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Cultură

Ciencias antivida

Todos esos químicos que tienes en el cerebro pueden ser manipulados para fines diabólicos.

Ilustración vía iStockphoto/daver2002ua

En febrero, la Royal Society de Londres publicó un informe titulado "Neurociencia, conflicto y seguridad" que resalta cómo todos esos químicos que tienes en el cerebro pueden ser manipulados para fines diabólicos. El informe fue de particular interés en julio para un grupo de científicos y expertos en seguridad, quienes se reunieron en Ginebra para discutir sobre guerra biológica, incluyendo los más aterradores avances en cuestiones de muerte neurológica.

Poco después de la reunión, platiqué con el profesor Malcolm Dando de la Universidad de Bradford, un biólogo que se ha convertido en gurú de seguridad internacional y una de las mentes detrás del informe de la Royal Society. Me dijo que uno de los problemas principales con las armas químicas es que las agencias de seguridad tienen permiso de usarlas para "fines pacíficos permisibles", como el control de amotinamientos. "Los agentes estándar que afectan los órganos sensoriales periféricos es algo que la policía cree necesitar", me dijo. "Eso está bien, pero con lo que no estoy de acuerdo es con aquellos que afectan el sistema nervioso central; pueden tener efectos muy peligrosos".

Por ejemplo el fentalino, un derivado del opio que actúa sobre el sistema nervioso central y produce pérdida de conciencia. Se supone que es ideal para controlar manifestaciones, pero en 2002, cuando la policía rusa lo usó para resolver una situación con rehenes en un teatro en Moscú, el fentalino mató a 117 civiles. "Creer que se pueden usar químicos de forma segura bajo esas circunstancias es una tontería hoy en día", dijo Dando. "No puedes predecir las concentraciones del gas en el espacio y no puedes predecir el impacto que tendrá en las personas".

Dando se imaginó otras formas en las que las investigaciones en neurociencia pueden ser utilizadas para mal, incluyendo la fabricación de drones a control remoto y con inteligencia artificial. "En este momento tenemos a personas sentadas a miles de kilómetros de Afganistán manejando estos drones. Conforme se vuelva más y más difícil entender toda la información que envían y operarlos, intentarán hacerlos más autónomos". ¿Quién se acuerda del Skynet de Terminator?

Le pregunté si existe la posibilidad de evitar un futuro en el que drones inteligentes y virus controladores floten en el aire. "No somos esclavos de nuestra propia tecnología", me respondió. "Lo que suceda con la aplicación de nuestra tecnología dependerá de lo que nosotros queramos que suceda, lo cual depende de los procesos sociales. Si no queremos que la ciencia y la tecnología se usen para este tipo de aplicaciones hostiles y desagradables, entonces somos nosotros quienes debemos evitarlo".