Qué puedes hacer para luchar contra el cambio climático durante el confinamiento

Hoy es el Día de la Tierra y muchos nos preguntamos qué estamos haciendo para evitar las catástrofes medioambientales que está acarreando el cambio climático. Debido a la pandemia que estamos viviendo, no es seguro salir a protestar a las calles, pero existen muchas formas de canalizar nuestra energía incansable y participar en iniciativas útiles.

Teniendo en cuenta que 100 empresas son responsables de más del 70 por ciento de las emisiones totales, muchos creen que la única forma de avanzar en este aspecto sería mediante reformas sistémicas, más que gestos individuales. De hecho, hasta los propios negacionistas del cambio climático han tratado de centrar la atención en la reducción de las emisiones personales con tal de evitar que se apoyen medidas de mayor calado.

No obstante, lo cierto es que las medidas individuales de los habitantes de los países más industrializados sí pueden suponer una diferencia, ya que las emisiones por cápita en estos países son mayores. En todo caso, cada uno debería responsabilizarse, a lo sumo, de su propio comportamiento. Curiosamente, un estudio de la Universidad de Stanford reveló que, cuantas más personas se implicaban en la reducción personal de emisiones, menos apoyo recibían determinadas políticas, como la de los impuestos sobre el carbono. El peligro viene cuando creemos que ya estamos haciendo lo suficiente, ya que disminuye nuestro ímpetu activista.

Estadísticamente, no se puede culpar a nadie a título individual por el cambio climático; es mejor dedicar los esfuerzos de cada uno a promover medidas gubernamentales que obliguen a las industrias y las personas a actuar de forma sostenible. Pero todos podemos aportar nuestro granito de arena para impulsar esa reforma sistemática tan necesaria contactando con nuestros representantes y presionando a los actores políticos. Sí, incluso desde casa.

Las principales medidas que hay que tomar para frenar el cambio climático no surgirán de las iniciativas individuales. Como economía, debemos abandonar los hidrocarburos y optar por fuentes de energía renovables.

Se calcula que, para poder cumplir nuestros objetivos de emisiones, la inversión en energías limpias deberían ser un 50 por ciento mayores de lo que son actualmente. La única forma de conseguirlo es que haya más gente que apoye estas medidas. Busca una organización que trabaje en tu zona o en el ámbito nacional y suscríbete a sus emails de información. Seguramente organicen actos en los que informen sobre la legislación actual y te indiquen que contactes con tus representantes. Greenpeace y Amigos de la Tierra son solo dos de las muchas organizaciones con las que puedes contactar.

Aunque el mero hecho de que tengamos que quedarnos todos en casa durante la pandemia ha reducido drásticamente el nivel de emisiones mundiales, también ha frenado el impulso de las iniciativas y las políticas contra el cambio climático. Ahora, las noticias se centran en el coronavirus y es muy probable que esta sea la tendencia durante los próximos meses. Pero puedes colaborar con un proyecto científico de la ciudadanía llamado Earth Challenge. Este programa recaba información y promueve determinadas áreas en función de la documentación aportada por los usuarios respecto a las preocupaciones sobre el medioambiente. Con el móvil, puedes contribuir aportando datos con los que apoyar la implantación de políticas medioambientales mejores, que van desde la prohibición de los plásticos desechables en las comunidades locales a monitorizar el progreso respecto a los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas (ODS).

Hay infinidad de pequeñas cosas que no requieren mucho esfuerzo y que suponen una diferencia. Te presentamos unas pocas que puedes poner en práctica ya mismo y que incluso pueden suponer un ahorro.

Cuando hagas la compra, llévate bolsas reutilizables. Puede parecer muy poca cosa, pero contribuye mucho a reducir los residuos.

En casa, utiliza bombillas LED, ya que consumen un 90 por ciento menos de energía que las incandescentes y duran 25 veces más. En Project Drawdown calculan que si se usaran de forma generalizada en todo el mundo, se podría evitar la emisión de 16 gigatones de CO2 para el año 2050. Cuanto antes hagas el cambio y cuanta menos energía consumas, menor será tu huella de carbono.

Reduce el consumo de carne. Aunque las proteínas animales son una de las principales fuentes de las emisiones mundiales, no hace falta que renuncies totalmente a la carne. Unos cambios sencillos en la dieta pueden contribuir a mejorar el planeta. Por ejemplo, podrías reducir la ingesta de carne a una vez al día, cada tres días o cada semana. También puedes comer carnes que tienen una posición baja en la tabla de emisiones, como el pollo o el cordero.

Respecto a si reciclar realmente ayuda: depende. Con determinados productos, como el aluminio o las latas, el reciclaje puede suponer un ahorro de más del 70 por ciento de la energía que se necesitaría para fabricar un nuevo producto. Sin embargo, hay muchos tipos de plásticos que resulta muy difícil reciclar y acaban en el vertedero. Por desgracia, incluso procesando plásticos reciclables, el ahorro de energía es mínimo. Reciclar tiene sus ventajas, pero mejor aún es reducir la cantidad de productos desechables que compramos y reutilizarlos tantas veces como sea posible antes de deshacernos de ellos. Puedes escribir cartas a las empresas que usan envoltorios no reciclables para hacerles saber lo que están en juego si no cambian a un modelo sostenible y apoyar y difundir las propuestas legislativas que fomentan el uso de envases sostenibles.

En pocas palabras: no dejes que la pandemia eclipse el resto de crisis ni que el debate sobre el medioambiente caiga en el olvido. Quédate en casa, haz llamadas, dona dinero si lo tienes e infórmate sobre distintas formas de ayudar en tu comunidad y a mayor escala.

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