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Todos los demás lo están haciendo, ¿por qué no yo?

Beatriz Rodríguez y el debate sobre la legalización de la marihuana.

Imagen cedida por Radioleon

Hace poco, Beatriz Rodríguez, concejala del PP en León, fue detenida por tener un kilo de marihuana en el maletero de su coche. Aunque no es el Rob Ford español que tanto quisiéramos, su detención sí llama la atención.

Rodríguez, junto a su marido, el también concejal del PP José Antonio Gallego, fue detenida el pasado 21 de noviembre después de que un control de tráfico rutinario acabara descubriendo el cannabis repartido entre bolsas de plástico y cajas, según cuenta El Plural.

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Como suele pasar con estas cosas, Rodríguez y su marido han dimitido de sus puestos entre la indignación del PSOE, y “las lágrimas” del Alcalde de León, Manuel Ramos, quien dice que “se ha sobrevalorado la importancia del asunto.”

Es muy tentador pintar a la pareja como si fueran dos golfos más en un partido que parece compuesto casi exclusivamente por golfos –una golfocracia. No serían  los primeros políticos del PP en caer en desgracia por ejercer una doble moral. Mi primera reacción fue pintarla como si de una Vicky Pollard de la derecha se tratara, por su falta de arrepentimiento, a pesar de haber sido pillada con las manos en la caja (o con sus labios en la pipa, como fue en este caso).

Pero según la historia ha ido evolucionado, y después de que esta mañana declarara que el cannabis era de su cosecha personal, he empezado a pensar que en vez de una victoria política fácil en contra del PP, el PSOE de León ha perdido una oportunidad en usar Los Rodríguez como ejemplo a seguir. ¿No deberían apoyarlos? Si incluso los políticos del partido gobernante no ven nada malo en plantar y fumar su propia cosecha, ¿esto no hace insostenible la posición del PP en rechazar cualquier intento de legalizar la maría va más allá de su uso terapéuteco?

Es importante subrayar que si se demuestra que la marihuana era de sus propias plantas y no estaba destinada a terceros, Rodríguez no habría infringido ninguna ley. Vale, estar asociado con el consumo de cualquier droga es a las carreras políticas lo que la sal es a los babosas, pero quizás esto debería enviar una señal al propio partido de que es hora de mirar el asunto con un poco de sentido común.

España tiene la posibilidad de ser a la Unión Europea lo que Uruguay (y parece que México) es a América Latina; el país en dar el pistoletazo de salida en términos de legalizar y regularizar el consumo de la droga más popular después del alcohol. La regularización limitaría el poder de las bandas de narcos y dejaría que la policía trabajara en otros asuntos. Y aunque jode, lo más inteligente sería usar este caso para provocar un debate dentro del propio PP sobre la regularización.

En vez de esto, el PSOE se declarará moralmente superior una vez más y, si los medios hablan de ello, servirá para mostrar a otro político caído en el pozo de la desgracia. Y esto es una pena cuando todo el mundo podría beneficiarse por tener la mente un poco más abierta.