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El puente

Tecnología antimigrante: El nuevo negocio en la frontera

Como se aburren de matar gente a palos, echan mano de nuevos gadgets.

Ahora que los indocumentados se han cansado de ser perseguidos por los minutemen en Arizona y han encontrado que el desierto entre Chihuahua y texas es más poroso, los contratistas de seguridad militar, que antes vendían armamento al ejército estadunidense en Irak y Afganistán, han encontrado su nueva mina de oro en la frontera entre México y Estados unidos.

Los gerentes de ventas, directores e ingenieros de estas empresas de la industria militar que entrevisté en El Paso, texas, están deprimidos por los recortes presupuestales a sus negocios en Medio oriente ya que las guerras están terminando. Pero están entusiasmados en el nuevo negocio de cazar indocumentados en esta frontera.

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Aquí hay algo de lo que ofrecen:

Pistolas de láser con descargas eléctricas

La migra no se anda con jueguitos. Para estar preparados en caso de un ataque armado, la patrulla fronteriza utiliza chalecos fotosensibles y pistolas láser. Pero que te pegue un rayo láser no es suficiente para Kyle Crooks, director de ingeniería de Stress Vest Inc.

“No es muy realista que un rifle de asalto te lance un láser, por eso cada vez que la luz pega en el centro, tu chaleco te da fuertes descargas eléctricas. ¡Es básicamente un juego de laser-tag pero con descargas!”.

Kyle me mostró también un cuchillo de plástico que al tocar la piel lanza descargas con la misma potencia que una Taser Gun y me hizo una prueba. Mi brazo sigue vendado y aplico pomada cada dos horas.

¿Cómo usar un AK-47 o un M240 como un verdadero narco?

Una de las principales amenazas para la “seguridad fronteriza” en lugares como El Paso, Texas, es el narco. Y el narco es bien conocido por sus exóticas y potentes armas de fuego.

Gracias a Dios, Special Tactical Services pensó en eso y ahora es la encargada de dar entrenamiento en armas extranjeras y de alto poder a los agentes de la patrulla fronteriza, DEA, FBI y otras agencias estadunidenses.

James Richmond, técnico experimentado en armas, me contó que han entrenado a empresas de seguridad privada que trabajan para el gobierno de Estados Unidos en México.

“Cuando nuestros agentes se topen con narcos que usan un AK-47 como la que usaba Bin Laden cuando fue asesinado o una metralla M240, se van a preguntar '¿por qué sólo aprendimos a usar armas norteamericanas?' Y es ahí donde entramos nosotros”.

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Pistolas de aire cargadas con pelotas de gas pimienta

Scott Monte, técnico de la empresa Pepperball me cuenta: “Prefiero pegarle a los indocumentados con gas pimienta y evitar la muerte”.

Las pelotas de gas pimienta son básicamente lo mismo que las de pintura, solo que fabricadas con un plástico más duro y por eso, más caras.

“Si son caras, cuestan de dos a tres dólares cada pelota, pero vale cada centavo evitar la muerte de un migrante”.

Al parecer Scott Monte es un minuteman muy considerado.

Un globo aerostático que lo ve todo

Rami Shmueli, director de la empresa RT viajó desde Israel para dar un consejo a los migras: “Sus torres de vigilancia no funcionan”. “Es mejor tener un globo aerostático que lo ve todo desde el aire. Así lo hacemos en Israel para vigilar durante manifestaciones o el flujo de personas en la frontera”.

El Skytar 180, es un globo aerostático pequeño que puede subir hasta 300 metros con una cámara superpotente instalada y controlada desde un maletín.

Robot agente

En el futuro de los puentes internacionales que conectan a México con Estados Unidos los agentes sobran. ¿Para qué enviar agentes o a canes entrenados cuando se puede enviar a un robot que examine las pupilas, identidades y olfatee drogas? Esa es la finalidad del robot Dragon Runner 10 fabricado por TSG. Rémy Frank, director de ventas, me dijo que el robot podía identificar a alguien nervioso desde la pupila.

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“El robot cuesta entre 60 y 70 mil dólares. Pero te ahorra el riesgo que corren los agentes, además a la larga dejas de pagar salarios y todo eso de las prestaciones. Sólo necesitas a alguien que controle a tus robots”.

Al final de la convención me separé de los uniformados que ya se reunían en grupitos para felicitarse mutuamente por ser tan inteligentes y querer tanto a su país, y me fui a Ciudad Juárez por unos tacos. Recordé que un comedor comunitario cerca de donde me encontraba era un punto de reunión de futuros migrantes y polleros. Así que con la barriga llena fui en busca de mi amigo José, el pollero.

¿Y ahora…quién podrá defendernos?

Cuando le conté a José todo lo que había visto no pareció sorprenderle ni un poco. Me dijo que siempre van a encontrar maneras de cruzar “hasta disfrazados de piedras”. Que la necesidad es mucha y su creatividad infinita.

“Mira, loco, la gente tiene hambre y tiene familias allá y aquí estamos muy pobres. Aunque tengan todo un ejército, tal vez nos agarren a algunos, pero otros vamos a seguir cruzando. Ya nos han cerrado túneles y nos han quitado escaleras, pero por ejemplo, ahorita lo que hacemos es amarrar una cuerda al que se quiere cruzar, lo colgamos por el puente [que conecta a Ciudad Juárez, Chihuahua con El Paso, Texas] y los vamos bajando poco a poco. No tardamos más de un minuto”.

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