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Operación Triunfo

Fui a la Academia de OT y averigüé la clave del éxito

Descubrí sus entresijos y entendí por qué estoy enganchado.
Todas las fotos por el autor

Tengo que confesar que me he enganchado tarde a esta edición de Operación Triunfo porque no entendía muy bien este fenómeno, pero tras ver un par de galas y navegar en Twitter, Instagram y YouTube varias horas para conocer a los concursantes, lo entendí… Bueno, en realidad no. Tuve que pasar un día en la Academia para averiguar las claves del éxito.

Comencemos la travesía por el principio. Llegué a las instalaciones del Parque Audiovisual de Catalunya, a las afueras de Terrassa, y me recibió una de las integrantes del departamento de comunicación. Un chico de seguridad me hizo rellenar el formulario de entrada para usar la acreditación que me dieron en la entrada al recinto. Ya me encontraba oficialmente en el mismo edificio que Aitana, Amaia y compañía.

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La acreditación que me dieron estaba caducada

Nos metimos en el ascensor y subimos a la primera planta. Por si no lo sabías, el edificio-academia cuenta con dos pisos: el primero para el equipo técnico y el segundo para los concursantes. Tras esperar varios segundos a que el montacargas ascendiera —tarda tanto que piensas que pasa algo raro—, al final llegamos al destino. Tenía los ojos como platos.

Lo primero que vi fue un ventanal con persianas con Noemí Galera al fondo y un par de pasillos. “Esta es la sala donde se coordina la Academia y por esa puerta, al lado del ascensor, es por donde bajan los chicos los lunes para la gala y los viernes para grabar”, me cuentan. Sí, bajan por una puerta de emergencia y corren una cortina y las persianas para no tener contacto con nadie ajeno al profesorado. En esos momentos estaba sobre la moqueta que pisarán esta noche los chicos.

Javi Calvo preparando su clase

Seguimos con el tour. Un primer pasillo a la derecha nos descubre la sala de maquillaje y vestuario para acicalarse antes de las galas. Lo más llamativo es que en esa sala hay un teclado. Se incita a la música hasta con la laca de por medio. En frente se encuentra el estudio de grabación que cada viernes atestigua las versiones como el “ Shake it out” que tanto te gustan.

Recorremos el otro pasillo, el que no pueden ver los concursantes, y enseguida veo que es por donde se encuentra el gran groso del equipo técnico. Hacemos la primera parada en la sala del departamento digital y allí me esperaban parte de esas claves del programa.

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Casi todas las salas cuentan con varias pantallas con la Academia en directo

Lo primero que llama mi atención es la media de edad del departamento digital. Son unos ocho y la mayoría son jóvenes. Charlo un rato con las dos chicas que gestionan las redes, Elena Gómez (22 años) y Belena Gaynor (24 años), sobre cómo es eso de llevar las redes del programa que, aunque reniegues de ello, está marcando una época.

El fanatismo de Belena se descubre en su alfombrilla con Lorena de OT 2006

He aquí una de las claves. El barco digital cuenta con dos tripulantes que se han criado en los mares de las redes sociales. Sin contar con un gran bagaje laboral, ellas dos dinamizan el cotarro en Twitter, Facebook y YouTube con las artimañas que todos los jóvenes usamos y los contenidos y formatos que queremos ver, cosa que nos lleva al segundo punto. Incluso son ellas quienes recogen los móviles de los triunfitos y suben el contenido a las cuentas de Instagram oficiales.

“Nosotros entendemos el lenguaje”, explica Elena. “Sabemos que este programa no vive sin redes sociales. Hemos hecho lo que haríamos en nuestras casas, pero desde la Academia, porque sabemos qué es lo que quieren los usuarios. Además, el tono informal te permite acercarte al fan. Al fin y al cabo, somos personas interactuando”.

Foto de una de las paredes del departamento digital

Claro, han sabido aprovechar lo que no hacen muchos. Utilizan la fugacidad de Twitter para informar al instante de lo que ocurre en la Academia y así visites YouTube. Allí te encuentras las cápsulas de mejores momentos y el —ultra, mega, giga— adictivo 24 horas. Solo hay que contemplar durante un rato el número de comentarios que se generan en tiempo real para saber la verdadera locura que supone. Asimismo, en Instagram encontramos novedades de los protagonistas y se retransmite en stories en tiempo real gran parte de las galas, sin olvidar las propias cuentas de cada concursante. Un contenido multiplataforma transmedia que nos hace navegar de un lado a otro sin darnos cuenta. Dudo que haya otro programa de la historia de la televisión española que lo haya hecho tan bien.

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Porque imagina esta edición sin poder chafardear las clases de los Javis o los pases de micro a través de YouTube. Un espacio, no solo para contemplar, si no para interactuar con otros fans o, incluso, con el mismo programa, como analiza Belena comparándolo con la primera edición de OT. “Ha sido muy positivo ver el cambio. Antes veíamos la gala y poco más. Ahora, la información que te puede aportar el propio espectador [en el 24 horas] es espectacular. Lo pudimos comprobar cuando colgamos las galas del primer OT en YouTube. Ese día explotó Twitter en memes, sobre todo en momentos Bisbal-Chenoa”.

