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Hace seis meses terminó con él y ahora sufre una crisis de identidad. Cuando tratas de satisfacer los deseos de una pareja sin fijarte límites, olvidas lo que quieres y lo que no quieres. Habíamos discutido las experiencias sexuales de G. durante algunas sesiones cuando dijo: "Al principio creí que estaba bien y que solo estaba probando cosas nuevas. Pero con el paso del tiempo me di cuenta de que no era bueno para mí. Terminé con él cuando finalmente acepté que estaba haciendo todo lo que me pedía para que me no me dejara por otra chica, alguien que estuviera dispuesta a hacer todas las cosas que no me gustan".La presión social de hacerlo bien en la cama puede convertir el sexo en una competencia. Si solo te enfocas en satisfacer a tu pareja a toda costa y volverte irremplazable, es muy fácil que te olvides de quién eres.
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Cuando lo escucho hablar, siento que el problema que tiene es externo. "Me da miedo contarle a mis amigos que no hemos cogido en semanas y que no tenemos ganas. He tratado de hablar de eso con ellos un par de veces y siempre responden los mismo: que tengamos un trío, que usemos juguetes o que probemos el juego de rol. Como si no coger fuera un enfermedad".H. no se está alejando de su pareja, más bien se está alejando de la sociedad. Por lo que entiendo, su novio es comprensivo o lo ve como una fase de la relación. En ese contexto, el problema no es tan serio. Las relaciones no se basan solo en la frecuencia del sexo. Sin embargo, H. se siente culpable y cree que es necesario ocultar la realidad de su vida sexual a sus amigos. No obstante, H. fue capaz de superar su ansiedad cuando decidió enfocarse en la calidad de su relación.La falta de deseo es una cosa y la falta de oportunidad es otra. Una tercera parte de mis pacientes son personas olvidadas por el sexo. Como R., quien, a sus 26 años de edad, se encuentra en un entorno social y profesional bastante cerrado, con un círculo social reducido. Después de haber sufrido varias decepciones en páginas para "conocer al amor de tu vida", está exhausta y harta. "Las pocas veces que salgo, cuando encuentro a alguien que me gusta, o es gay o tiene novia". Lo peor de todo es que siente que es un fracaso porque nunca la notan o la escogen. Aparte del sexo casual en la universidad, lleva cuatro años sin dormir con otra persona".El rechazo sexual puede enviar un mensaje sicológicamente violento, como: 'Tu cuerpo no es digno de reproducirse'.
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¿Qué puedo decir al respecto? A veces, no mucho. La presión sexual y la competencia para ver quién es el mejor es parte de la juventud. Siempre voy a escuchar y aconsejar a los pacientes que sufren esta clase de vergüenza y que tienen miedo de enfocarse en ellos mismos y en su desarrollo personal. La opinión del mundo no va a cambiar, lo que debe cambiar es la forma en que la persona que tiene este problema ve la situación. Necesitamos proporcionar las armas necesarias para que la gente se enfrente a la opinión pública. Durante nuestras sesiones, trato de reparar el daño y crear dinámicas nuevas para encontrar un lugar dentro del paciente donde pueda estar en paz consigo mismo.Cuando estos jóvenes vienen a consulta, veo la enorme influencia que tienen ciertos fenómenos sociales y culturales sobre ellos y me da mucha tristeza. La sexualidad, una cosa natural y gloriosa, está perdiendo su espontaneidad y la sujetamos a reglas contradictorias. Paradójicamente, esas reglas dicen que nos relajemos y estemos abiertos a "escucharnos a nosotros mismos" pero al mismo tiempo nos obligan a tener tres parejas al mes y probar cuatro posiciones cada noche.La gente con la que platico ha perdido el control de su propia sexualidad o de su relación. Cuando esto pasa, la única conclusión a la que puedo llegar es a la que he llegado en muchas otras situaciones: hay que analizar constantemente qué es lo que quieres y cuáles son tus deseos. Ese es el principio para sentirte cómodo con tu propia vida sexual y con la vida en general. Saber qué es lo que quieres y lo que no quieres es probablemente lo más sexy que hay.