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Encuentran sin vida al periodista Jorge Torres, tras cuatro días de secuestro

La PGJE no ha ayudado mucho a la investigación: se ha negado a facilitar los videos para identificar a los plagiarios y todavía no se rastreaba la comunicación de su celular.

Este lunes alrededor de la una de la tarde fue localizado el cuerpo del periodista Jorge Torres Palacios, luego de que un comando armado lo secuestró el pasado jueves 29 de mayo al llegar a su domicilio. El cadáver fue localizado semienterrado en una fosa clandestina ubicada atrás del panteón del poblado Plan de los Amates, en la zona rural del municipio, según un comunicado de la Procuraduría General de Justicia del estado de Guerrero. El cuerpo presenta signos de tortura y decapitación, y al parecer la muerte habría ocurrido desde el domingo 1º de junio.

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Hasta el momento no hay alguna hipótesis oficial respecto a los motivos de su secuestro y homicidio.

Torres Palacios era vocero de la Dirección General de Salud Municipal, pero desde principios de los años 90s se desempeñó además como reportero, editorialista y directivo en distintos medios —entre ellos el sistema estatal Radio y Televisión de Guerrero—, y su muerte se suma al cúmulo de agresiones contra la prensa en este estado sureño.

Con el secuestro y asesinato de Torres Palacios se revivió una historia que había permanecido casi olvidada: el 1° de enero de 2001 fallecieron en un tiroteo su padre, un hermano y uno de los primos del comunicador.

Según publicó la revista Proceso en su sitio en línea, el pasado viernes 30 de mayo en una nota del reportero Ezequiel Flores los fallecimientos sucedieron “durante un enfrentamiento armado con pistoleros del extinto narcotraficante y comisario municipal Abel Arizmendi Flores. En ese entonces, Jorge Torres denunció que agentes federales habrían dado protección al cacique priísta, considerado jefe de la plaza de Acapulco, quien fue encontrado ejecutado junto a su hijo, Abel Arizmendi Díaz, 48 horas después de que participaron en el tiroteo registrado en la cancha de ese poblado emblemático en la geografía del narco en la entidad”.

Sin embargo en noviembre de 2013 y posteriormente el pasado 22 de febrero Torres Palacios presentó una ponencia ante periodistas donde retomó los hechos y se perfila un sentimiento de inseguridad.

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En el texto leído entonces el periodista expresó: “Mi familia y su servidor fue objeto de un aberrante, cobarde y artero atentado a manos de un grupo de la delincuencia organizada en el poblado Kilómetro Treinta. En este hecho fallecieron, por armas de alto calibre, mi padre, un hermano y primo, además resultaron heridos dos hermanos y su servidor”.

A 13 años de los hechos, subrayó la necesidad “fomentar la virtud de la prudencia” y “evitar riesgos innecesarios” entre la comunidad periodística. En su texto inclusive se delinea cierto recelo por el manejo informativo que entonces algunos compañeros de gremio porque “mucho se especuló de este atentado, hubo rumores, desinformación y hasta afirmaciones de que su servidor estaba involucrado en actos relacionados con el narcotráfico; lo cierto es que, al paso de los días, me llevé una de las sorpresas más viles de mi vida al descubrir que quienes habían soltado esa información eran compañeros periodistas, tratando de culparme de los hechos y encubriendo a los responsables, como si fuera un acto sumario”.

Torres Palacios señaló en esa ponencia (retomada y publicada ahora en los perfiles de Facebook de algunos reporteros locales) “y cuál fue más mi sorpresa que esos periodistas en activo eran los mismos que en ocasiones iban al [Kilómetro] Treinta por drogas, dinero, bebidas y regalos, y ser cooptados por el jefe de la mafia; sin embargo, hubo otros periodistas honestos que entraron a la defensa y en honor de la actividad” y continúa “al paso del tiempo, la historia me absolvió y me dio la razón; lamentablemente, varios de esos compañeros periodistas fallecieron por diversas causas”.

