Ilustración de un hombre azul y una mujer violeta teniendo relaciones sexuales, cubiertos parcialmente por las sábanas y siendo observado por s
Ilustración: Djanlissa Pringels
Sexo

¿Estoy mal al preferir los encuentros casuales antes que las relaciones serias?

"Durante mi último año de estudios, creo haberme acostado con 20 chicos distintos. Para mí, no es una cantidad escandalosamente alta. Mis amigas discrepan".

Las experiencias sexuales son complejas y personales. Se encuentran moldeadas, en parte, por la forma en que fuimos criados, nuestras propias preferencias y la sociedad en la que vivimos, lo que incluye a las personas que elegimos mantener a nuestro alrededor. No existe una regla de oro que determine cómo es o debe ser una vida sexual saludable. Incluso si tal cosa existiera, definitivamente no se basaría en la cantidad de personas con las que nos acostamos ni en si tenemos relaciones casuales o de largo plazo.

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Es importante recordar que todos descubrimos y comenzamos a comprender nuestra sexualidad a nuestro propio ritmo. “De adolescente no me interesaba el sexo. Mientras mis amigas estaban obsesionadas con sus primeros besos, yo era la niña que jugaba con muñecas Bratz y miraba Disney Channel. Los chicos me desagradaban y no es de extrañar que fuera virgen cuando comencé la universidad”, nos dice una de nuestras lectoras quien prefiere que nos refiramos a ella solo como T. “Algo cambió una vez que comencé el programa de maestría. Durante mi último año de estudios, creo haberme acostado con 20 chicos. Para mí, no es una cantidad escandalosamente alta. Mis amigas discrepan”.

T nos dice que se dio cuenta de que prefiere los encuentros casuales antes que las relaciones serias, por lo que sus amigas la juzgan, diciéndole incluso que era “la puta de la escuela”. Su mejor amiga le dijo que estaba preocupada por su salud mental porque su comportamiento era indicativo de un problema mayor. Las palabras de su amiga resuenan en su cabeza y la hacen preguntarse si será verdad que algo está mal en ella.

Sin embargo, no tener interés en el sexo durante la adolescencia no es algo anormal y definitivamente no es motivo para dudar de nosotros mismos y cómo manejamos nuestra sexualidad en la edad adulta. "Con las personas que inician su vida sexual más tardíamente, a menudo sucede que después las cosas se mueven un poco más rápido", dice la sexóloga Ingar Tempels del Centro de Sexología de Ámsterdam. “Si bien un adolescente puede tardar tres años en pasar de su primer beso a su primera experiencia sexual, es completamente lógico que un adulto atraviese esas etapas más rápidamente. Es importante que las personas descubran su propia sexualidad de una manera que tenga sentido para ellas y que disfruten ese proceso".

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Con respecto a la sexualidad, no hay nada normal ni anormal. Ya sea que nos acostemos con cien personas o ninguna, que decidamos hacer un trío, acostarnos con hombres y/o mujeres o asistir a fiestas sexuales, lo único que importa es cómo nos hace sentir el sexo.

Tempels sugiere que para descubrir más certeramente cómo nos hace sentir el sexo nos hagamos algunas preguntas: ¿Cómo experimento el sexo que estoy teniendo? ¿Lo disfruto? ¿Alguna vez me siento vacía, sucia o usada después de tener relaciones sexuales? Si la respuesta a la última pregunta es ‘sí’, Tempels dice que debemos tomarnos un momento para considerar la razón por la que decidimos involucrarnos en actividades sexuales. “¿Intento llenar un vacío? ¿Me siento sola? ¿Me hace sentir valiosa? ¿Anhelo otras formas de intimidad?”.

En el Centro de Sexología, Tempels ocasionalmente se encuentra con personas que usan el sexo como una herramienta de validación. Lo cual probablemente no es un movimiento muy inteligente. "No necesariamente experimentan el sexo como algo placentero", dijo. "En realidad, es más placentero si lo haces porque sientes el deseo de hacerlo".

Si la validación no es tu motivación y solo te gusta experimentar y te sientes cómoda al hacerlo, no hay nada malo en ti ni en la forma en la que vives tu sexualidad. Cuando tú te sientes bien, pero empiezas a dudar de tus decisiones sexuales por las opiniones de los demás, más bien empiezas a experimentar fobia a ser considerada una puta, la cual es provocada por las críticas y la culpa que a menudo experimentamos las mujeres como resultado de tener y manifestar nuestros deseos sexuales.

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Si sientes que las opiniones de tus amigos o la gente en general son lo único que se interpone en el camino para que goces tu intimidad con varias parejas casuales, Tempels sugiere que simplemente te permitas disfrutar de eso que te gusta. Eres la única persona que puede juzgar qué tan saludable o malsana es tu vida sexual.

Es importante recordar, dice Tempels, que las opiniones de otras personas sobre nuestra vida sexual por lo regular se basan en sus propias ideas tóxicas sobre la sexualidad. Quizás hasta tengan buenas intenciones, pero sus preocupaciones podrían fundamentarse en prejuicios.

Dice también que esto se debe en parte a la tendencia que hay de dar un tipo distinto de educación sexual a hombres y mujeres. "Si eres una mujer que tiene múltiples parejas sexuales y disfruta experimentar con el sexo, a menudo se te advierte que cuides no exceder ciertos límites". A los hombres por otro lado, "tal vez les den un condón y eso es todo".

Las mujeres solo somos unas putas cuando queremos serlo, y solo cuando elegimos identificarnos con esa palabra porque tiene una connotación positiva para nosotras. “Personalmente, no me gusta el prejuicio asociado con la palabra. No la usaría, debido a la connotación que se le da", dijo Tempels. "Especialmente si consideramos que para los hombres actualmente, tener mucho sexo sigue siendo algo 'genial'".

Con demasiada frecuencia, la gran preocupación en torno a si la sexualidad de una mujer es sana o no contribuye a la idea de que una mujer sexualmente activa está haciendo algo malo y que, al disfrutar activamente de su vida sexual, se expone a que la etiqueten de manera denigrante. "Las cosas están mejorando", dice Tempels. "Pero nuestra sociedad aún tiene un largo camino por recorrer en lo que respecta al placer femenino".