FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Esnifando café molido

Nacho Vigalondo charla con Silverio sobre el videoclip que rodaron en México.

Desde que me dijeron que Nacho Vigalondo estaba loco por los huesos de Silverio he ido picoteado algunos de los canapés sonoros de este mexicano chiflado hasta acabar igual de loco por sus huesos. Silverio es el último músico con agallas. El último mohicano con peluca. Gracias al festival de cine fantástico Mórbido, el director de Los Cronocrímenes rodó con él en Patzcuaro el videoclip de la canción Salón de belleza. Y, gracias a Skype, les hemos reunido de nuevo para que nos cuenten los entresijos del making of. Esperamos con ansia el estreno.

Publicidad

VICE: Hola. ¿Comenzamos con la tertulia?

Silverio: Vástago de Hernán Cortés. Estoy perdido en el limbo. Nacho, hijo de perro en celo, ¿dónde andas?

Nacho: Estoy aquí. Con vosotros. Desnudo.

¿Soy el único de los tres que está sobrio y vestido?

Nacho: Yo estoy borracho, pero de amor viril. Os amo por encima de lo que dicta la ciencia.

Silverio: México te espera. Te conseguí trabajo y todo.

Nacho: En realidad fui a México para destruirte, como el malo de Seven, pero obsesionado con un pecado en vez de con siete. Un pecado llamado Silverio.

Silverio, ¿usas peluca?

Nacho: ¿Puedo contestar?

Silverio: Dale. Peluca la que te sale de la nuca.

Nacho: ¡Puedo contestar, puedo contestar!

Silverio: Eres peor que mi madre. El amor mata

Nacho Vigalondo: En realidad, era peluca. Verás. Tuvimos que filmar a Silverio arrojándose a un pantano, en mitad de la noche. La toma salió preciosa. En cualquier caso, hubiese sido imposible repetirla porque su majestad perdió la peluca con el salto. Ustedes pensarán que una peluca flota en el agua, pero la suya debía tener tanta carroña que cayó al fondo como una bola de plomo.

Silverio: Y ahí se acabo mi carrera. Estoy libre. Me retiré. ¡Cabezón! ¿Qué cuenta la pesca?

Por favor Nacho, prosigue.

Nacho: Un par de técnicos se arrojaron al agua para encontrarla, pero no había manera. Pasada la media hora, avergonzado por mi condición de director de cine europeo clasista, decidí ser "uno más", y tirarme también. Fue un momento angustioso, porque la única luz venía de un par de antorchas de fuego. Aquello era como Apocalypse Now, si Apocalypse Now fuese una película miserable.

Publicidad

Silverio: Todo es cierto.

Nacho: Yo, mientras chapoteaba en busca de una peluca en un barrizal en mitad de la noche, no dejaba de pensar en lo que me habían dicho aquella misma tarde: que en el pasado ese lago había sido utilizado por los narcos para arrojar cadáveres. Estaba angustiado, pensando que en vez de encontrar una peluca encontraría un cuero cabelludo. Durante el resto del rodaje utilizamos otra peluca, que, por cierto, no tenía ningún parecido con la oficial. En cualquier caso, según tengo entendido, la melena que luce Silverio actualmente es auténtica.

Silverio: Nacho es un maltratador de actores. Con lo cual no estoy en contra sino todo lo contrario.

¿Es eso cierto, Nacho?

Nacho: Soy un maltratador de actores, pero a Silverio, que no lo es, lo traté de maravilla.

Silverio: Por eso mismo.

Nacho: Te di coca negra.

¿Coca negra?

Nacho: Cuando decimos coca negra nos referimos al acto miserable, inframundano, de esnifar café molido. Algo que sucedió en nuestra convivencia, y que decidimos añadir a la compleja trama del videoclip.

Silverio: Ánimo de ampliar horizontes. Cien por cien recomendable. Los toques eléctricos.

Nacho: Creo que si esnifas suficiente café molido y bebes suficiente licor café puedes sentirte como una versión en negativo de El precio del poder.

