El año pasado me mudé a Ramala para trabajar como fotógrafo para un periódico. Viniendo de Brooklyn, la ciudad me pareció agradable e incómoda al mismo tiempo. Ahora vivo en Jerusalén. A veces, cuando pienso en Ramala, me acuerdo de su olor a café y sisha, mezclado con el olor a basura quemada y gas lacrimógeno.Puedes ver más fotos de Daniel aquí y aquí.¿Vives en un paraíso? Envía tus fotos a alejandra.nunez@vice.com
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