Sexo

Guía de ‘squirting’ para principiantes

Orina antes de comenzar. Trata de tener un orgasmo para que te ayude a relajarte. Utiliza un juguete curvado para alcanzar el punto G.
Guía de ‘squirting’ para principiantes

Artículo publicado originalmente por VICE en inglés.

Aclaremos una cosa: el squirting, que quiere decir “expulsar fluidos abundantes de la uretra en un acto sexual”, es algo totalmente real que la gente con vaginas puede hacer. La eyaculación femenina lleva documentada 2.000 años en textos antiguos como el Kama Sutra. Sin embargo, algunas personas todavía piensan que es algo misterioso, difícil de conseguir o que es un truco de la industria del porno.

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Vamos a entender el squirting de una vez por todas. Por ejemplo: ¿Qué es el líquido en cuestión? ¿Por qué es más fácil para algunas personas? ¿Cómo puedes conseguirlo si nunca lo has hecho? Presentamos una guía exhaustiva al squirting en la que hemos contado con la ayuda de orientadores sexuales y gente normal que asegura que, efectivamente, es real.

¿Qué es lo que ocurre en el cuerpo durante el squirting?

El squirting es la expulsión de fluidos por la uretra, a menudo tras estimular el punto G. Este último se encuentra entre un tercio y la mitad del interior de la vagina en la pared vaginal anterior. La uretra es el conducto que recorre la orina desde la vejiga hasta el exterior. Pasa justo por encima de la vagina y está rodeada de tejidos y glándulas, que se conocen como la esponja uretral. Cuando una persona con vagina se excita, la esponja uretral se llena de sangre y las glándulas, con fluidos, provocando que el punto G se hinche y se vuelva firme. Por esa razón, es más fácil estimular el punto G, y por lo tanto hacer squirting, en un estado de excitación.

Entonces, si se hace squirting a través de la uretra, lo que sale es orina, ¿no?

La respuesta corta es que no hay un acuerdo general y la mayoría de las investigaciones sobre el squirting son antiguas, se basan en grupos de muestra reducidos o no son concluyentes (o todas las opciones). Por si no fuera suficiente, algunos investigadores y expertos médicos creen que el squirt (que se refiere a un fluido abundante, sin olor ni color) es diferente de la eyaculación vaginal (un fluido de color blanquecino que surge en menor cantidad). En un estudio de 2011, se analizó la composición química de tres fluidos de una mujer durante la estimulación sexual: orina, squirt y eyaculación. Los investigadores hallaron grandes diferencias entre estos tres en cuanto a su color, olor, composición química, volumen, origen y más.

Describieron la eyaculación como “un fluido blanquecino, espeso y poco abundante”, con la cantidad más o menos de una cuchara pequeña. Provenía de la próstata femenina (glándula de Skene) y contenía antígenos prostáticos específicos, que se encuentran a menudo en el semen. El squirt era un fluido claro, abundante y sin olor de la vejiga. Por lo tanto, aunque el squirt y la eyaculación son diferentes, también lo es la orina, concluyó el estudio.

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A veces, el squirting y la eyaculación ocurren en momento diferentes y otras, al mismo tiempo. Eso quiere decir que, si consigues hacer squirting, probablemente veas el líquido claro abundante y, en menor cantidad, el fluido lechoso y blanquecino.

¿Y qué ocurre cuando nos “mojamos”? Es un fluido totalmente diferente que sale de las glándulas de Bartholin y que no tiene nada que ver con el squirting, como generalmente se piensa.

El squirt comparte similitudes con la orina diluida, como la presencia de urea, creatinina y ácido úrico, que son sustancias químicas de desecho que los riñones expulsan. En un estudio reducido de 2015 —tan reducido que se llevó a cabo con tan solo siete mujeres cis—, se aseguró incluso que el squirting era “una emisión involuntaria de orina”. Tanto en el porno como en la vida real, una gran cantidad de fluidos puede significar simplemente orina, como la lluvia dorada, y no tiene nada de malo. Allison Moon, orientadora sexual y autora de Getting it, explica que a muchos de sus estudiantes les preocupa el asco “de que pueda ser orina”. “Mi consejo”, dice, “es cuestionar ese miedo. ¿Qué hay de malo en que sea orina? ¿Qué hace que específicamente te asuste más que otro fluido? Si es el estropicio, el olor o cualquier otra cosa, defínelo para que puedas entenderlo. Así, podrás tomar los pasos necesarios para reducir el asco y disfrutar del placer”.

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¿Cómo puedo aprender a hacer squirting si no me sale automáticamente?

No hemos venido a hablar solo de los detalles más específicos de los fluidos en sí, también es nuestra intención ayudar a las personas recién llegadas a poder experimentarlo, así que ¡manos a la obra!

Como con cualquier técnica, es mejor practicar con uno mismo antes de invitar a otros. El squirting requiere prepararse un poo más de lo normal, pero no es nada teniendo en cuenta que estamos a punto de experimentar una forma nueva de eyacular. Antes de empezar, asegúrate de que has bebido suficiente agua (es importante de por sí para el desempeño sexual y aumenta la lubricación natural del cuerpo), te has cortado las uñas y tienes lubricante al alcance de la mano. Si tienes miedo de que se moje algo, ve a la ducha, coge un par de toallas y sitúalas debajo de ti.