La sala de guion también cuenta con numerosas pantallas

Además, la ruptura de estereotipos o la normalización de temas hasta ahora tabú en la televisión pública, como son la sexualidad o la política, han hecho que el programa reciba alabanzas más allá de la música, como analiza la youtuber de pelo azul. “Lo bueno de los concursantes que han entrado es que son muy jóvenes y con valores muy buenos. Alfred siempre está con Open Arms, Marina con su novio transexual… Es muy guay que sean tan jóvenes y se atrevan a hablarlo en televisión. Ha sido un boom que no nos esperábamos y que nos ha enriquecido a nosotros y a la sociedad. Nos sentimos apoyadas todas. Antes no había sido así porque quizás no se lo habían planteado”.

Disfrutando de un café del chill en la Academia

Después de que me confesaran su fanatismo por el programa desde que eran niñas, de comentar su memorable imitación de la coreografía de Ana Guerra —me van a matar por esto— y escoger las bromas preferidas de los concursantes, me despido de una de las salas más importantes de esta edición para recalar en la zona chill. Un salón con sofás y máquinas vending que colinda con diversos estudios de posproducción y una habitación con cuatro camas. Al parecer, Noemí y algún técnico más duermen allí los días de gala para ganar horas de sueño porque la jornada comienza muy pronto al día siguiente.

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Mientras espero a la próxima protagonista, Javi Ambrossi se pasea pasillo arriba y pasillo abajo hablando por teléfono y nos saluda tímidamente. Belena me había comentado que las clases con los Javis eran uno de los contenidos más comentados. Porque no nos engañemos: que a un profesorado con experiencia se le hayan adherido otros profesionales jóvenes como los propios Javis o la ganadora de Fama, ¡A Bailar!, Vicky Gómez, han dado otro golpe de frescura en clave juvenil. Sin olvidar a Carolina Iglesias —más conocida como Percebes y Grelos—comentando cada gala. Otro minipunto para la organización de OT por entender el medio.

Ana Boadas trabajó para El Terrat y ahora es guionista en Gestmusic

A todo esto, aparece con una amplia sonrisa Ana Boadas (31 años), guionista de las galas de los lunes, y repasamos su trayectoria hasta recalar en la Academia. Estudió Comunicación Audiovisual y, después de varios años en El Terrat trabajando para TV3 como redactora, guionista y presentadora, aterrizó hace unos meses en Gestmusic tras contactar con el director del programa. Tengo frente a mí una de las culpables de tus ojeras de cada martes. ¿Cómo será eso de dormir un lunes? No me acuerdo.

Con Ana desgrano otro de los puntos que diferencia esta edición de OT de las demás o, incluso, del resto de realities de música. El primero es el casting o, mejor dicho, esas personitas que han traspasado la pantalla para colarse en tu día a día: “Supongo que vieron en ellos el talento y la gracia de ser espontáneos, y es una de las cosas que les ha hecho brillar. Porque sí que conocieron la primera edición del programa, pero no la vivieron muy de cerca porque tenían como 5 años. Creo que no se esperaban lo que están viviendo y por eso son tan espontáneos”.

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El número de pantallas en la sala de realización es incontable

Hacía casi 6 años del último OT, espacio suficiente para generar ganas en la audiencia y reformular aquellos errores cometidos en el pasado. Y si hablamos de las otras ediciones, hablamos de Xavi Mir (52 años), jefe de realización del 24 horas de OT que ha participado en TODOS los Operación Triunfos habidos y por haber. Me despido de Ana con otra sonrisa y entro en la sala de realización. Alucina pepinillos.

Mientras esperaba al jefe de realización, el profesor de gimnasia vino a quitarse el micro

Una sala en penumbra que solo cuenta con la iluminación que desprenden las decenas de pantallas. Distintos grupos de personas coordinan lo que pasa las 24 horas de día para retransmitir lo que queremos ver o editar lo que no da tiempo a salir para YouTube. Xavi recuerda los tiempos de OT1 cuando no contaban con discos duros ni servidores tan potentes y todo se grababa en cintas que cambiaban cada hora.

Xavi es realizador desde la primera edición de OT

Xavi se sorprende de la velocidad de la información de hoy día, la última clave que nos faltaba. “Ha cambiado la manera de verlo. Antes, a la gente le gustaba ver un resumen y ahora le gusta verlo en directo con YouTube y Twitter. Con internet pasa una cosa muy divertida: el que lo está viendo y acontece algo curioso, lo dice en sus grupos [de Whatsapp] y, de repente, 10.000 personas se suman de golpe al canal porque la información viaja a años luz, y eso es brutal. Solo te diré que tengo 7.000 tuiteros que me machacan cada día y, como les empecé a contestar, siempre me están pidiendo que se vea su ídolo. Son muy respetuosos, eso sí”.

Esas tres ventanas sin cristal conforman la terracita de los chicos dentro de la Academia

Repasemos esas claves para que te fijes esta noche en la gala. Gente joven al frente de las redes con contenidos que queremos, un canal 24 horas gratuito para estar enganchado a OT más allá de la gala, profesores que conectan con tus gustos mientras enseñan, normalización de tabúes, un casting que cuenta con concursantes espontáneos y algunos showmans y, aunque no lo haya dicho hasta ahora, un sinfín de ilusión y dedicación por parte del equipo técnico para hacer posible todo esto más allá de los 16 concursantes.

Es el momento de partir y me despido con una sensación algo rara. Es como si todas esas paredes estuvieran impregnadas de un magnetismo o una magia del que toda persona que se encuentra allí se contagia. Pasión, sonrisas, alguna que otra ojera y, sobre todo, dedicación para entretenernos tantísimas horas. En fin, que me enrollo. Voy a darme un descansito, que me lo merezco. ¿Tocaba clase de gimnasia o ensayos de gala? Voy a ver.