La música de Siete Catorce contiene una furia hipnotizante alimentada, en parte, por la situación política de México y la cuestión de seguridad que tiene a tantos mexicanos en desaliento. Pero toda esa energía se transmite con una fuerza que te hace querer bailar. Al final del día, es muy extraño. Es como si una quinceañera se convirtiera en una película de Hitchcock, Siete Catorce sería la banda sonora. ¿Me explico?
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