Italia es uno de los países con las mayores concentraciones de personas de 100 años en el mundo, junto con Francia, España, Japón, Cuba, Puerto Rico, Hong Kong y Uruguay.
Los expertos creen que la increíble fortaleza de las personas en estos países podría deberse a una combinación de dieta, fuertes lazos sociales e incluso espiritualidad. En cualquier caso, los datos del Instituto Nacional de Estadística de Italia muestran que las mujeres tienen más probabilidades de superar el 100 años: el 84 por ciento de sus centenarios son mujeres.
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Y resulta que yo conozco a alguien de 100 años. Mi abuela, Alfia Distefano, nació en Sicilia en 1921 y llegó a los 100 años en enero de 2021. Ella nos comparte sus opiniones sobre la vida, la muerte, la familia y cómo ha cambiado el mundo en el último siglo.
VICE: ¿Alguna vez imaginaste que vivirías tanto? Alfia: Por supuesto que no. Obviamente, siempre he intentado comer de forma saludable y hacer mucho ejercicio. Creo que solo me di cuenta de que había llegado hasta esta edad en el momento en que apagué mis velas de cumpleaños.
**¿Cuál fue la mejor década de los últimos 100 años? ¿Y la peor?
**Lo peor fue sin duda la Segunda Guerra Mundial. Mis hermanos se fueron al frente y yo me quedé sola con mi madre y mi padre. Mi padre era ciego, por eso no lo enviaron a la guerra. Nos mudamos al campo porque era menos probable que lo bombardearan, pero aun así sucedió algunas veces. Una vez, hubo un ataque aéreo en nuestra zona y tuvimos que huir. Nos escondimos en una cueva con otras personas. Fue terrible: muchas personas murieron mientras buscaban refugio. Recuerdo lo feliz que estaba cuando llegaron a liberarnos los estadounidenses, pero también estaba preocupada por mis hermanos que aún no habían vuelto. [Finalmente, ambos lo hicieron].
También he vivido muchas décadas hermosas. Considerándolo todo, he tenido una vida buena y plena. Los momentos felices ocurren incluso durante los tiempos más difíciles.
**¿Cuántos de tus seres queridos han muerto?
**En realidad, sería más fácil decirte quién queda. Cada pérdida fue diferente; la muerte de mi hijo fue la más difícil. Murió cuando tenía cinco años, fue realmente devastador. Pensé que mi vida había terminado con él. Me di cuenta de que no era así cuando di a luz a mi segundo hijo. Tenía esta nueva vida ahí frente a mí y merecía todo el amor que pudiera darle.
En este sentido, siempre he sido afortunada. Cada vez que perdía a alguien, una nueva vida llegaba al mundo y eso me recordaba que tenía que ser fuerte. Lo mismo sucedió cuando mi esposo falleció en 1992. Mi primer nieto acababa de cumplir un año, no era momento para la autocompasión.
**¿Le tienes miedo a la muerte?
**Le he temido en el pasado y todavía me da miedo en relación a las personas que amo. Sin embargo, cuando llegas a esta edad, aprendes a ver la muerte como algo justo e inevitable. La muerte solo da miedo cuando es prematura.
**¿Cuánto ha cambiado el mundo en los últimos 100 años?
**Ha cambiado tanto que ni siquiera sé cómo describirlo. Creo que valoro más estos cambios porque sé cómo era la vida antes. Cuando era joven, no teníamos lo que tenemos ahora, y no me refiero solo a las computadoras o los teléfonos inteligentes. No teníamos refrigeradores, la comida se almacenaba dentro de pozos o en el sótano. No teníamos agua corriente.
Ver todo este cambio es hermoso. Hoy en día, la tecnología es tan avanzada que ni siquiera la entiendo. Me llena de alegría pensar que puedo ver a mi sobrino aunque se encuentra al otro lado de Italia.
**¿Cómo ha cambiado la vida de las mujeres a lo largo de los años?
**Cuando era pequeña, mi padre solía decir que debería haber sido un niño. Decía que mi inteligencia se “desperdiciaba”, ya que las principales ocupaciones de las mujeres eran cuidar de la casa y de los hijos. No era concebible que una mujer aspirara a algo diferente.
Ahora, mi sobrina puede hacer lo que quiera y ser quien quiera ser. Es hermoso, aunque debo admitir que eso también me daría miedo.
**Hoy en día, muchas parejas se conocen en aplicaciones de citas. ¿Cómo era salir en citas cuando eras joven?
**Ah, era muy diferente. En primer lugar, siempre estábamos en casa. Solo tenías oportunidad de salir a la misa dominical, las ferias de la ciudad o el teatro. Y siempre llevabas a un miembro de la familia contigo.
Si un chico se fijaba en ti, le preguntaba a la gente por ti, luego enviaba a un familiar a tu casa o le pedía a un casamentero que se involucrara. Los casamenteros eran intermediarios que arreglaban el matrimonio con la familia de la mujer en cuestión por una tarifa. Si la familia aprobaba al pretendiente, generalmente le preguntaban a la chica si también estaba de acuerdo. Entonces el compromiso sería oficial y el chico podría ir de visita, pero siempre en presencia de toda la familia y nunca podía sentarse demasiado cerca. Básicamente, no conocías a tu novio hasta que te casabas con él.
Antes de la boda, todo lo que sabía de mi esposo era que era guapo, trabajador y de buena familia. Ni siquiera sabíamos lo que era el sexo. Los hombres sabían al respecto porque se los explicaban, pero nosotras las mujeres nos casábamos sin saber lo que iba a pasar.
**¿Cómo pasas tus días ahora?
**Durante los últimos dos años no he podido hacer mucho. Me canso fácilmente y soy un poco como una hoja en otoño, podría caerme en cualquier momento. De hecho, a veces me caigo, pero si dejo de hacer las cosas que me hacen feliz, estoy segura que moriré. Por ejemplo, disfruto mucho la jardinería, algo que mis ansiosos parientes consideran demasiado peligroso. Cuido las flores, tomo el sol y charlo con los vecinos.
Todos en mi vecindario me quieren. En realidad, es triste que ahora no podamos tener una conversación adecuada debido a la pandemia. Tengo problemas de audición, por lo que mantener la distancia hace que hablar sea más difícil.
**¿Crees que hay vida después de la muerte?
**Soy una mujer de fe, así que sí. En mi corazón, estoy segura de que hay algo después de la muerte, que podré abrazar a las personas que he perdido y, al mismo tiempo, regocijarme por los logros de los que se quedan.
**En tu opinión, ¿cuán larga es una “buena vida”?
**Ciertamente, no tan larga como la mía. A pesar de mi edad, mi mente todavía está clara, pero no todos tienen esa suerte. Quiero hacer mil cosas y mi cuerpo no puede seguirme el ritmo. A menudo me doy cuenta de que lo he presionado en exceso cuando ya es demasiado tarde. Luego, por la noche, siento mucho dolor. También me he vuelto completamente dependiente de los demás; sin mi hijo y mi nuera, habría muerto hace mucho tiempo. Digamos que 95 años me parecen razonables, pero es diferente para todos.