Todos los gallegos comen percebes y fariña

A la gente le encanta indignarse y poner el grito en el cielo porque así se siente importante. Facebook es básicamente eso. Ahora le ha tocado a Feijóo ser el blanco de toda esa ira barata. Un blanco fácil. Un gallego cuyo único pecado es actuar como gallego. Los gallegos se alimentan de percebes y fariña. Y, de sobremesa, crema de orujo o licor café. Viven todos en el mar y en el mar no puedes moverte en coche, necesitas un yate. Si el único amigo que te lo puede prestar es un señor narcotraficante que ha estado un par de veces en prisión, lo aceptas y punto.

Podemos hablar de esas manchas de cremita en la espalda. Podemos hablar de meter barriga en las fotos. ¿Mitch Buchannon? ¿Manu Tenorio en el programa de saltos? Podemos hablar de lo que quieras, pero “las fotos son lo que son: fotos”. Así de claro lo ha dejado el presidente de la Xunta. Una obviedad que compensa con un acertijo. Dice que entre él y Marcial Dorado no existió amistad “ni estrecha ni ancha”. ¿Qué clase de amistad es esa? Quizá una amistad de llamar al telefonillo y preguntar a la madre de Dorado si puede bajar a jugar con él en la ría de Vigo.

En serio ¿qué pasaría si aireásemos vuestras fotos de los noventa? ¿Qué veríamos? Nada bueno, os lo aseguro. Desde la oposición aseguran que ningún gallego se cree que Feijóo no se oliera el pastel ni sospechara del origen turbio de los ingresos que pagaban las mansiones en las que se alojaba con su amigo. Esto es mentira. No solo es posible que algún gallego se lo trague, sino que probablemente alguien de fuera de Galicia se lo tragará también. Dicen que debería dimitir, pero eso sí que no se lo traga nadie.