FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Todavía no sé quién es mi padre, pero tengo cera seca en mis oídos

Esa porquería tiene un gran significado genético.

Cuando era niña, mi madre me llevó con el pediatra para preguntarle sobre la cera excepcionalmente seca que tenía en los oídos. La Dra. Hahn Li nos dijo que mi cera era oriental, por lo que pensé: “Oh, la Dra. Hahn Li es oriental, por lo tanto todos sus diagnósticos también”. Así que enterré su comentario en el lugar más oscuro y recóndito de mi cerebro, hasta hace poco, cuando descubrí lo divertido que puede ser ver videos para sacarse la cera en YouTube. (Es en serio, estas madres me hacen babear). Mi nueva obsesión con la cera en los oídos me llevó a hacer un poco de investigación sobre su significado hereditario, el cual resultó ser enorme.

Publicidad

Permítanme explicarles. Durante gran parte de mi vida, asumí que mis padres biológicos eran los hombres blancos que me criaron. Qué tonta fui al creer en una falsedad tan evidente. No me parezco nada a mi “padre”. En mi juventud me revelaron que mi padre biológico era un donador de espermas, y que el hombre con el que vivía era sólo un buen tipo con una historia de cáncer testicular.

Muchas preguntas me vinieron a la cabeza cuando descubrí esto. “¿Soy oriental?, ¿tengo alguna enfermedad?, ¿soy retrasada?”

Mi madre me aseguró que el esperma había venido de un hombre cuyas características físicas eran similares a las del hombre que me crio. ¡Pero la cera en mis oídos dice lo contrario!

Según este estudio por el científico japonés Koh-ichiro Yoshiura de la Universidad de Nagasaki, la calidad de nuestra cera es un factor hereditario y, por lo tanto, evidencia de que soy menos blanca de lo que creía.

He aquí un breve resumen del estudio: la gente puede ser dividida en costras secas y húmedas en los oídos. Los europeos y los africanos tienen cera húmeda, y los asiáticos (y por lo tanto los nativos americanos, debido a esa ancestral peregrinación a través de Siberia) tiene cera seca. En el sur de Asia son mitad y mitad. Esto está determinado por el intercambio de una sola unidad en el ADN conocida por los genetistas como unión del ATP con el gen C11. (¿Qué carajos les pasa?)

Básicamente, esto quiere decir que los asiáticos son más limpios y evolucionados, y no tengo la paciencia para decirlo de una forma que no suene ofensiva. Además de proveer cera seca, este gen hace que las personas suden y apesten menos. Lo que explica por qué nunca he tenido que usar desodorante. Históricamente, esto tienen que ver con poderse adaptar a los climas fríos, o algo así. En resumen, todos ustedes son asquerosos.

Publicidad

¡Que alivio! Toda mi vida me he sentido culpable: “Perdón, todos, por colonizar su tierra y sacar provecho de sus sueños destruidos”, ¡pero ahora puedo ser una más de las víctimas! Todo gracias a mi padre, el que se dedicó a vender su semilla.

Voy a decir que mis padres son nativos americanos, ya que los asiáticos son mucho mejores para mantener un registro genealógico. Y porque puedo tomarme una botella completa de alcohol etílico sin problema. Nota interesante: mi hermano tiene otro padre biológico, y tiene cera húmeda. La genética funciona así: necesitas dos genes secos para hacer uno nuevo. Húmedo más seco es igual a húmedo. ¿Confuso? Así funciona el color de los ojos. Así funciona la ciencia. Carajo, soy tan estúpida.

Ahora que entiendo esto sobre mi identidad, no sé como pude ignorar todas las señales por tanto tiempo. Además de beber cantidades excesivas de alcohol, también soy inmune a la muerte en manos de animales salvajes, no me quemo con el sol y la hiedra venenosa se siente como casimir, y acabo de dejar la escuela. Si eso no es un “¡Mohawk!”, nada lo es. Además, es obvio que mi biopadre tenía fuertes necesidades económicas.

La inseminación artificial era algo muy nuevo cuando nacimos mi hermano y yo. En los ochenta nadie tenía dinero, así que no importaba mucho. Si necesitabas comprar comida para el almuerzo y no tenías dinero, simplemente ibas a tu clínica más cercana para un rapidín. Era como un cajero automático, sólo que tu pito era la tarjeta.

Publicidad

La tecnología también era muy primitiva en esos tiempo. Por ejemplo, cuando mi hermano nació, todavía no sabían cómo congelar el semen, así que su padre biológico se la había tenido que jalar literalmente en el otro cuarto, a diez metros de mamá. Por otro lado, el ADN de mi padre llegó por correo en una hielera. Pero incluso con este invento chelero disponible, el papeleo seguía siendo poco importante. Los hijos de los donantes no tienen derecho a obtener información sobre su genealogía. Mi madre no tenía control sobre el “tipo Y”. Dejó la decisión en manos de un par de enfermeras.

¿Papá?

¿Dónde me deja todo esto? Súper apática como siempre, supongo. Pero una parte de mí realmente quiere tener una aventura épica, una que involucraría viajar por todo Norteamérica, recorriendo el lugar en busca de ese hombre con oídos increíblemente limpios y con la versión masculina de mi rostro en su retardada cabeza. De hecho, eso es lo que voy a hacer.

Sigue a Kara en Twitter: @totallykara

Más de Kara Crabb: 

Mi traje de mapache

Lamento que hayan decapitado a tu perro

El mejor lubricante sexual para acompañar mi comida