Tecnología

La generación Z viene por los millennials y lo merecemos

Deberíamos hacernos responsables de nuestros errores y corregirlos a medida que nos hacemos conscientes de ellos.
Las protagonistas de Girls
Imagen: HBO, Mark Schafer

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Los millennials estamos acostumbrados a que se burlen de nosotros. Recuerdo la primera vez que escuché que las personas de mi edad estaban arruinando la industria de los diamantes, el sector inmobiliario y los restaurantes informales. ¡Ojalá dejara de comprar tantos lattes y panes tostados con aguacate! Es fácil ignorar las burlas de los boomers, porque son aburridos, están desactualizados y casi han destruido el planeta. Sin embargo, cuando las burlas provienen de la generación Z, duelen un poco más.

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Lo importante es entender que esa clasificación de la población en generaciones es falsa y fue creada con fines de marketing. Desafortunadamente, el marketing es muy exitoso, y la mayor parte del mundo acepta la idea de que se puede encasillar arbitrariamente a un segmento de la población en función de cuándo nació. Según el marketing, los millennials nacieron entre 1981 y 1996, como yo, y la generación Z nació entre 1997 y 2012. Puedo sentir que mi cabello se vuelve gris solo con pensar que hay personas que nacieron en el año en que me gradué de la universidad.

Durante el fin de semana, la usuaria de twitter local__celeb descubrió un hilo donde chicos de la Generación Z se burlan de los millennials en TikTok. Fueron implacables:

La generación Z señaló críticamente el amor de los millennials por el vino, los cuestionarios de Buzzfeed y nuestra incapacidad para realizar tareas básicas de adultos. "Se preocupan por la casa a la que pertenecen, según Harry Potter, pero viven en un departamento de una sola habitación", escribió una persona. "¡Hey, se preocupan por la casa equivocada!". Afortunadamente, las capturas de pantalla se detuvieron justo cuando alguien escribió un comentario sobre los millennials que nombran a sus hijos con nombres de personajes de videojuegos. Sinceramente, no tenemos tiempo para desentrañar ese asunto.

Por mucho que duela (¡sí, soy de Slytherin y vivo en un departamento de dos habitaciones!), estos chicos tan groseros tienen razón. Si nos fijamos en la cultura que los millennials hemos producido y consumido, vemos que estamos preocupados por la nostalgia. Nos tocó una mala situación en términos de economía. Ingresé a la universidad durante una crisis financiera, y cuando la terminé, las cosas no parecían estar mucho mejor. El movimiento contra la desigualdad económica Occupy Wall Street al principio parecía una apuesta prometedora para el cambio, pero fracasó sin causar gran impacto. Buscar la comodidad de nuestra infancia, sabiendo que no estábamos bien preparados para enfrentar la edad adulta, fue una respuesta natural.

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Los millennials, en su mayoría, lo estamos tomando con calma, incluso cuando la generación Z se vuelve cada vez más incisiva con sus insultos.

En general, los millennials lo estamos tomando con calma. Tenemos que hacerlo. La única otra alternativa es decirle a la generación más joven que no saben lo difícil que ha sido todo para nosotros, que es lo mismo que los boomers nos han estado diciendo desde que tengo la edad suficiente para votar. Créeme, es aún más patético cuando la persona que habla de tener una vida difícil está en sus treinta años, pues, no es que la generación Z no esté enfrentando una perspectiva de vida igualmente desesperanzada. Están llegando a la mayoría de edad en medio de una pandemia. Al menos, cuando yo cumplí la edad legal para beber, pude hacerlo en un bar.

No es solo nuestra responsabilidad haber cambiado las cosas y, sin embargo, la generación Z está a punto de heredar un mundo bastante malo. Lo menos que podemos hacer es aceptar la parte de culpa que nos corresponde. Sé que ser responsables de la popularidad a largo plazo de la serie The Office o amar Harry Potter no está perpetuando el cambio climático ni nada de eso, pero deberíamos hacernos responsables de nuestros errores y corregirlos a medida que nos hacemos conscientes de ellos. Hacer lo contrario significaría volvernos tan aburridos y desactualizados como nuestros padres.