Silverio: Es la coca de los pobres.  ¡O de los ricos también lloran!

Nacho: En México, por mi piel blanca todos me toman como un semidiós y no hacen más que darme collares de flores y tinajas de miel. En México, rodeado de gente como Silverio, me siento como el calvo de Prometheus.

Publicidad

¿Tan bonito fue rodar en México?

Nacho: Fue muy bonito, con gente a la que todavía le impresiona lo de mi nominación al Oscar. No saben que, desde entonces hasta acá no he hecho más que dilapidar mi prestigio. El pobre Silverio cree que soy su embajador en Hollywood, cuando lo más probable es que, por haber trabajado conmigo, le desnuden en la aduana. Rodar con él ha sido mi momento de mayor prestigio desde el 2005.

Silverio: Pero si yo llevo intentando acabar con mi carrera desde que empecé, eres mi as bajo la manga. Que todo se vaya por un tubo de una vez que ya no aguanto más.

Nacho: Somos compañeros en la autodestrucción. Estamos echando una carrera, a ver quién acaba antes consigo mismo.

Silverio: ¡Adultos al limite! Un nuevo programa en tele abierta.

Nacho: A ver quién muere antes por sobredosis de café molido.

Silverio: Yo voy bastante bien.

Nacho: Todas las heridas que me hice en México aún siguen abiertas.

Silverio: Déjalas así que cuando vuelvas las rellenamos. A mí esta semana me echaron de un hotel por mearme en la recepción. En el mueble. Pero revisaron las cámaras y me agarraron. Por suerte me pusieron en un hotel mas nice.

¿Cómo habéis plasmado Salón de belleza en imágenes?

Silverio: Bueno, aunque parezca complicado, en Salón de belleza no sólo se hizo una descripción detallada sino que además se sumó toda la perrada. Encontramos a Otto Von Schirach.

Nacho: Iago, de todo lo que acaba de decir Silverio no entiendo nada, así que imagínense qué clase de traducción hice en el vídeo. Lost in translation.

Publicidad

Silverio: A mis hijos. Mi mujer.

Nacho: Es bonito comprobar que, aunque compartamos la misma lengua, nuestras poderosas respectivas culturas pueden hacer que en ningún momento comprendamos lo que está diciendo el otro.

Silverio: Es lo que más disfruto.

Me han dicho que os colasteis en un funeral.

Silverio: Resultó que cuando me estaban enterrando llegaron los dueños del hoyo. O mejor dicho la dueña. Pero en vez de reclamarnos o lincharnos… se tomaron fotos conmigo y hasta compartimos caramelos. Yo estaba en calzones en un hueco en un cementerio.

Nacho: Jajajaja. No nos van a creer. Hay una secuencia donde Silverio es arrojado a una fosa real, y el funeral de verdad estaba a punto de llegar, tan cerca que ¡salen en plano al fondo! Casi nos pillan arrojando a un hombre en peluca y tanga al mismo foso donde se iba a depositar al muerto.

Silverio: Hablé con la hermana de la difunta. Había fallecido a los cuarenta atropellada.

Nacho: Uf, vamos a ir al infierno.

Silverio: ¿De nuevo?

¿Qué más localizaciones utilizasteis?

Nacho: El inframundo… La última secuencia del videoclip transcurre en el bar Inframundo, un barreal de Patzcuaro. Habíamos planificado que, al acabar el rodaje, Silverio hiciese una sesión de DJ. No fue posible porque a las cuatro de la mañana, al terminar, una banda de música compuesta por niños, la Orquesta Inframundo, empezaba a tocar en vivo.

Silverio: Un grupo de moda.

Publicidad

Nacho: Niños tocando Johnny B. Goode a las cuatro de la mañana. Un espectáculo insólito.

Silverio: Me botaron. No me permitieron tocar en el inframundo. No me aceptaron. Me batearon. Sayonara

Nacho: Yo pude comprobar cómo, a medida que la noche avanzaba, Silverio pasó de casi pegarse con ellos a pedirles droga. ¡A unos niños!

