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Sexo

Estos juegos sexuales podrían ayudarte a explorar deseos que no sabías que tenías

Una terapeuta sexual nos explica tres juegos sexuales que deberías probar y uno que no.
Woman and man smiling in bed
Leah Flores / Stocksy

Artículo publicado originalmente por TONIC Estados Unidos.

Es una frase que siempre me hace sentir vergüenza. Sin embargo, juzgando por la tremenda cantidad de contenido en la materia, la gente realmente tiene un ansia de saber cómo "animar las cosas" en la habitación. (Revelación: yo misma he sumado a la abundancia de artículos que enumeran los tipos de juegos sexuales que seguramente llevarán tu amor a "un nuevo nivel").

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Pero mientras Internet se eriza positivamente con las tácticas basadas en juegos para renovar las vidas sexuales de la gente, no existe mucha explicación sobre cómo la ludificación del sexo puede abrir aspectos nuevos, emocionantes, y satisfactorios de él.

La psicoterapeuta radicada en Nueva York Dulcinea Pitagora, conocida en algunos círculos como “The Kink Doctor”, me dice que idealmente los juegos sexuales deberían incrementar la comunicación entre las parejas, ya que normalmente han acordado las reglas y/o parámetros que todos los participantes necesitan comprender para jugar con éxito. "Incluidos en esa comunicación están la negociación, el consentimiento explícito y entusiasta, y el cuidado posterior que incluye un regreso al punto de partida y procesar lo que funcionó y lo que no funcionó del juego sexual", dice, añadiendo que un "punto de partida" indica el estado físico, cognitivo, y emocional usual de una persona.

"Cuando se juegan juegos sexuales, el cuerpo, la mente y las emociones de uno pueden intensificarse o apagarse, dependiendo del tipo de juego o escena que sea. El proceso del cuidado posterior está pensado para traer a una persona de vuelta a la "realidad" e inculcar un sentido de estabilidad para que lo que pasó durante el juego o escena pueda ser procesado, apreciado, e integrado".

Con el objetivo de ayudar a las personas en casa con los tipos de juegos que podrían potenciar sus vidas sexuales, Pitagora reduce los juegos sexuales a cuatro categorías principales que pueden ayudarnos a descubrir los tipos que podrían incrementar la satisfacción sexual.

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Juegos originales

Los juegos originales, explica Pitagora, son esos que alientan la exploración de deseos que han permanecido como fantasías o curiosidades. Un ejemplo de este tipo de juego sería que las parejas hagan listas de cosas que no han intentado pero quieren hacer, ver dónde coinciden sus listas, y cortar las listas en pedazos de papel que puedan ser sacados de un sombrero.

Pitagora advierte que incluso las cosas que han sido consentidas al comienzo de la interacción deberían ser re-consentidas en el momento, porque es completamente posible ser curioso sobre algo en un instante y al siguiente decidir que uno no está listo para eso, especialmente si ya ha habido otro juego que ya ha estado ocurriendo.

"Uno verifica literalmente preguntando, y/o usando una palabra, frase, o gesto de seguridad acordado con anticipación", dice. Verificar el consentimiento debería hacerse en cualquier momento que se sienta correcto, dice, y el lenguaje utilizado puede ser incorporado en el juego o la escena, pero tiene que ser reconocido por ambos participantes. "Debería existir una conversación sobre cómo la verificación va a sonar en ese juego o escena particular antes de que comience, y las posibles respuestas y reacciones".

Crear experiencias sexuales nuevas puede ser particularmente vinculante y revitalizar las vidas sexuales de parejas que han estado juntas por un tiempo, y se han dado cuenta de que sus interacciones sexuales se están volviendo muy predecibles, me dice. "Esto también puede ser satisfactorio en un nivel personal, en el que las personas pueden aprender cosas nuevas de sus deseos e identidades sexuales".

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Juegos de rol

Pitagora explica que esta categoría tiene muchas subcategorías incluyendo intercambio de poder dominante/sumiso, cosplay, Live Action Role Playing (también conocidos como LARPing), y cada una de esas subcategorías puede tener sub-subcategorías.

"En el contexto de un juego de rol, uno puede ocupar diferentes identidades sexuales dentro o a través de diferentes escenas, burlando la idea de las identidades esperadas o determinadas", dice, explicando que el juego de rol puede liberar a un individuo de los confines de la expectativa, y llevar a una expansión del deseo erótico, fantasía, y auto-identificación.

La gran variedad de escenarios y actividades que entran dentro de los juegos de rol pueden impulsar a las personas a volverse creativas para buscar una evolución de su sexualidad y una definición de sí mismos. Además, la trayectoria de negociar y consentir el juego de roles, desarrollarlo, y luego llevar a cabo el cuidado posterior y volver al punto de partida puede aumentar la intimidad y la vinculación entre la pareja.

Juegos de realidad virtual

Dado que el futuro es ahora, los juegos de realidad virtual también son un fenómeno. "Me referiré menos a esto porque me gusta alentar a las personas a que interactúen entre ellas sin ninguna pared tecnológica", dice Pitagora. "Habiendo dicho eso, los juegos virtuales de sexo superponen las dos categorías mencionadas anteriormente, y proveen una forma de crear experiencias originales y juegos de roles que no podría hacerse de otra manera debido a las restricciones logísticas". El beneficio de los juegos virtuales de sexo, dice, es que pueden liberar a las personas que se sienten atrapadas en sus identidades o cuerpos sexuales, y ayudarlos a usar la imaginación.

Si, por ejemplo, tal vez uno siempre ha soñado con ser un dragón que tiene sexo con un alien, los juegos virtuales de sexo pueden permitirle satisfacer esa urgencia, y ha medida que la tecnología de realidad virtual mejora, uno será capaz de satisfacerla de una forma más convincente. Pitagora dice que para esos que no tienen una tendencia inherente de aislarse, el sexo de realidad virtual puede ser un puente para explorar su identidad o cuerpo sexual de una forma que actualmente no es posible, llevando finalmente a exploraciones personales de su sexualidad. "Sin embargo, para esos que tienen una tendencia inherente a aislarse, el sexo de realidad virtual puede reforzar esa tendencia", dice.

Competencia

Esta es usualmente la primera cosa en la que pensamos cuando pensamos en juegos, pero dentro del contexto sexual, los juegos de competencia pueden ser una categoría problemática, me dice Pitagora. Ella describe los juegos competitivos como unos que involucran comparaciones que tienen que ver con la cantidad de tiempo y la calidad con la que alguien puede hacer algo. "Hacer algo por más tiempo no siempre es lo mejor, y medir qué tan bien lo hacen es subjetivo". Una razón por la que Pitagora no recomienda los juegos sexuales competitivos —con la excepción del Twister desnudo con acuerdos pre negociados sobre tocarse— es que puede crear una atmósfera donde podría haber un ganador y un perdedor. "Nunca debería haber un perdedor en el sexo, a excepción de que el juego competitivo también entre en la categoría de juego de rol, donde los roles ganadores y perdedores son negociados y consentidos con anticipación", dice.

El otro aspecto problemático de los juegos competitivos sexuales es que, incluso en una situación de juego de rol negociado o consentido, alguien podría ser una persona muy competitiva y cruzar sus propios límites, y hacer algo de lo que podría arrepentirse después. Finalmente, otra razón por la que la competencia es problemática es que puede fomentar la comparación y el juicio, y reforzar un estigma social. "Obtenemos suficiente de esto a diario, y hacer comparaciones es una cosa extremadamente buena para evitar en los juegos sexuales", dice.