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#Vice8Años

#VICE8Años: VICE News en Español, nuestra plataforma de noticias

A lo largo de siete meses hemos publicado unos 700 textos entre breaking news, traducciones de nuestras redacciones alrededor del mundo y trabajos propios.

"Yo nunca podría ser editora. Creo que soy demasiado egoísta para serlo. Dedicar días y días de trabajo, a veces meses, y no llevarte ningún crédito. Qué gracia, ¿no?"

Cuando una tarde alrededor de una mesa blanca y rectangular en la que estábamos trabajando una decena de periodistas escuché esta reflexión, sentí un pequeño impulso eléctrico que tocó mi corazón, y luego dio la orden a mi cerebro de arquear las cejas y abrir los ojos como platos. Lo que me sorprendió fue la absoluta sinceridad de la chica, una joven reportera que en medio de un taller de edición, lo dejó caer así de claro.

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También me generó un doble pensamiento; por un lado, es lógico que en una profesión, en la que el sueño de cualquier egresado de periodismo es ver su nombre impreso, trabajar con la idea de que dicha "recompensa" no exista, podría convertirse en algo frustrante. Pero también, debo admitir, que la idea de no estar dispuesto a dar nada sin recibir algo a cambio, me pareció repelente.

Yo, en aquél momento —estamos hablando de finales del 2014—, llevaba ya al menos unos seis años combinando intermitentemente dos personalidades: la de reportera y la de editora, y por algún motivo creía que era el momento de decidir hacia qué lado quería irme. Era como si del lado derecho un simpático duende color verde me dijera al oído todos los días: "¡que tienes alma de reportera coño! Sal a la calle, busca, entrevista y consigue los datos y documentos que hagan falta para acabar tus historias"; y del lado izquierdo, un duende de color amarillo, también simpático pero un poco más mas pesado, me dijera: "no te hagas, Karla, bien que disfrutas darles una 'paliza' a tus reporteros, a tus corresponsales; decirles en todo momento en qué la han cagado. Corregir, reorientar y sobre todo, subrayar en color amarillo y poner en MAYÚSCULAS tus comentarios. Sufres, pero, ¿qué tal cuando ves un texto cuyo resultado te gusta? Lo 'contenta' que te pones y lo mucho que disfrutas verlo publicado".

Cierto. A veces me he quedo muy satisfecha con los resultados y otras, sin duda, me he arrepentido de no haber ido más allá, de no haber perfeccionado la narrativa, de no haber buscado un cierre más redondo, de no haber obligado al reportero a ir por ese dato que nos llevara al techo, muy a pesar de su cansancio y de ver cómo transpiraba odio hacia mí.

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No lo voy a negar, yo también la he pasado mal, de hecho muy mal: corajes, ronchas en la cara, sudoraciones, arrebatos y momentos al borde del llanto. Eso significa, un poco, ser editora.

Foto por Laura Woldenberg.

Yo no llevo ocho años en VICE, pero llevo casi ocho meses viviendo estos carruseles emocionales aquí, en esta vieja casona de la colonia Roma, cuya terraza es la envidia de medio mundo porque viene fenomenal cuando necesitas un cigarro para manejar el estrés, o una cerveza en viernes para cerrar la semana.

Debo confesar que la primera vez que escuché "VICE" sólo sabía era una revista hecha por jóvenes periodistas, 'hipster style', de la que ya todo mundo hablaba. Entonces me picó la curiosidad y en cada puesto de periódicos por el que pasaba preguntaba sobre su existencia. Error. Ni un solo kiosquero me supo decir nada.

—¿Cómo dice que se llama?

— VICE. Bise, o sea Bise.

—No, pus no; esa no la tengo.

"¡Es que es una revista de culto! De esas que no encuentras en ningún lado", me reveló luego un joven periodista. "Ah no, pues siendo así, vale. Me doy por vencida", pensé.

Pero a partir de ese momento, como sucede cuando colocas algo nuevo en el radar de tus intereses, empecé a ver VICE hasta en la sopa. Cada vez que me metía a una de sus locas y divertidas crónicas de sexo y drogas, me quedaba enganchada; aunque claramente pensé: este no es lugar para mí.

La vida da muchas vueltas, y al cabo de unos meses me enteré que había planes para contratar equipo y abrir en México la oficina de VICE News en Español. Con ello se reforzaría la cobertura y penetración de esta plataforma en el mercado mexicano y latinoamericano. VICE News en Español había abierto redacción hace un año en Barcelona, y la idea era dar un impulso a ese recorrido con una cobertura de mayor alcance internacional. La plataforma de noticias del grupo con presencia ya en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Francia, Italia y España apostaba ahora por entrar de manera más contundente a un mercado de 400 millones de hispanohablantes en América Latina.

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Foto por Daniel Ojeda.

Cuando por primera vez me acerqué a la casona de la Roma, me di cuenta que VICE no sólo no era un fantasma, sino que era una gran redacción compuesta por más de 90 jóvenes de aire desenfadado, cuyo diverso estilo de vestir iba desde pantalones zancones y apretaditos con llamativos calcetines y jerseys a lo César Costa, pasando por las bermudas, hasta llegar al cabello de colores, con botas dark de tacones inconmensurables, que lucían las chicas.

