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Si estás leyendo esto en el trabajo, es probable que te sientas identificado.Por otro lado, los nada comprometidos se dedican a sabotear. "Dañan a la organización. Si ven un problema y tienen una solución, prefieren no ofrecerla. Roban. Lastiman a los que están a su alrededor. Hace poco hubo un caso de un abogado que puso su propia caca en el dispensador de jabón en el baño de su oficina, lo mezcló con el jabón y todos sus compañeros lo usaron sin tener idea de lo que había dentro. También se lastiman a sí mismos, cometen suicidio o dañan su cuerpo".Meter caca en el dispensador de jabón es raro y reprochable. Pero si alguna vez has robado algo de la oficina o llegas a curarte una cruda que no querías tener en fin de semana, felicidades: estás dentro de ese 23 por ciento.
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En su libro, Peter utiliza el término "Bioproletariado" para explicar nuestra posición actual. "El bioproletariado se refiere a la forma en que 'bios' –la vida misma– está encadenada a la economía. "La vida se ha vuelto un modo de trabajo continuo donde siempre tienes que estar listo para trabajar".¿Entonces qué se supone que debemos hacer? ¿Cómo resistirnos al trabajo? Fleming escribió sobre la vez que le dio gripa y lo usó como excusa para liberarse una semana del trabajo. Nos enseñan que el trabajo es "bueno para nosotros" pero en realidad es todo lo contrario. Estar sentado mucho tiempo es igual de malo que fumar."El problema de la resistencia", dijo Peter, "es que está obstaculizada por la tendencia a economizar en la mano de obra. Para economizar, hay que individualizar. Hay que hacer que todos tengan contratos individuales, fomentar el autoempleo. Por ejemplo, se informó en 2013 que el 70 por ciento de los pilotos de la aerolínea irlandesa Ryanair son freelance: tienen que pagar sus propios uniformes y los hoteles en los que se hospedan. Tenemos que volver a centralizar y redescubrir el poder del trabajo".Fleming propone una serie de ideas innovadoras que deberíamos considerar: aumentar el salario mínimo, nacionalizar la industria, tener una semana laboral de tres días y que el trabajo deje de ser un fetiche.Pero primero quiere que entendamos qué está mal, por qué estamos trabajando tanto y colaborar con otras personas que tengan la misma postura. "En la antigüedad, las sociedades que insistían en que la gente trabajara más de tres días a la semana eran sociedades esclavistas. No necesitamos trabajar más de 20 horas a la semana".@KitCaless