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Éric : Cuando era niño escuchaba los anuncios de las toallas sanitarias en la tele. Aunque la primera vez que me interesó el tema fue en la pubertad. En esa época hurgaba en los botes de la casa para ver si encontraba toallas de mis hermanas o de mi madre. La atracción fue inmediata. Lo que más me gustaba era saber que se trataba de una cosa exclusivamente femenina e íntima salida de lo más profundo del cuerpo de una mujer.Aunque no se lo podía contar a nadie. No porque fuera algo "sucio", sino porque sabía que la gente no lo iba a tomar bien.¿Se lo dijiste a tu primera novia?
Con mi primera novia estuve desde los 17 hasta los 24 años y siempre supo sobre mi fetiche. Nunca he tenido una relación tan intensa como esa, ni siquiera con mi esposa. Cuando nos conocimos éramos muy jóvenes y aún éramos vírgenes. Aprendimos sobre el sexo juntos y nunca poníamos límites. La sangre menstrual era un afrodisiaco para nosotros. Por suerte, mi ex novia era muy abierta en ese tema y no le incomodaba tener relaciones durante su periodo. Después de que terminamos, tuve una amiga con derechos pero sólo le dije que no me molestaba tener sexo en su periodo.¿Tu esposa sabe sobre tu fetiche?
Se lo dije poco a poco. De hecho, empecé diciéndole de broma cosas como: "¡Soy un vampiro sediento de sangre!", para ver cómo reaccionaba. [Risas]. Mi esposa tenía infecciones vaginales con frecuencia y estaba todo el tiempo en el ginecólogo. Un día me senté a platicar con ella. Le aconsejé que dejara de utilizar tampones porque causan infecciones. Al principio le sorprendió que supiera tanto sobre ese tema. En ese momento le confesé que la menstruación me excitaba. Estaba impactada pero no molesta. Supongo que fue un alivio saber que podía compartir conmigo algo tan intimo.
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No, nunca se lo he dicho a ningún hombre, ni siquiera a mi mejor amigo. Aunque no lo creas, los hombres son más discretos que las mujeres en lo que respecta a su vida sexual. Además, no me gusta presumir mis logros. Por suerte, hay muchas personas como yo en internet con las que puedo hablar sobre sexo sin temor a que me juzguen. Incluso en foros sobre Doctissimo hay personas que se horrorizan cuando se enteran que me excita la menstruación y dicen que "eso no se hace" o que es una "perversión".¿Por qué crees que este tema es un tabú?
Es un tema que no se toca en sociedad. Si hablas sobre esto frente a la gente, te ven como un fenómeno. Qué lástima que no entiendan por qué me fascina tanto la menstruación y la complejidad del cuerpo femenino. La regla es una señal de buena salud (y la ausencia de ésta indica enfermedad). Además, sin la menstruación no sería posible dar vida a otro ser humano. La regla es la esencia de la feminidad. Es algo que los hombres, ya sean homosexuales o heterosexuales, no van a entender jamás.
¿Y cómo cumples tu fetiche? ¿Alguna vez has comprado un tampón usado?El olor de su sexo me embriaga, igual que el de las toallas usadas.
Me encanta oler las toallas usadas, amo el olor, es mi droga. Sé dónde comprarlas en internet. Lo que más se vende en estas páginas es ropa interior usada. Aún no he comprado nada pero tengo muchas ganas. Seguro a muchos les perturba este negocio pero por mí no hay ningún problema. Todos ganan.¿Qué va a pasar cuando tu esposa llegue a la menopausia? ¿Te preocupa?
Sí lo he pensado pero desde otro punto de vista. Lo que me preocupa es el embarazo. Cuando queramos tener un hijo, voy a estar nueve meses sin disfrutar de la menstruación de mi esposa, pero no me molesta porque vale la pena. También sé que cuando deje de menstruar para siempre se va a perder un elemento muy fuerte de nuestra sexualidad. Sé que con el tiempo vamos a evolucionar juntos y espero que podamos encontrar otras opciones.¿Y cómo es el sexo? ¿No es un poco gore tener sexo en un mar de sangre?
Cubrimos la cama con toallas. A veces la sangre se pasa hasta las sábanas pero no me molesta porque la limpieza también es parte del ritual. Me encanta hacerle sexo oral en esos días del mes. Todavía le incomoda un poco esa parte pero para mí es como estar en el cielo. Cuando está en su periodo, se excita mucho más y es más desinhibida.El olor de su sexo me embriaga, igual que el de las toallas usadas. A mi esposa le gusta terminar nuestros encuentros sexuales masturbándome con la toalla que acaba de usar, sola o con su ropa interior. Yo también tengo mis gustos en ese ámbito. Hay toallas que son mucho mejores que otras.Sigue a Mélanie en Twitter.