Una actualización de la paz mundial, al 14 de diciembre de 2012

La semana pasada hubo amotinamientos en Eslovenia, policías tunecinos que intentaron cegar a los ciudadanos de Siliana y la creciente posibilidad de que Bashar al-Asad acabe con su población con una lluvia de gas nervioso, pero la navidad se acerca, así que es momento de que el mundo se tome un descanso y deje de partirse la madre, ¿cierto?

No tan rápido, amigos. Aunque la navidad ya comienzo a adueñarse de mi departamento y todas las tiendas de la ciudad me están volviendo loco, los lealistas en Belfast (sí, ellos otra vez), algunos políticos de Bangladesh y unos cerdos chilenos se disputan el título de Grinch. Claro que no recuerdo que el Grinch arrojara bombas de petróleo contra la policía, así que supongo que cualquiera de estos tres está más amargado que el Grinch.

BELFAST

Si creías que la violencia en la que se vio hundido Belfast la semana pasada (la gente se encabronó por la posibilidad de que la bandera inglesa fuera colocada en el ayuntamiento, ¿recuerdas?) no se repetiría en mucho tiempo, estabas muy equivocado. Desde el lunes pasado, se instalaron barricadas en todo Belfast, y se desataron enfrentamientos entre ciudadanos y policías, lo que resultó en 29 policías heridos y 38 arrestos. El viernes salieron 200 personas a la calle, cerca del centro de la ciudad, para bloquear las calles y ser perseguidos por la policía. Robaron e incendiaron autos, lo que hizo que la PSNI (Servicio de Policía de Irlanda del Norte) sacara los cañones de agua para lidiar con los manifestantes.

Sin embargo, el fin de semana estuvo tranquilo. Supongo que los lealistas necesitaban recuperar sus fuerzas antes de quemar esa patrulla el lunes. (Por fortuna, la mujer policía logró salir del vehículo ilesa). El auto en cuestión monitoreaba la oficina de Naomi Long, miembro del parlamento por parte del Partido de la Alianza, quien, junto con otros miembros de Alianza, ha recibido amenazas de muerte por aliarse con el partido de izquierda Sinn Fein en el voto para quitar la bandera. Los políticos de ambos bandos han hecho un llamado para que termine la violencia, pero su palabras han caído en oídos sordos y las manifestaciones continuaron a lo largo de la semana. Feliz navidad, Belfast.

CHILE

En esta columna hemos visto de todo: bloqueo de partidos políticos, fiestas de MTV que caen en manos de manifestantes, huelgas, revoluciones, personas que se pelean por el futbol, y el uso de lácteos como armas no letales.

Creí haberlo visto todo, pero esta semana el pueblo de la ciudad de Freirina, Chile se peleó por mierda de cerdo. Los residentes se enfrentaron a la policía por la posible reapertura de una planta de procesamiento de cerdos (“procesamiento” implica una masacre sistemática) por el olor que saldrá de cientos de miles de cerdos revolcándose en su propia mierda.

El gobierno cerró el lugar en mayo por posibles riesgos de salud y esta semana decidieron que siempre sí era seguro. Los residentes que no querían tener que sufrir ese olor otra vez salieron a manifestarse, bloquearon las calles, chocaron con la policía y atacaron a los guardias de la planta con explosivos. Supongo que la cosa realmente huele muy mal.

BANGLADESH

No han sido unas muy buenas semanas para Bangladesh. Primero ese terrible incendio en una fábrica de ropa en el que murieron 120 trabajadores, y ahora una crisis política ha convertido a Dhaka en un campo de batalla. Los problemas empezaron el miércoles pasado cuando miles de manifestantes islamistas se enfrentaron a la policía tras protestar contra el juicio de sus líderes en el partido Jamaat e Islami por crímenes de guerra durante la lucha independentista en 1971. Hubo manifestaciones en todo el país y, en ciertas instancias, la policía se vio obligada a abrir fuego para apaciguar a la gente, lo que resultó en la muerte de un manifestante, decenas de heridos, y 69 arrestos.

Uno pensaría que eso sería suficiente para ahuyentar a los manifestantes por un rato, pero en Bangladesh siempre hay una crisis por la cual vale la pena llevarse una bala. El domingo, miles de defensores de la oposición (Partido Nacional de Bangladesh) llegaron a Dhaka para protestar por la decisión del gobierno de eliminar a la administración independiente que se encarga de supervisar las elecciones para garantizar su imparcialidad. La capital cayó virtualmente en estado de sitio mientras diez mil policías entraban para restablecer el orden, pero pronto se dieron cuenta que necesitaban más unidades.

Los opositores se enfrentaron con piedras en mano, y una que otra bomba de petróleo y explosivo casero para hacer las cosas más interesantes. Después de un rato intervino la policía con el dedo en el gatillo (una vez más abrieron fuego y lanzaron gases lacrimógenos) para dispersar a los grupos. Cuando todo terminó, había cuatro personas muertas y 600 heridos; me pregunto porque querrían deshacerse de la administración independiente en primer lugar. ¿Manipulación de votos?

SIRIA

Los medios enloquecieron la semana pasada por la posibilidad de que Siria estuviera preparando sus armas químicas para utilizarlas contra los rebeldes, lo que nos hizo pensar en aquella vez que occidente perdió el control por el arsenal de armas de destrucción masiva de otro dictador en Medio Oriente. Sin embargo, es muy poco probable que Asad use estas armas. Bombardear a los rebeldes con gas Sarin o VX, resultaría, casi seguro, en una invasión o una intervención por parte de los ejércitos de occidente. El güey está loco, pero quizá no tanto.

Este miedo colectivo ha hecho que Occidente considere acelerar la salida de Asad. David Cameron se reunió con sus jefes militares para establecer un plan de apoyo al Ejército Libre de Siria, pero sólo con la participación de Estados Unidos. Pero es probable que este plan no se ejecute, pues Estados Unidos etiquetó a uno de los grupos rebeldes sirios más eficientes y mejor organizados, el Frente Jabhat al Nusra, como una organización terrorista con vínculos a Al Qaeda en Irak.

El JANF asumió responsabilidad por varios ataques suicidas contra el régimen y se sospecha su participación en las masacres contra los presos del ejército sirio. Este pronunciamiento no tendrá un gran efecto práctico y es más que nada un intento por limitar el peso diplomático del grupo y evitar que tenga influencia en el futuro del país después de Asad. Pero esto también podría beneficiar al régimen, el cual ha etiquetado a la oposición como “pandillas de terroristas” desde el comienzo.

Si va a haber una intervención, ésta tiene que llegar pronto. Conforme el conflicto se prolonga y se vuelve más intenso, el extremismo comienza a infiltrarse en los grupos de oposición. Un ejemplo de esto es el siguiente (ADVERTENCIA: el video muestra a un joven decapitando a un soldado del ejército sirio) video. Según los analistas, la familia del chico fue asesinada durante la masacre de Houla a principios de año y los dos hombres decapitados eran los comandantes que ordenaron el ataque. Está claro que este es un incidente aislado, pero no por eso debe ser ignorado, y sólo resalta el declive de la sociedad siria.

Sigue a Henry en Twitter: @Henry_Langston