También es importante orinar de antemano según Janet Hardy, coautora de The ethical slut. “Cuando estás a punto de hacer squirting, sientes que tienes ganas de orinar. Sin la certeza de que no es orina, tu respuesta a esa sensación será reprimirla”, dice. “Pero si sabes que no vas a mojar la cama, puedes relajarte, quizás incluso empujar un poco ¡y disfrutar!”.

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Fantasea y haz lo que normalmente te excite cuando te masturbas antes de intentar hacer squirting para preparar al cuerpo. Algunas de las personas con las que hemos hablado recomiendan llegar al orgasmo antes de centrarse en el squirting. S., una mujer cis queer de 25 años de Austin, dice: “Normalmente es más fácil si primero tengo un orgasmo”. Según ella, después de eso, siente una liberación continua, como si el orgasmo se extendiera por todo su cuerpo. El orgasmo te ayudará a relajarte, el punto G estará firme, será más fácil encontrarlo y la esponja uretral se hinchará. Cuando te excitas, todas esas zonas presionan contra las paredes del canal vaginal, especialmente contra la pared anterior frontal (recuerda: hacia el ombligo), que es el área más asociada al squirting.

La esponja uretral está más allá de la pared vaginal, lo que quiere decir que no tiene un acceso tan fácil como, por ejemplo, el clítoris. Si no alcanzas fácilmente con un dedo o dos tumbada, pon una almohada debajo del trasero para elevarlo o ponte de rodillas e inclínate hacia delante para llegar al punto G. Si todavía no lo consigues, puedes servirte de un juguete sexual curvado. Una vez que encuentres el punto G, presiona firme y consistentemente. Puedes empujar, hacer círculos o, si usas los dedos, doblarlos hacia delante y hacia atrás. Mantén un ritmo constante con una presión fuerte. Con la otra mano, estimula el clítoris, los pezones o cualquier otra zona erógena. Si crees que tienes que orinar, no te preocupes porque ya lo has hecho antes, así que probablemente signifique que vas por buen camino.

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Quienes consiguen hacerlo dicen que, a veces, un movimiento enérgico o una penetración intensa puede ayudar a conseguirlo. Luke, una persona no binaria de Chicago de 34 años, dice que “hacer círculos a ritmo rápido” mientras se penetra por cualquiera de los dos orificios, además de una estimulación externa abrumante, le funciona muy bien. La membrana entre el recto y el canal vaginal es muy fina, así que puedes alcanzar el punto G a través de la estimulación anal. Hay incluso quien lo prefiere porque es menos intenso y más placentero. “A veces, si uso un vibrador fuerte o un consolador texturizado o curvado, vale uno u el otro”, dice Luke.

¿Qué se siente?

“Lo que hace que sea difícil aprender a hacer squirting para quienes no lo consiguen de forma natural, es que contradice lo que hacemos cuando tenemos orgasmos”, dice Moon. “Apretamos la vagina y reducimos la energía para acabar. Con el squirting es al revés: debemos relajarnos y aguantar”.

S. también aconseja empujar hacia fuera y no hacia dentro: “Relájate y empuja el suelo pélvico”, dice. Rue, una mujer cis estadounidense de unos 20 años, dice que es posible que haga falta reeducar al cuerpo. “Cuando estés cerca, sentirás como que tienes ganas de orinar. Es la señal de que debes empujar, empujar, empujar. Te parecerá ilógico porque, además de que nuestros cuerpos suelen tensarse cuando tenemos un orgasmo, estamos programados para no hacernos pis encima. Así que tienes que entrenar la mente y el cuerpo”.

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¿Cómo lo hago con otra persona?

Mucha gente es capaz de hacer squirting mientras tiene sexo con otra persona. Las mismas técnicas de movimientos que mencionamos antes sirven aquí: dedos o un juguete curvado presionando hacia el ombligo para estimular el punto G, las glándulas de Skene y la esponja uretral.

Como los penes y los dildos normalmente no pueden doblarse, es posible que la penetración no sirva para conseguir esa estimulación directa necesaria para el squirting. Si de todas formas quieres intentarlo, prueba con posturas que permitan una penetración más profunda para estimular el punto G como la postura 143 o la de la cuchara.

Meg, una mujer cis bisexual estadounidense de 40 años, dice que a ella le ayuda cuando su pareja la toca por todas partes. “Mientras estamos teniendo relaciones sexuales, la estimulación del clítoris y de los pezones me lleva a hacer tanto squirting como para mojar el colchón”, dice.

Como con cualquier “primera vez” sexual, aprender a hacer squirting puede requerir práctica, exploración y penetración. Recuerda que lo importante es el camino y no el destino. Y, si no te mojas como pensabas, no pasa nada: al menos ahora conoces íntimamente tu punto G, lo cual descubrirás que es una recompensa suficiente.

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