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Japón retomará la caza de ballenas

“Es lamentable que esta parte de la cultura japonesa sea malentendida”, dijo Shinzo Abe, el primer ministro de Japón, quien prometió que su país luchará para reiniciar la industria comercial de ballenas en su país.

Pocos meses después de que la ONU obligara a Japón a parar la caza de ballenas en el Antártico japonés, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, prometió este lunes 9 de junio al Parlamento de su país que lucharía contra las Naciones Unidas para reiniciar la industria comercial de ballenas de su país.

Aunque Abe no dijo exactamente cuál iba a ser su estrategia, sus comentarios destacan porque con ellos reconoce que la excusa para matar en nombre de la “investigación científica” dados por los balleneros japoneses ha sido en realidad sólo un medio para apoyar el mercado comercial de ballenas.

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“Quiero apuntarle a reanudar la caza comercial de ballenas llevando a cabo investigaciones sobre la misma, para así obtener información científica indispensable para el manejo y la administración de los recursos balleneros”, dijo Abe a la comisión parlamentaria, según reportó AFP. Según el mandatario, su objetivo es obtener una mejor lectura de por qué la comunidad internacional se opone tan enormemente a la caza japonesa anual de estos mamíferos marinos.

La caza de ballenas está fuertemente prohibida a nivel mundial, con excepciones hechas para cacerías tradicionales e investigación científica. Esa última excepción le ha dado poder a la industria ballenera en Japón por décadas, aunque se trate de una razón sin mayores argumentos.

En marzo la Corte Internacional de Justicia aceptó ese hecho, declarando que la base legal de la caza de ballenas en la Antártica conocida como JARPA II, hizo muy poco para asegurar que la caza disminuyera, que las ballenas asesinadas fueron en realidad usadas para investigaciones científicas, o que dichas investigaciones fueron productivas. La corte declaró que JARPA II "involucra actividades que pueden ser caracterizadas ampliamente como investigación científica", pero que la razón por la cual Japón asesina ballenas no es con "propósitos científicos".

La declaración, sin embargo, no afectó la actividad de caza de ballenas de Japón en el norte del Pacífico, que está regida por otro marco legal. La Corte Internacional de Justicia tampoco previno a Japón de intentar rehacer JARPA II hacia un enfoque más limitado de caza con propósitos científicos, que probablemente es el camino más recto para Abe.

Pero los comentarios de Abe, que dejan ver que el punto de la investigación es sólo el combustible del mercado de ballenas, sugiere que cualquier plan científico ballenero revisado debe ser tomado con un grado de escepticismo. Claro que el otro punto con el cual Abe busca justificarse está enfocado hacia el aspecto tradicional de la caza de ballenas en Japón.

“Es lamentable que esta parte de la cultura japonesa sea malentendida”, dijo Abe.

Aunque la caza de ballenas japonesa está claramente empapada de tradición, ha sido un mercado en declive en los últimos años. Generaciones más jóvenes han perdido interés en comer ballena y la industria completa se ha mantenido a flote gracias a subsidios gubernamentales.

En su momento cumbre, se estimaba que Japón le quitaba cerca de mil ballenas al Antártico. Ahora que la demanda de su carne está disminuyendo en el mercado, Japón podría tener éxito peleando por una toma más restringida que sería más fácil de reconciliar con el programa científico ballenero. Sin embargo, hay una cosa clara: el propósito final de la industria ballenera japonesa no es la investigación por la investigación, sino para tener ballena en el mercado.