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Sexo

Masturbarse con el móvil

Existe una realidad irrefutable y ésta es que la gente se masturba con el smartphone. Según las estadísticas de las principales páginas porno que pueblan internet, en los últimos años el acceso a estas páginas a través de un teléfono móvil ha ido...

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Existe una realidad irrefutable y ésta es que la gente se masturba con el smartphone. Estando en el siglo XXI – por lo tanto inmersos dentro de una sociedad que cada vez centra más su existencia en las prácticas que puedan desarrollarse a través de estos dispositivos móviles– es normal que la humanidad se decante ahora por consultar material pornográfico en estos pequeños cacharros. No es que sea una opinión o una elucubración personal, lo dicen las estadísticas de las principales páginas porno que pueblan internet. En los últimos años el acceso a estas páginas a través de un teléfono móvil ha ido creciendo hasta llegar actualmente a casi el 50% de visitas, esto significa que casi la mitad de la gente que está consultando una página porno lo está haciendo a través de su teléfono, ya sea tumbado en la cama de su casa, en el almacén de la oficina o en el baño de un aeropuerto.

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Empecemos con los datos básicos: por lo general la gente se masturba y una gran mayoría lo hace visualizando material pornográfico, ya sea proveniente de revistas, vídeos o páginas de internet. Seguramente coincidiremos en que la mayoría opta por utilizar internet, ya que ofrece una cantidad infinita de material para todos los gustos y nos brinda una absoluta confidencialidad. Son pocos los valientes que siguen utilizando esa sobrevalorada arma llamada imaginación, esos pobres diablos que tumbados en sus camas divagan sobre escenas y situaciones eróticas y proyectan mentalmente imágenes sexuales sin ningún tipo de input exterior. El porno se consume en la red, según el libro de Ogi Ogasa y Sai Gaddam llamado A Billion Wicked Thoughts: What the Internet Tell Us About Sexual Relationships (New York: Plume, 2011), un 13% del total de búsquedas en internet son de contenido sexual. Es más, muchas estadísticas que podemos encontrar online (como ésta y ésta), y de las que no nos queda más remedio que fiarnos, apuntan que es incluso un 25% del total de búsquedas. Entre alguien que busca la web de la Agencia Tributaria, otro que busca la tienda online del Mercadona y otro que quiere ver el Bandcamp de los Gabriel y Vencerás hay un último individuo que lo que busca es una buena polla metida entre un buen par de tetas previamente untadas en aceite. Y es que según un estudio de Alexa Research el término “Sex” es el más tecleado en los motores de búsqueda, estando “porn/porno/pornography” en el cuarto puesto. A todo esto hay que sumarle que internet es un pozo oscuro y sudoroso del que un 12% de su total es pura materia pornográfica, por lo tanto, destinado a ser utilizado para lograr ciertas eyaculaciones. Si lo pensamos fríamente, ahora mismo hay MUCHA gente con los pantalones o faldas bajadas, apoyando su culo en una silla y sacándole las escamas a las sardinas delante de una pantalla de ordenador. Dios, acaba de empezar el artículo y ya me estoy estresando.

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Con este panorama onanístico no resulta demasiado complicado comprender que las necesidades básicas de la gente se estén adaptando a esos nuevos avances tecnológicos que afectan al devenir vital de las personas . Según el estudio de Maryam Kamvar y Shumeet Baluja titulado A large scale study of wireless search behavior: Google mobile search, una de cada 5 búsquedas en Google a través de un smartphone es de contenido sexual. Como en otros campos, la tecnología móvil nos está abriendo la puerta a una nueva realidad. Ya nadie consulta Facebook en el ordenador de escritorio, ya nadie chatea a través de estos dispositivos, la gente lo hace a través del teléfono. Los teléfonos móviles son las nuevas iglesias, los pueblos se generan a su alrededor y la gente los respeta y los teme, localizando su día a día en su periferia.

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El caso es, ¿cómo ven las páginas de tetas el futuro del porno en la red? ¿Tienen en cuenta el uso de estas nuevas plataformas? Hablando con Corey Price, vicepresidente de Pornhub, descubrí que el camino a seguir puede encontrarse en las aplicaciones pornográficas para smartphones. Corey comenta que el incremento de visitas a través de dispositivos móviles ha crecido brutalmente y cree que la gente quiere tener material pornográfico siempre a su alcance, por si acaso. Pese a que se vislumbra que las apps eróticas son el futuro, actualmente resulta un poco complicado distribuirlas ya que la mayoría de tiendas de aplicaciones como App Store, Google Play, Windows Phone Store o lo que sea tienen una política de contenidos muy estricta, prohibiendo las aplicaciones que contengan un mínimo contenido sexual. PornHub, en concreto, tiene una aplicación pero la distribución de esta app se vería beneficiada si se incorporara a esas tiendas.

Esta amputación tecnológica que las principales distribuidoras de aplicaciones han infligido a la industria del porno ha hecho que empiecen a aparecer tiendas alternativas de aplicaciones especializadas en material porno. Tiendas como MiKandi o AdultAppMart  que parecen ser la única posibilidad que tienen los desarrolladores para poner a la venta sus productos. Durante su primer mes de vida, MiKandi registró 80.000 descargas y actualmente se está consolidando como la tienda de aplicaciones porno por excelencia.

Torbe de Putalocura piensa de forma similar “hay que romper el monopolio de tiendas de aplicaciones y permitir poner cualquier tipo de aplicación, porque lo que tenemos ahora es una dictadura. Eso de no dejar hacer aplicaciones de sexo es algo muy absurdo. Ese no es el mundo en el que vivimos, el sexo es parte de cada uno, y prohibirlo es absurdo“.

Corey Price contempla que a la hora de producir contenido erótico se tienen que tener en cuenta todas las plataformas, no se puede pensar solamente en los ordenadores de escritorio. Por la parte que le toca, a nivel de distribución, piensa que tienen que acomodarse y trabajar con las últimas innovaciones tecnológicas,  ya sea la Google Glass o los relojes inteligentes. También a la hora de monetizar el contenido comenta que deben tener en cuenta cómo funcionan sus productos desde el punto de vista de los móviles, si algo no funciona o no se puede consultar a través de un teléfono móvil, quizás no valga la pena perder tiempo desarrollándolo, ya que la mitad de los usuarios llegan a través de esa plataforma.

Lo que está claro es que masturbarse mirando el teléfono móvil es algo de lo que no nos vamos a librar y es que si lo pensamos, la masturbación siempre ha sido algo íntimo, algo que ocultamos a los demás y por lo tanto, un dispositivo pequeño y portátil es seguramente su mejor aliado. El móvil ofrece a esta tímida naturaleza de la masturbación un abanico infinito de posibilidades. Es transportable, es manejable, ergonómico, disimulado y puede albergar todo el porno del mundo. Y eso es lo que nos interesa: todo el porno del mundo en nuestros bolsillos.