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Sí, los chistes machistas también fomentan la violencia contra las mujeres

Según un estudio inglés, las bromitas de Playboy no son tan inofensivas como parecen.
FOTO DE HOWL VÍA STOCKSY

Este artículo fue publicado originalmente en Broadly, nuestra plataforma dedicada a las mujeres.

Según un estudio publicado el año pasado enPsychology of Men and Masculinity [Psicología de los hombres y la masculinidad], las revistas masculinas que cosifican a las mujeres y celebran el exceso de masculinidad están normalizando el sexismo hostil entre los jóvenes.

Aunque muchas de estas revistas han sufrido en años recientes a nivel financiero ―como MaximLoadedNuts― o han debido cerrar directamente, la "cultura del macho" continúa dominando espacios virtuales y campus universitarios, según los investigadores. En una serie de tres estudios, los autores revelaron "cómo una fuente concreta de influencia social―como las revistas para hombres― puede dar forma a la expresión de un prejuicio que normalmente se considera inaceptable en una sociedad igualitaria".

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En el primer estudio, los investigadores encuestaron a 423 hombres entre 18 y 30 años que vivían en el Reino Unido, preguntándoles acerca de su consumo de revistas masculinas y, también, si pagarían por tener sexo. También se les pidió que compartieran su opinión acerca de las mujeres y su respuesta ante los mitos sobre las agresiones sexuales. Según el estudio, los investigadores descubrieron que "el sexismo ambivalente predecía actitudes en torno al consumo de revistas para hombres, pero no otras formas de consumo sexual directo (pagar a cambio de sexo o asistir a clubes de striptease)".

El segundo estudio abordó la presuposición de que los hombres que leen chistes machistas en las revistas masculinas los encuentran irónicos y no hostiles (un argumento ampliamente esgrimido por los editores de dichas publicaciones). Se mostraron chistes extraídos de una revista masculina dentro y fuera del contexto de una publicación a 81 estudiantes universitarios masculinos del Reino Unido y se les pidió que los clasificaran en una escala de hostilidad, ironía y humor. Los investigadores descubrieron que los chistes no se consideraban más irónicos o más chistosos cuando se presentaban dentro o fuera del contexto de una revista.

En el estudio final, los investigadores se preguntaron si los encuestados verían las revistas masculinas de un modo diferente si se les mostraban pruebas de su similitud con el discurso de un violador. Pidieron a 274 estudiantes universitarios de EE. UU. que clasificaran diferentes frases, muchas de ellas hostiles o que describían violencia, y decidieran si creían que procedían de una revista masculina o eran frases pronunciadas por un violador convicto.

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Algunos ejemplos, según informó el diario The Independent, incluían:

  • "Si tu novia pone una cara que parece forzada durante el sexo, entonces está fingiendo que disfruta contigo, pero si parece que le estén dando un puñetazo en los riñones, entonces es que ha llegado a 'ese momento'".
  • "Si la chica con la que cuadraste para ir a tomarte algo no se abre de piernas, piensa en esta estadística matemática: el 85% de los casos de violación no se denuncian".
  • "Ya sabes, las chicas en general están bien, pero algunas de ellas son unas putas. Las putas son del tipo que… necesitan que les metan un buen pipí hasta el fondo".

Solo la última frase fue atribuida a un violador.

De las 16 frases empleadas, los investigadores descubrieron que solo la mitad fueron identificadas correctamente por los estudiantes. Los participantes más tarde indicaron que "creían que las revistas para hombres eran menos legítimas después de haber realizado la tarea de clasificación que antes del test".

Peter Hegarty, profesor de psicología en la Universidad de Surrey y autor principal del estudio, dice que las revistas masculinas en general "amplían el tipo de sexismo que los hombres encuentran normal".

"Me empecé a interesar por las revistas para hombres porque las estudiantes a menudo hablaban de ellas como algo ofensivo y difícil de combatir, dado que eran la norma", explicó a Broadly. "Los hombres que leen mucho este tipo de revistas obtuvieron la mayor puntuación en varias mediciones de sexismo, incluyendo la aceptación de los mitos modernos acerca de la agresión sexual".

Cuando le pregunté si las mujeres deberían desconfiar de los hombres que leen religiosamente estas publicaciones, sugirió que "procedieran por su propia cuenta y riesgo".

El estudio de Hegarty no es el primero en señalar la insidia del humor machista. Algunos incluso han documentado determinada correlación entre la culpabilización de las víctimas y la tendencia a violar.

El informe publicado el año pasado llegó en un momento en que tanto el público como los medios seguían debatiendo el video recién publicado de Donald Trump, del año 2005, en el que alardeaba de haber agredido sexualmente a varias mujeres. Después trató de ahogar aquellos comentarios tildándolos de "charla de vestuario".

"Trump alardeaba de haber cometido agresiones sexuales, hizo que millones de mujeres se sintieran menos seguras y negó haberlo hecho acusándolas a todas de sexismo contra los hombres, todo en uno", indica Hegarty. "La idea del 'vestuario' era ni más ni menos que Trump diciendo que todos los hombres hablan de esta forma irónica sin ninguna consecuencia". Pero, según Hegarty, los estudios sugieren que el contexto social tiene repercusiones sobre lo que los hombres machistas consideran que está bien o no.