Un par de cosas sobre el "Cruel Summer" de Kanye West

La películaPrometeo contiene escenas que me parecen particularmente destacables cuando hablo de la música de Kanye West. El héroe, Charlie, un científico alfa sabelotodo que sólo existe en las obras de ficción, está hablando con David, un escalofriante androide. David le pregunta a Charlie porqué la humanidad inventó un escalofriante robot humano, y Charlie le contesta: “Los hicimos porque podíamos”. Entonces David le dice: “¿Te imaginas lo decepcionante que sería escuchar eso de tus creadores?”

Ahora, imagina que Kanye West es Charlie, y su música es David. Kanye hace música que ningún otro humano podría, porque no tienen la visión, no ven el alcance, ni la relación tangencial con la sanidad como él. Básicamente, hace la música que hace porque puede. ¿Pero eso quiere decir que debería hacerla? En Prometeo, David el robot termina jodiéndose a una nave espacial completa de humanos, y accidentalmente desatando las bases para toda la serie de Alien. Así como la gente en Prometeo no debió haber inventado a David, Kanye West quizá no debió haber hecho Cruel Summer, aunque es el único güey que podría haberlo hecho. El álbum es impresionante, claro. Seis de las canciones son tan buenas como cualesquiera otras seis buenas canciones de Kanye Weat, pero al carajo con Cruel Summer. Al carajo con el disco. Cógetelo. Cógetelo junto a un plato de huevos con jamón. No te preocupes por la logística de cogerte una colección de rolas de las que quizá no tienes una copia física. Cógetela de todas formas.

La idea básica detrás de Cruel Summer es que es un álbum de Kanye West, pero no del todo. Existe bajo su marca, pero funciona como una especie de escaparate para el trabajo de producción de Yeezy, así como una plataforma para G.O.O.D. Music. Es como una de esas compilaciones para Maybach Music de Rick Ross, o esa colección Young Money/Cash Money de hace tiempo, un artículo mercadotécnico que bien pudo haberse regalado en el megatour de G.O.O.D. que le ha dado a este álbum tanto éxito. Su existencia es un mensaje en sí, es como si Kanye quisiera recordar que, aunque la gente enloquece con su rap, empezó como productor y que eso es lo que mejor sabe hacer. En cierta forma, alejarse del micrófono es un acto de orgullo de parte de West: quiere que encontremos la grandeza de su trabajo, aunque no está en el micrófono para recordárnoslo. Es por esto que Cruel Summer cae de boca.

Los problemas de Cruel Summer son tres. Es predecible, tanto que si ordenaras las canciones de mejor a peor, terminarías con una lista muy parecida al orden de las pistas en el disco, con el remix de “I Don’t Like” en algún punto intermedio. Dos, no encontrarás nada sorprendente. Muchos de los grandes momentos, además de “To The World,” “The Morning” y el último verso de Ghostface en “New God Flow”, son conocidos. Esto nos deja sin el gusto de sorprendernos con cosas como “Dark Fantasy,” “Gorgeous” y “All Of The Lights”, como sucedió con My Beautiful Dark Twisted Fantasy.

El tercer, y el más notable problema con Cruel Summer es que muchos de los raperos en el álbum que no son Kanye West, no le pisan ni los talones al güey. Kanye West le imprime un cierto nivel de locura frenética a su material, y a menos que entiendes en lo que te estás metiendo, es muy difícil de replicar. R. Kelly lo puede hacer, como lo demostró con “To The World”. Por dios, canta: “Todo el mundo es un sillón/ ¡Y, perra, esta noche soy Rick James!” durante su verso, pero lo hace de forma tan angelical, como si estuviera leyendo la biblia. 2 Chainz también lo hace bien, pero ya lleva tanto en el medio que aprendió a hacerse menos, a pesar de que todos saben que es un verdadero genio. Pusha T y Big Sean lo hicieron más o menos, pero Pusha T carece del inherente poder de West, y Sean, cuya piocha sugiere que una bola de strippers lo adoptaron de niño, sólo sabe rapear sobre culos. De lo contrario, suena débil y cursi.

No es que Kanye no se esté esforzando. El álbum tiene una secuencia hermosa, y cada beat se combina tan bien con el siguiente que se vuelve difícil distinguir cuando una canción acaba y la otra comienza. Esto es algo bueno. Sorpresas hay muchas, pero no todas son placenteras. Me quedé con la boca abierta cuando escuché el: “One two, one two, guess who back again?” No tuve que esperar a la siguiente línea para saber que se trataba de Ma$e, que había regresado de alguna montaña perdida en la que había intentado hablar con Dios. Pero cuando Kid Cudi se pone a rapear en “Creepers”, y sigue haciendo lo mismo el resto de la canción, uno se pregunta sobre el control de calidad de West. La canción suena como si Cudi se hubiera fondeado 16 Smirnoffs y hubiera decidido hacer una canción. Es completamente diferente al resto del álbum, pero se siente casi anónima, así como John Legend, Teyana Taylor, CyHi da Prince, Travi$ Scott y The-Dream se sienten anónimos, a pesar de que cada artista es capaz, sino de alcanzar grandes cosas, al menos de hacer algo bueno y agresivo. Hay algo que falta en muchas de las canciones de Cruel Summer, y es difícil no culpar a Kanye por esta deficiencia.

Como un artista exitoso, Kanye sólo tiene una velocidad. Pone todo su esfuerzo para sacar la mayor cantidad de dinero. Pero en Cruel Summer, se relaja. En “To the World,” Kanye cita a Rick Ross con un grito de “These niggas tryna hold me back!” El problema es que hoy en día nadie quiere frenar a Kanye West. Ya no tienen ningún reto. Tienes sus Grammies, a la chica de sus sueños, el 10.0 de Pitchfork. Dos presidentes han hablado en público sobre sus actos. Para el egomaniaco de Kanye, eso es validación estilo Illuminati. Y eso, a final de cuentas, es lo que quizá llevó a Kanye West a arrojar este pedazo tan innecesario de mierda llamado Cruel Summer. Se ha vuelto a tropezar, dando razones para dudar sobre su proeza como artista. Su siguiente trabajo seguro será perfecto. Tiene que serlo. O Kanye West se convertirá en el primer humano en sufrir una combustión espontánea. Si eso sucede, seguro morirá feliz, porque al menos habrá logrado hacer otras cosa que nadie más puede.

@drewmillard