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Aspecto de la marcha del viernes 30 hacia la Fiscalía Regional de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

Periodistas se manifestaron a diario en distintas ciudades del estado durante los cuatro días que estuvo desaparecido. La última de las protestas en Acapulco se realizó por la mañana del lunes afuera de la fiscalía regional cuando aún no había noticias del hallazgo del cuerpo. Allí la periodista Maribel Helguera —compañera de Jorge Torres— y los hijos de éste, se reunieron con el fiscal general regional, Eliseo Guzmán, junto con una comisión de reporteros. El fiscal les informó que se estaba avanzando en la investigación pero aún no había indicios que llevaran a la localización del vocero.

Después de la marcha y protesta del viernes 30 periodistas se dirigieron hacia las oficinas de la Policía Federal, donde a oscuras debido a una falla en la instalación eléctrica cuestionaron al subinspector de la policía Federal Sergio Barroso, quien aseguró que se estaba trabajando de manera coordinada con autoridades locales en el marco del Operativo Guerrero para la localización el periodista que finalmente fue hallado muerto este lunes 2 de junio.

Torres Palacios fue también vocero del ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo; al momento de que empezó a correr la noticia de su muerte en las oficinas que ocupó en la delegación de Comunicación Social estatal en Acapulco ex compañeros y ex compañeras de trabajo, con quienes además entabló relaciones de amistad, reaccionaron inmediatamente con indignación y más al mostrar que la última conexión en Whatsapp ocurrió poco después de las 23:00 horas del domingo, cuando habían pasado tres días de desaparición.

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Sin embargo el portal Noticias Acapulco News publicó horas después un artículo del periodista Carlos Ortiz Moreno, en el que señala diversas omisiones en las investigaciones: “Nos evocó el silencio criminal —no sé si de complicidad— de las autoridades políticas del gobierno del estado de Guerrero”.

“¡Vivo lo queremos!”, exigían periodistas el viernes, a menos de 24 horas del secuestro del periodista y vocero de Salud municipal.

En la reunión antes del mediodía en la fiscalía, subraya Ortiz, salieron a la luz asuntos como que los responsables del C4 se negaron a proporcionar videos de las cámaras de seguridad que existen a lo largo de la ruta que siguieron los plagiarios de Jorge Torres Palacios; apenas se estaban mandado oficios a la empresa de telefonía que Torres tenía contratada, pero no sabían que el domingo después de las once de la noche aparecía en línea en Whastapp.

Allí también supieron que el que los boletines oficiales de la PGJE hayan manejado que Jorge Torres era funcionario y no periodista obstaculizó la atracción del caso por parte de la Procuraduría General de la República, lo cual, sentencia Ortiz Moreno, cortó tiempo valioso.

El domingo 1° de junio, comunicadores y familiares de Jorge Torres se manifestaron en Acapulco durante la celebración del Día de la Marina, elementos de dicha institución intentaron disuadir y agredieron a algunos reporteros.

Por la mañana, pero en Chilpancingo, periodistas, camarógrafos y fotoperiodistas, se manifestaron durante la ceremonia de cambio de mando de la 35 zona militar, hasta donde llegaron para exigir al gobernador Ángel Aguirre Rivero que agilizara las investigaciones para la presentación con vida de su compañero, pero en el lance fueron agredidos por elementos castrenses con empujones, jaloneos y golpes.

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Otros reporteros pudieron acercarse al mandatario y éste se comprometió a agilizar las indagatorias. El vocero del gobierno estatal, José Villanueva Manzanares, negoció un encuentro entre periodistas y el gobernador, el cual estaba programado para realizarse por la tarde, pero la reunión no se llevó a cabo tras el hallazgo del cuerpo.

Posteriormente en sendos comunicados tanto el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, como el alcalde de Acapulco, Luis Walton Aburto, expresaron su condena por el asesinato. El comunicado del gobierno estatal cita que Aguirre expresó que el hecho “no quedará impune, y ratificó su compromiso de trabajar con toda la fuerza del estado, para castigar a los responsables de la muerte del periodista”. El alcalde en su comunicado dijo que “por respeto al gremio periodístico, el gobierno municipal no hará festejo por el Día de la Libertad de Expresión” el próximo sábado 7 de junio.

El sepelio de Jorge Torres se realizará en su comunidad natal, El Treinta, esta tarde. Por redes sociales comunicadores de todo el estado expresaron la intención de realizar movilizaciones en repudio al crimen.

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@mariwemi