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Música

La increíble historia de la rumba hispano-belga

Miguel ha encontrado más de 200 discos de rumba editados en Bélgica.
Imagen vía José Huedo

Miguel tiene 33 años y hace seis se fue a Bélgica "a buscarse la vida". En España no tenía trabajo, así que se mudó al que fuera el barrio español de Bruselas, el lugar en el que se asentaron los que, durante la dictadura de Franco, emigraron a la ciudad. Un día vio a una señora tirando un disco a la basura y la portada estaba en español. Se acercó a ella y le preguntó. La señora acabó regalándoselo, y aquel fue el primer disco de rumba hispano belga que tuvo Miguel.

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"Siempre me ha gustado mucho la música y tengo muchos discos, así que cuando llegué a Bélgica solía ir a mercadillos y a tiendas especializadas, sobre todo en busca de música negra, que era lo que me gustaba. Entre los montones me empecé a encontrar cada vez más discos de Peret y de otros artistas de flamenco de la época y me hacía mucha gracia", cuenta.

"También empecé a ver cada vez más discos grabados por emigrantes y editados por los restaurantes españoles de esos años (1960 en adelante). En las portada se leían cosas como "Los caballeros: artistas exclusivos del restaurante Casa Manolo", "Paco el Chiringo, artista exclusivo del restaurante El Rincón" o "Juan Lucero, artista exclusivo de restaurante Los Candiles"".

Y empezó a preguntarse por qué. Por qué había tantos artistas españoles de la misma época, por qué figuraba el nombre de esos restaurantes en las portadas de sus discos y por qué todos cantaban flamenco y, especialmente, rumba.

rumba española en bélgica

"A mí el flamenco siempre me había gustado. Vengo de un barrio gitano en Salamanca, así que estoy acostumbrado a oír rumba todo el rato y siempre es agradable. Pero no me había interesado ni emocionado tanto hasta que empecé a preguntar a los vecinos de mi barrio por aquellos EPs antiguos", cuenta Miguel, que iba por los bares con los discos que encontraba en mercadillos, tiendas y colecciones privadas para preguntarle a los dueños por ellos.

"Les llevaba la portada y les decía, '¿conocéis a este?' Las respuestas iban desde el 'hombre claro, este vive aquí al lado' al 'Coño, si es mi tío el guitarrista'. Poco a poco, preguntando a los paisanos en los bares, he podido conocer a algunos de los artistas que quedan vivos de aquella escena de rumba hispano belga que desconocíamos que existió. Otros volvieron a España o están desaparecidos".

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rumba española en bélgica

Miguel ha conseguido recopilar 230 singles y 4 LPs durante los tres años que han pasado desde que aquella señora iba a tirar un disco y acabó regalándoselo. "Me explicaron que no grababan LPs porque, como la gente española que vivía en Bélgica no tenía dinero, pensaban que no iban a comprar un disco. Por eso publicaban singles". Ninguno de ellos —salvo Juan Lucero— había subido sus trabajos a Internet. No había información sobre ninguno de aquellos artistas en la red. Así que Miguel tuvo que investigar como se hacía antes, llamando de puerta en puerta, yendo de bar en bar y hablando con la gente.

Todos los discos estaban autoeditados o habían sido editados por pequeñas discográficas belgas. Ellos pagaban todo: el estudio, la producción… y luego los distribuían en sus conciertos, que hacían en los bares españoles cada fin de semana o en salas de baile.

"Algunos se dedicaban profesionalmente a la música", cuenta Miguel, "pero la mayoría lo compaginaban con sus trabajos. Eran mineros, fontaneros, trabajaban en la industria… pero se juntaban a tocar porque les gustaba. También había músicas de orquesta y baile, pero la mayoría de lo que se hacía aquí por españoles expatriados era rumba", comenta Miguel, que incluso viajó hasta un pueblo en la frontera belga para encontrar al hijo de uno de los artistas de aquella época, Rafael Moreno.

rumba española en bélgica

"Me lo pidió su otra hija, que vive en Sevilla pero la invité a un concierto para rendirle homenaje a su padre. Ella me dijo que vendría si la ayudaba a buscar a su hermano, del que hacía años que no sabía. Acabé encontrándolo, estaba muy mayor y enfermo, pero lo conseguí. Historias como estas son las que me hacen muy feliz por haber descubierto esta escena, esta Belle Epoque, y haber tirado del hilo."

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Las letras de las rumbas que, durante todos estos años, ha ido recopilando Miguel hablan de España y de cómo se veía desde lejos, pero sobre todo de lo que implicaba —e implica— ser inmigrante. Ser extranjero. "Son letras sencillas, alegres la mayoría, pero que reflejan muy bien lo que ocurría en la época. Hablan de que van al bar sacan la guitarra y ya tienen montada la fiesta, no les hace falta nada más. Hay muchos temas que hablan de emigración, recuerdo una letras que dice "en Bélgica me llaman el español y en España me llaman el belga", u otra que habla de que les llaman extranjeros por tener el pelo negro", cuenta Miguel.

rumba española en bélgica

"Luego hay casos más curiosos, como un disco que encontré editado por el Partido Comunista Español, de un artista antifranquista que supongo que lo que quería era recaudar dinero para el partido, que aún era ilegal", añade. "Es un caso especial porque, aunque todos los artistas emigrantes que he encontrado en Bélgica eran antifranquistas, no se metían demasiado en política, no usaban su música para militar. Este disco, sin embargo, tiene una canción dedicada a los últimos fusilamientos que llevó a cabo Franco. En la portada se ve un mapa de España con cinco claveles cortados, que corresponden a cada una de las personas que fusilaron. A Franco se le llama metafóricamente el jardinero en la canción".

A medida que iba recopilando más y más discos, Miguel confirmaba que la rumba era el estilo que claramente predominaba. "La gente a la que consultaba, tanto artistas como españoles que vivieron aquellos años, me decían, simplemente, que eso era lo que les gustaba. Me decían que, como era duro trabajar entre semana, los fines de semana iban a restaurantes o salas de fiesta a bailar. La rumba era lo que les unía, fueran de Andalucía, de Asturias o Galicia. Rumbitas fáciles, divertidas y sencillas para sofocar un poco la nostalgia de su país de origen".

rumba española en bélgica

Ya no queda nada de aquello: los bares españoles que editaban discos y acogían conciertos y se llenaban de españoles y belgas ávidos de experiencias distintas han cerrado. Apenas quedan unos pocos, a los que Miguel acude cada vez que encuentra una nueva joya. Sin embargo, nombres como los de Juan Lucero, Cascabel de Jerez, Paco el Chiringo o la Orquesta Los emigrantes ya están en internet.

Y, a mediados de mayo, también estarán en el libro disco que con mucho esfuerzo ha preparado este expatriado de tercera generación para que sus nombre, sus acordes, su alegría y el recuerdo de aquellos días en los que nosotros fuimos los extranjeros, los refugiados, no se pierdan.