En marzo firmé un contrato de trabajo con VICE que significaba, a su vez, arrancar de cero un proyecto, lo que me tenía —como dicen las mamás— "con los nervios de punta".

Pronto me di cuenta del talento, la creatividad y las ganas de innovar de los jóvenes de VICE. Me enrolé rápidamente en mis tareas y enseguida me sentí parte de un equipo dentro del que es muy fácil trabajar. A diferencia de los medios tradicionales mexicanos, en cuyas instalaciones tipo búnker, se ve caminado con aires de prepotencia a "jefes" trajeados con cierto olor a rancio, en esta redacción nunca he visto ese 'way of being'.

También están totalmente fuera de lugar actitudes 'medievales' como demostrar autoridad en público a punta de humillaciones, burlas y groserías; y ya ni hablar de comportamientos misóginos. En VICE, la jefa de contenido es una mujer talentosa y de objetivos y metas claras, Laura Woldenberg, que con su gente ha llevado a la empresa a lo que es ahora (que no es poco decir). Otra mujer, Jo Tuckman, es la jefa del buró de México y América Latina para VICE News en Inglés; y somos cinco editoras más, de un total de diez.

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Además, para una plataforma como News, el hecho de que no exista un sólo anuncio de publicidad gubernamental, nos convierte en una privilegiada rara avis, con total libertad de movimiento.

Foto por Hans-Maximo Musielik.

En VICE News somos, por ahora, un equipo pequeño, pero cuando toca poner los cimientos de algo, las emociones se viven de manera más intensa, a diferencia de lo que has hecho anteriormente.

En México nos tocó empezar de cero y arrancamos con lo básico: una editora, un reportero de investigación, un asistente de edición y una social producer, que es nuestra alma en las redes sociales. Luego sumamos un traductor. Creamos toda una estructura y método de trabajo. Elegimos una serie de colaboradores tanto en el país, como en América Latina. Hemos marcado una línea de trabajo con estándares profesionales y éticos. Hemos tomado algunos talleres, como el de periodismo judicial y buenas prácticas periodísticas, impartido por Marco Lara Klahr; y 'De cerca nadie es normal' de Julio Villanueva Chang.

A lo largo de siete meses hemos publicado unos 700 textos entre breaking news, traducciones de nuestras redacciones alrededor del mundo y trabajos propios.

Mientras ciertos oráculos apuntan a que el futuro de los medios con éxito es la apuesta por textos de cinco párrafos, nosotros hemos apostado por temas propios y largos. No nos hemos equivocado: reportajes exclusivos de Oscar Balderas como El Caso Daniela, Entrevista a un Zeta, Tortillas y cárteles, El hotel del miedo y Madrigueras de abuso sexual, están no sólo entre los más leídos, sino que han llegado a leerse hasta durante 20 minutos sin interrupciones. Lo mismo ha sucedido con la serie 'Indígenas frente al Narco' de Dromómanos —en colaboración con el CIDE—, cuyos tres reportajes han sido de los más visitados: Rarámuris, purépechas y Amapola en Guerrero. En ese top también esta nuestro documental 'La Ruta de la amapola', con un texto de Laura Woldenberg.

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También hemos puesto atención a temas de medioambiente. Rogelio Velázquez ha dado seguimiento a casos como el de la Familia Zamora, El basurero tóxico que afecta a los huicholes y El pueblo asolado por las epidemias de Zika, Dengue y Chikungunya. Saúl Hernández ha hecho lo suyo con Favelización en la Ciudad de México y Arboricidio.

En política, hemos abordado temas espinosos como el reportaje sobre Cómo espía el gobierno mexicano las conversaciones privadas y Los 700 mil voltios que electrocutaron la democracia en México, un texto de Silber Meza que reveló el modus operandi del sindicato de electricistas para dar cientos de miles de votos al actual presidente Enrique Peña Nieto en las anteriores elecciones.

El buró de inglés ha aportado textos como Así es como los proxenetas de Tlaxcala atraen niñas al mundo de la trata, Niños con estrés postraumático en Ciudad Juárez y el de Anexos para adictos en el Estado de México.

En Latinoamérica hemos viajado a zonas recónditas para hablar de Indígenas de Ecuador: dos tribus en permanente enfrentamiento; Los niños Wayúu que se mueren de hambre en el desierto de Colombia; el caso del juicio contra los militares de Guatemala que violaron a un grupo de mujeres indígenas; La vida después de 30 años secuestrados en la selva peruana por Sendero Luminoso; La crisis de los hospitales en Venezuela y un perfil de la polémica activista venezolana Lilian Tintori. Desde Argentina publicamos un perfil de los peritos que investigaron el caso Ayotzinapa: "lo que hemos visto en México no lo vemos en ninguna otra parte", dijeron. Y también desde el Cono Sur nos reportaron cómo será la venta mariguana en farmacias de Uruguay.

Estamos experimentando con 'Facebook Live' y ya llevamos dos coberturas: la Marcha #RenunciaYa, y la del Frente de la Familia VS la comunidad LGBT. Nos entusiasma ver lo que hemos hecho en tan poco tiempo, y nos entusiasma más lo que vendrá.

—Karla Casillas, Editora de VICE News en Español

Gracias a nuestros amigos:

@GooseIslandMx