es como pegar un lanzazo (robar fugazmente una alhaja o dinero en la calle y salir corriendo). Lo viste, te gusta, te lo llevas, te lo echaste a la cartera. Como que llevo 15 años en la carrera de lanza para terminar siendo un lanza internacional ja ja ja.

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Es como un delito, pero también un juego en el que tú intervienes lo menos posible. Dicen los fotógrafos de la dictadura, Claudio Pérez y otros, que antes, el trabajo estuvo en la toma, en el click se acababa la pega y después ibas directamente a otra toma: lo importante era lo que estaba pasando. Se acabó la dictadura y se preguntaron “¿Ahora qué hacemos?”. Y ahí el trabajo se empezó a ir del lente para afuera, al lente para dentro. Llegó el sentimiento, el desnudo y autorretrato y hueás así. Por eso, de repente me dicen: ¡Fotógrafo de calle en blanco y negro, qué viejo! Me lo han dicho ene veces incluso los fotógrafos. Yo entiendo que el color comunica y todo, pero a mí no me interesa. Además, cuando hago foto en la calle, pienso en blanco y negro.

¿Cómo nacieron las fotos de Misterio revelado?
Conocí a un par de masones y al tiro empecé a preguntar si podía hacerles algunas fotos… Fui ultra respetuoso, a veces solo hacía una foto, porque era mucho ruido. De a poco me empecé a meter y estuve como nueve o diez meses yendo para allá; y ellos quedaron contentos. Aparte, fui súper honesto con ellos, éste fue mi proyecto de título: les dije que no sabía muy bien para dónde iba la cosa y les entregué la edición a ellos. La foto que ellos no quisieran, no la ocupaba. Hay gente que tiene problemas con el pertenecer a los masones porque los echan de los trabajos y de las universidades por ser masones. Pero es pura ignorancia; si la otra vez salió en la tele un reportaje que decía que tenían que hacer sacrificios humanos para poder iniciarse y toda la hueá. Y hay gente que si conocieras, te sentarías a tomarte un copete o un café para conversar.

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Esta exposición formó parte de un libro que realizaste junto al escritor Javier Otaola. ¿Cómo se dio esta colaboración?
Las fotos fueron antes del libro. El libro se publicó en 2010. Estaba un día en mi casa viendo mails y me llega un mail de él; yo ya lo conocía porque había investigado sobre los masones para hacer las fotos. Javier es como EL escritor masón. Me contó que con la editorial querían hacer un libro y que él le haría los textos de mis fotos. Al tiro desconfié y le dije —súper en buena onda— que me diera mas información… y el loco de la editorial me mandó el contrato de una. Hablé con la gente de la Gran Logia Mixta de Chile y ellos me dieron el vamos. Me dijeron que Otaola era un rockstar, un seco, así que le mandé las fotos en baja y comenzó el intercambio de pdf con los textos. Quieren hacer una exposición itinerante por España y quizá Los Ángeles. Veamos qué pasa.

Ahora ese libro lo están traduciendo al francés, al inglés, al portugués y además están haciendo una edición tapa blanca para que se distribuya más.

¿Cuál sería el “misterio revelado” de este proyecto?
De verdad, yo creo que hay gente que se puede decepcionar; gente que, le encantaría que, efectivamente, hubieran iniciaciones con perros muertos, chupándoles la sangre, no sé. Pero el mito persiste, de hecho, hace como dos años salió un reportaje en el National Geographic que decía que Jack el Destripador era masón entonces eso justificaba la sangre, el terror. En mi caso, el título de la exposición respondió más bien a un juego de palabras nomás, porque a mí me dijeron que ésta no es una sociedad secreta sino que una sociedad con secretos, rituales, cosas así. Eso es lo revelado: todo es súper piola (normal). Yo quedé sorprendido igual, todavía tengo relación con varios de ellos.

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¿Pero encontraste algún secreto?
No, poh, pero los que hay y, por lo que entendí, no son cosas terribles, sino que, no me contaron no más, ni me dejaron ver más allá para que otra gente que quiera entrar no se pierda la sorpresa. Yo, de hecho, me iniciaría. Es que es demasiado interesante, hay gente súper sabia, gente bien mayor que sabe mucho de música, literatura, historia, historia de la masonería, etcétera. Gente para poder decirles, onda “maestro, sensei, dígame qué tengo que hacer con mi vida”.

¿Cuál es la relación entre la masonería y el poder?
No, no pasa ninguna hueá. Son puras leseras esas. Es como parte del mismo relato mítico. Como no hay un dios en la masonería, la iglesia católica se dedicó a perseguirlos, a cuestionar por qué se juntaban y cosas así, inventando heavy; por ejemplo, inventando que algunos crímenes se justificaban con las iniciaciones de tal hueón y claro, ahí los masones se fueron reduciendo y escondiendo un poco. Pero a lo largo del tiempo se han mantenido, a pesar de que corran peligro sus trabajos y estudios. Yo tampoco me enteré de todo. Sé que hay reuniones de distinto tipo, cuando habían unas de mucho contenido no iba; sólo me invitaban a las que eran un poco mas abiertas. Pero yo lo vi bien sano y no me los imagino descuartizando gatos. Pero voy a seguir ese tema y a retomarlo para mí. A demás que no evangelizan.

¿Qué proyectos tienes ahora?
Seguir haciendo calle, calle, calle, continuar con mi proyecto actual, fotografiar en el metro de Santiago y ojalá meterme a hacer fotos en Opus Dei. Siempre me han interesado las sociedades cerradas. No sé si voy a llegar al fondo de los temas, más bien, me interesa intentar entenderlos y documentar algo que quizá no se ha documentado lo suficiente. Quisiera conversar con la gente del Opus, para tratar de entender por qué hacen sus hueás, por qué creen en esto u lo otro, por qué quieren poblar el mundo de cabros chicos.

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@andreiii

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