Silverio: Bay-gon.

Nacho: Ustedes se piensan que estrellas como nosotros estamos todo el día rodeado de chicas y cocaína, cuando nuestro mundo se compone de niños y café molido.

Silverio: ¡Así es el glamour!

Nacho: El glamour en el inframundo.

Silverio: Pues lo lógico: antro, rock, jóvenes, fiesta, etc.

Nacho: Creo que el mayor de todos tenía doce años.

Deberías mudarte allí Nacho.

Nacho: Me voy a México, aunque sea con los pies por delante. En México mi aspecto es exótico.

Silverio: ¡El dios de la butifarra te gritaban!

Nacho: Allí tengo un aspecto que tiene mucho potencial. Ven en mi lo que vieron en Mónica Naranjo.

Silverio: Es cierto, no saben qué eres…

Se creen que los españoles somos europeos.

Silverio: No, eso creen ustedes.

Nacho: Allí saben que en realidad somos sudeuropeos. En otras palabras: euracas.

Silverio:  Se rompió el continente y se quedaron del lado equivocado.

Nacho: En los Grammy latinos Salón de belleza va a ser nominado como mejor videoclip realizado por un euraca.

Nacho: Un mexicano es un español que no se siente importante por estar pegado a Francia pero que, sin embargo, sabe hablar en inglés.

Publicidad

Silverio: Más claro imposible.

Nacho: Si a un mexicano le metes un palo por el culo y le borras de la mente la capacidad de hablar en otros idiomas te sale un español.

Silverio: Pero con z: ezpañol.

¿Ha quedado resultón el videoclip?

Silverio: Seguramente será un parte aguas. Un antes y después.

Como Moisés.

Nacho: Jajajaja. Silverio es el nuevo Moisés, claramente. Y en vez del Mar Rojo me ha partido a mí por la mitad.

Silverio: Cabrón, casi me matas.

Nacho: Cada diez minutos todo se venía abajo y había que reinventar el guión, era como si Homero hubiese escrito La Odisea mientras le pegaban una paliza.

Silverio: Y eso es un lujo.

Nacho: Yo no era más que un rendido admirador de Silverio. Yo pensé que todo sería fácil, dando por hecho que Silverio era una figura respetada y admirada… pero ya en Patzcuaro comprobé que es alguien temido y aborrecido. Todo se volvió mucho más interesante.

¿Por qué te fascina Silverio?

Nacho: Es una de mis personalidades favoritas sobre el escenario desde los tiempos del Yepa-yepa-yepa. Si tengo que escoger mi trío de intérpretes favoritos tendría que decir Alan Vega, Joe Crepúsculo y Silverio.

Silverio: ¿Empezamos la entrevista?

Nacho: Mi ideal es morir, reencarnarme en un murciélago, y que Silverio devore mi cabeza en el escenario delante de cientos de miles de espectadores.

Silverio: En un show en el estadio azteca con sacrificio humano incluido. Quema de brujas.  Marranos. Y empalamientos gratis. Para toda la familia.

Publicidad

¿Qué esperáis que suceda tras el estreno del videoclip?

Silverio: Que se acabe mi carrera de una puta vez y mientras hacerle rico a todas las que pueda. Pero seguro que todo me saldrá mal. Y tendré que seguir subido en un escenario un tiempo más.

Nacho: Digamos que el recorrido que hicieron mis antepasados en América Latina ha sido compensado por la conquista que ha hecho Silverio en mi corazón. Ahora toda la nación hispana está en equilibrio.  Del vídeo yo espero que algún día se diga "Nacho Vigalondo colaboró en la caída de Silverio".  No pido más.

Silverio: Un gran abrazo hermano Nacho. La invitación sigue en pie. ¡México te espera!

Nacho: México me espera allí, y España no espera el momento de que me vaya. Hermano Silverio, espérame en lo alto de tu montaña de café molido.

Silverio: Ya estoy acá.

Nacho Vigalondo: Un placer, Iago, espero que se haya percibido el amor entre adultos al límite.