Así fue crecer en
Así fue crecer en: Córdoba
Mi familia me enseñó, de todo lo que sé: lo mejor. En un cuaderno escribí una lista de cosas que extrañaría de Córdoba y una vez que las repasé, me fui.
Así fue crecer en: Neuquén
Viví toda mi adolescencia sin el paisaje patagónico común. Me crié rodeada de montañas de arcilla y olor a petróleo.
Así fue crecer en: Trelew
Nací en octubre 1994. La historia de mi vida en Trelew es la historia de un nene gay que escuchaba rock and roll y tomaba mucho alcohol.
Así fue crecer en: Hermosillo
Nací en 1981, en una ciudad apartada de todo. Hermosillo, una gran plancha de concreto sobre el palpitante y brutal desierto del noroeste de México.
Así fue crecer en: Veracruz
Bailar y saber nadar eran una obligación, sobre todo en mi familia que hacía grandes fiestas en el patio de la casa de mi abuela rumbera, espiritista e hija de un almirante de la Naval.
Así fue crecer en: Tlaxcala
Viví durante 18 años en la cuna del mestizaje (como es conocida oficialmente) y la cuna de la trata de personas (como lo sabemos extraoficialmente).
Así fue crecer en: Chihuahua
Nací en la capital del vaquero, cuna de la Revolución Mexicana y tierra donde Pancho Villa dejó huella, ciudad famosa por sus carnes, queso, tortillas de harina, rodeo y balas.
Así fue crecer en: Actopan, la capital mundial de la barbacoa de borrego
De niño, yo creía que en todo el mundo se comía barbacoa durante las fiestas. El mundo sería mejor si todas las resacas del mundo se curaran con barbacoa y consomé de borrego.
Así fue crecer en: Saltillo
El Ateneo, la Guayulera, la Catedral, la Alameda... en Saltillo hay tan pocos lugares interesantes que se vuelven íntimos y entrañables. Asfixiantes de nostalgia.
Así fue crecer en: Tampico
Extraterrestres, inundaciones, tortas de la barda, petroleros y raves en hospitales abandonados. Para mí, Tampico era el ombligo del mundo.
Así fue crecer en: Querétaro
Aunque está solo a dos horas de la capital, la separación cultural y psicológica de Querétaro se encuentra a varios años.
Así fue crecer en: San Luis Potosí
Si San Luis es el París que me merezco, quiere decir que hice algo muy, muy jodido en mis otras vidas.