Un actor porno me dijo cómo coger como profesional

Últimamente mucha banda ve en el porno el ejemplo perfecto de violencia de género. Encuentran en él una pedagogía que reduce a las mujeres a objetos, que nos enseña que el placer de las morras no importa tanto y que uno puede llegar y cogérselas sin más, pero calma, hoy no les voy a echar la reflexión feminazi.

Al mismo tiempo, la pornografía es una de las pocas industrias en donde las mujeres tienen sueldos más altos —aunque como también provoca esclavitud sexual y trata de personas, según yo, eso no es consuelo— y donde ellas son las estrellas. Algunas actrices porno que escriben libros, hacen videos leyendo en voz alta y actuando un orgasmo se vuelven virales y demás.

Ahora, ¿pensamos en los estándares que el porno le pone a los morros sobre el tamaño de verga que supuestamente está chido tener, su desempeño y la resistencia que se espera de ellos? La verdad es que la pedagogía del porno nos raspa a todos y probablemente a los vatos un poco más. Piensen esto: las morras pueden quedarse como estrellas de mar mientras que el hombre es responsable de todo, desde que se le pare y que ella se moje, hasta que todos se vengan.

Pensé que sería interesante conocer la visión de un morro que esté en la industria para adultos, y así saber qué tanto de esos estándares son producción y entender un poco más cómo funciona eso de ser un modelo sexual a seguir. Platiqué con El gran Érick, un actor porno de 24 años que vive en Monterrey, lleva dos años en la industria y actualmente trabaja con las productoras SexMex y LatPorn.

El Gran Érick y Melody Petite.

VICE: ¿Cómo te volviste actor porno?
El gran Érick: La idea no era ser actor porno, pero Melody —mi pareja— y yo comenzamos como escorts. Ella lanzó su página con fotos y después nos surgió la idea de hacer videos caseros, porque en ese ambiente hay que demostrar que eres real. Hicimos algunos videos para mostrarnos y llamamos mucho la atención, ya que nadie lo hacía. A partir de eso, Torbe la contactó y terminamos grabando con él.

Eso nos dio más fama, comenzamos a viajar para promocionarnos y conocimos la productora SexMex. Vi que estaban grabando unas escenas, entonces les enseñamos algunos de nuestros videos y mostraron interés, —más en ella que en mí— y me dijeron: “tú viaja a Guadalajara, de donde son ellos, y ahí vemos”. Cubres tus gastos, o sea no te pagan para ir, y ya que estás allá te hacen un casting con una escena o dos.

¿Cómo es?
De entrada, son muy escépticos. Realmente es muy difícil para un hombre abrirse las puertas. Muchos de los chicos —y te lo digo porque lo viví— quieren grabar pero porque se quieren coger a tal vieja y hacer esto o aquello, pero frente a una cámara con diez personas alrededor, se abruman y no pasa nada. Se la jalan y dicen: “dame un minutito, ya ahí voy, nomás tantito” y así pasan horas y nada. Ése es tiempo perdido para todos y por eso hay escepticismo, porque tienen que estar seguros de que la persona les va a cumplir.

¿A ti qué tal te fue?
Podría decir que fui muy buen candidato porque el director me dijo: “Mira, tienes muy buen miembro, eres delgado —lo importante es que se vea la penetración y eso lo facilita— y sigues las indicaciones. Voy a necesitar que vengas una vez al mes, por ahora tienes trabajo asegurado aquí”. En ese entonces yo trabajaba en una compañía de gas y al principio les inventé cualquier excusa, pero ya que fue mayor frecuencia, se les hizo raro que viajara tanto a Guadalajara. Durante un viaje me pidieron que me quedara cuatro o cinco días más, que se convirtieron en un mes y medio y ahí terminé dejando el trabajo en la compañía de gas.

Además de tener una erección durante horas, ¿qué más se necesita?
Para empezar, tienes que ser muy caliente y concentrarte en la chica es lo esencial. Pero ya con la erección tienes que estar al pendiente de las cámaras y la luz, no nada más tienes que estar cogiendo y la cámara se va a acomodar. También tienes que poner atención a lo que te dice el director, porque muchas veces él se aleja y con gestos te dice que cambies de posición o cuando hay corte, porque claro, tampoco coges como tú quieras.

¿Y cómo coreografían las escenas?
Importa mucho el cuerpo de la chica, por ejemplo, si es muy chichona se buscan posiciones en donde la chica luzca sus atributos. Además de esto, también importa la locación. Si es en un sillón, buscamos las posiciones más cómodas para que a la hora de estar grabando se vea más natural.

¿Cómo es un día típico de filmación?
Desde el día anterior descanso bien, nada de tomar o drogarse y procuro no tener relaciones una semana antes de filmar, digo, para guardar leche, ¿no?

El día de la filmación te levantas temprano, te bañas, llegas al set y ayudas a armarlo. Después platicas con la chica, más que nada para ver qué es lo que se puede hacer y lo que no, para que en la escena nadie se saque de onda. Me han tocado situaciones en que el director me pide que sea rudo y la chica no sabe o no quiere que sea así.

