Tecnología

Los científicos fallaron en un ejercicio para proteger a la Tierra de un hipotético asteroide mortal

A pesar de considerar todas las opciones posibles, incluidas las armas nucleares, "el ejercicio resultó en que básicamente tendríamos que recibir el impacto", dijo Lindley Johnson, Oficial de Defensa Planetaria de la NASA.
Asteroide en la Tierra
Imagen: SCIEPRO vía Getty Images

Es el evento apocalíptico que reina por encima de todos los demás: un asteroide, en curso de colisión con la Tierra, es descubierto cuando queda muy poco tiempo para evitar un posible impacto.

Además de ser un magnífico material para grandes éxitos del cine, este escenario también fue la inspiración para un ejercicio teórico con científicos de la NASA en la Conferencia de Defensa Planetaria de la Academia Internacional de Astronáutica la semana antepasada. El simulacro de la colisión de un asteroide es un elemento fundamental de la conferencia bienal, pero este año fue diferente por dos razones: 1) El evento se llevó a cabo de manera virtual debido a la pandemia de COVID-19, y 2) el asteroide ficticio de 2021 no pudo ser detenido a pesar de los mejores esfuerzos de los científicos, incluso considerando una opción con armas nucleares.

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"El ejercicio resultó en que básicamente tendríamos que recibir el impacto", dijo Lindley Johnson, Oficial de Defensa Planetaria de la NASA, en una llamada, y señaló que se trató de uno de los "escenarios más desafiantes" jamás presentados en la conferencia.

“Uno de los objetivos de este ejercicio es lograr que la comunidad de gestión de desastres y respuesta a emergencias se involucre más y piense en lo que enfrentaría si no tuviéramos tiempo para desviar un asteroide al espacio y tuviéramos que recibir el impacto en algún lugar del planeta”, agregó Johnson.

Los detalles sobre esta hipotética roca espacial, denominada 2021 PDC, fueron ideados por el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS, por sus siglas en inglés) en el Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA, el cual útilmente enfatizó en un resumen del evento que el asteroide "no existe y, por lo tanto, no hay amenaza alguna para la Tierra" .

El 26 de abril, el primer día del ejercicio, los participantes supieron que el asteroide tenía entre 35 y 700 metros de ancho, y que había una probabilidad entre 20 de que colisionara con la Tierra alrededor del 20 de octubre de este año.

Aunque esas probabilidades iniciales de 1 a 20 pueden parecer buenas, las noticias se volvieron sombrías el segundo día del ejercicio, pues implicaron un salto imaginario en el tiempo al día 2 de mayo, cuando nuevas observaciones del 2021 PDC revelaron que las probabilidades de que se estrellara en Europa o el norte de África en solo seis meses eran del 100 por ciento.

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Este aviso extremadamente precipitado hizo que fuera imposible que el equipo teórico, que involucraba a cientos de personas, desarrollara y lanzara una misión que pudiera desviar o entorpecer a tiempo el curso de la peligrosa roca espacial.

“Para organizar una campaña, incluso una sola misión, dado el estado actual de nuestra tecnología y el modo en que hacemos estas misiones en el espacio profundo, necesitamos bastante antelación, yo diría, que mínimo dos años, y estaríamos mucho más cómodos si fueran cinco años de antelación”, dijo Johnson.

Surgieron más malos augurios en el tercer día de la simulación, que saltó rápidamente al Día Internacional de los Asteroides el 30 de junio: se predijo que el asteroide se estrellaría en algún lugar dentro de la región relativamente poblada de Europa central.

Para el cuarto día, los participantes ya estaban a una semana del impacto, y las discusiones se enfocaron en las evacuaciones y la respuesta ante el desastre dentro de la zona confirmada del impacto, al sur de Praga.

Según un informe generado durante el ejercicio, la opción de desviar el asteroide no era viable porque requería enviar una nave espacial para desviar la enorme roca de su curso con mucha más anticipación que los seis meses que se designó que faltaban para su impacto en la Tierra. El informe señaló que un dispositivo explosivo nuclear enviado para entorpecer el curso del asteroide era "la única opción de mitigación viable en escenarios donde la advertencia de colisión llega con muy poca antelación", pero después hacer cálculos bastante sólidos, esa opción también fue descartada en este caso específico.

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Como resultado, el equipo recomendó el desarrollo de lanzamientos de naves espaciales de respuesta rápida que puedan despegar pocos días o semanas después de saber de la llegada de un asteroide.

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El lugar del accidente proyectado. Imagen: Conferencia de Defensa Planetaria 2021 de Google Earth / Academia Internacional de Astronáutica (IAA)

Dicho esto, el ejercicio de simulación demostró que incluso los peores escenarios siguen presentando muchas oportunidades para mitigar el número de víctimas y los daños. Si eso no parece ser de gran consuelo, podemos sentirnos reconfortados con el hecho de que Johnson y sus colegas están trabajando en muchos proyectos que reducirán aún más las probabilidades ya extremadamente bajas de que un asteroide tan peligroso amenace nuestra civilización en el corto plazo.

A finales de este año, la NASA lanzará la Prueba de redireccionamiento de doble asteroide (DART), una misión que sentará las bases esenciales para cualquier intento futuro de desviar asteroides de trayectorias que representan una amenaza para la Tierra. DART chocará contra un pequeño asteroide que orbita alrededor de un asteroide más grande, en un sistema conocido como Didymos, el cual proporciona una forma segura de experimentar con esta estrategia de defensa planetaria.

Además, la Misión de Vigilancia de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOSM), que se lanzará a mediados de la década de 2020, escaneará el sistema solar en busca de asteroides potencialmente peligrosos desde su posición entre la Tierra y el Sol. Las misiones como NEOSM están diseñadas para prevenir el tipo de emergencias inminentes que se abordaron en el último ejercicio de simulación, pues buscan detectar cualquier peligro con la suficiente antelación como para estar preparados.

“Tenemos la tecnología para encontrar con mucha anticipación —años, si no es que décadas— cualquier posible objeto significativo que pueda impactar la Tierra”, dijo Johnson. “Parte de todo esto es lograr que la gente comprenda que cuanto más anticipadamente detectemos un objeto que potencialmente pudiera impactar nuestro planeta, mayores serán las posibilidades y probabilidades que tendremos de hacer algo al respecto en el espacio, para nunca tener que sufrir las consecuencias”.