TODAS LAS FOTOS POR VÍCTOR HUGO
La Constitución Española reconoce el derecho a manifestarse en vías públicas con previo aviso. Podemos protestar contra el fracking, el antirracismo, los sinsajos, las empresas del made-in-Bangladesh o los practicantes de crossfit. En este caso, este último fin de semana, la vía pública madrileña se llenó se señoras, señores, jóvenes y curas advirtiendo a Mariano Rajoy, entre gritos de indignación y pancartas que: "Con aborto no hay voto".
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Con pancartas de "¿Me vas a traicionar?", los provida -60.000 según la Policía Nacional y 1,4 millones según los convocantes- amenazan al presidente del Gobierno con retirarle su voto si no entra en razón. Padres hablando de negocios, madres vigilando a sus niños (tarareando consignas), familias numerosas y octogenarios, unidos bajo el lema "vive y deja vivir".Una señora me dijo: "Mi niña, si algún día te pasa una cosa, hay gente que te puede ayudar con otros medios para que no tengas que abortar".¿Con "cosa" es una violación? ¿O relaciones sexuales consensuadas sin cabeza? Y esos "otros medios" ¿cuánto tiempo durarán? Imagino que lo suficiente como para criar un hijo, fruto de "alguna cosa".Estaba en modo jardincito zen y no me despeiné con nada. Escuché pacientemente a los voluntarios adolescentes que me pedían dinero y acepté folletos de la Iglesia. Todo bien. Hasta que la multitud se dispersó para esquivar a un mendigo que subía como un salmón abriéndose paso entre los manifestantes. Si para ellos "cada vida importa", ¿por qué la de aquel indigente no la tocaban ni con un palo?