¿Qué cosas hablas con las morras en esa plática previa?
Yo procuro que la escena sea completa, como un encuentro sexual tal cual, con besos y cachondeo. Lo normal es que uno le dé sexo oral a ella pero muchas actrices no quieren. La plática previa es como: “¿Besos? Sí. ¿Nalgadas? Sí. ¿Sexo oral? No”. Se me hace raro, ¿qué chica no quiere que le hagan sexo oral antes de que la penetren, o sea, calentarse en verdad? Otras sí aceptan sexo oral pero besos no, es como que no quieren involucrar sentimientos o tienen pareja y les dicen: “le voy a chupar el pene pero no le voy a dar besos”.

¿Qué hay del uso del condón?
El uso de condón también es según el criterio de ellas y uno hace lo que dice el director. Claro, no puedes hacerlo sin condón sin tener las pruebas médicas y pedírselas a la chica, pero a veces hasta para uno es más sencillo con condón porque duras muchísimo. También hay chicas con las que ya he grabado que me dicen: “Fuerte pero no me la metas toda”, o cosas así.

Sí la tienes bien grande, ¿verdad?
Mira, yo me considero normal, o sea que 23 centímetros está bien.

Creo que 23 centímetros es grande.
Pues toda la vida me la he visto, así que para mí es normal.

¿Cuál ha sido la grabación más larga que te ha tocado?
Fue un gangbang de tres chicos con una chica que duró como cuatro horas. Siempre hay cortes constantes, ahí fue donde me di cuenta de que un actor usaba la bombita porque siempre estaba erecto. Yo no, en los cortes se te baja tantito pero el chiste es retomarla rápido.

¿Cómo le haces?
Estás pensando constantemente en la situación sexual, tienes que ser caliente y estar ahí porque si te pones a pensar en el del audio o la cámara, te caes y para que retomes después de eso está difícil.

¿Alguna vez te ha pasado eso?
Afortunadamente no, justo por la experiencia que tuve como escort, donde iba con mujeres que ni conocía o con parejas. Sólo atendía a chicas, pero a veces el esposo quería ver y eso te pone un poco nervioso. En los espectáculos de sexo en vivo es mucho más difícil porque la gente que va ahí es muy agresiva y empiezan con: “¡ah, pinche vato, no se le va a parar! No va a poder. ¡Bájenlo!” Imagínate estar en un escenario con toda esa gente y recibiendo esa energía.

¿Usan viagra o estimulantes de algún tipo?
No es muy frecuente pero sí se usa. Depende del actor, yo prefiero llevar una rutina de ejercicio, buena alimentación y una dieta que se enfoque en mantener la erección y una buena producción de semen. Vas averiguando o al menos yo, que le quería entrar en serio, hago cosas como la semana de abstinencia antes de filmar.

¿Cuál es la escena más rara que has hecho?
He grabado varias, pero creo que la del gangbang porque hubo doble penetración vaginal y se siente raro, por lo menos es algo que en mi vida sexual normal no haría.

¿Se puede vivir sólo de actuar?
Se puede decir que vives de coger, porque también esto te abre puertas para incursionar en otras cosas. Con Melody he hecho presentaciones de sexo en vivo en Veracruz, Oaxaca, el DF y en varios estados. Y bueno, así también otras productoras pueden ver tu trabajo y como ya saben que lo haces bien, prefieren ahorrarse los castings y te contratan.

¿Tú ves porno?
Sí, pero ahora lo veo más como trabajo, para aprender, ver posiciones, cómo tratar a la chica y hasta lo que no debo de hacer.

¿Cómo ves la industria del porno en México?
Creo que va en ascenso, aunque estamos en pañales porque todavía no llamamos tanto la atención, pero en la medida en que se tome profesionalmente podemos hacer algo grande.

¿Algún consejo para los que quieren incursionar en el mundo del porno?
Que estén decididos y si quieren entrarle, que sea en serio y no nada más “voy, hago una escena, me cojo a la chica que me prende y ya.” También hay chicas que entran por el dinero, hacen una escena y no las vuelves a ver. Eso es lo que hace que el porno aquí no sea de calidad, porque no hay chavas que le entren de lleno, muestren el rostro y den un nombre. La doble moral está muy arraigada aquí. Mucha gente que está en este negocio tienen esposos o esposas y lo hacen a escondidas.

Yo lo veo como trabajo y a las chicas como compañeras de trabajo. Así sabes que puedes volver a trabajar con ella o si es una chica nueva, quieres que se lleve una buena experiencia para que quiera volver a grabar. Justo lo que necesitamos para llegar a niveles de calidad y estilo como en Estados Unidos o Europa es tomarlo en serio, uno tiene que mostrar profesionalismo para que se refleje en la cámara y la gente quiera seguir consumiendo.

Ahí tienen, mis caritas de popó, les confieso que antes de hacer la entrevista esperaba que Erick fuera un güey macho y medio puerco pero no podía estar más equivocada, resultó ser una chulada de morro, educado, chambeador y súper buen pedo —sin mencionar que tiene un pito de 23 centímetros. Una buena lección para no instalarse en los clichés automáticamente.

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